De CaixaBank al Santander: la gran banca pierde 5.000 millones en bolsa tras la prórroga del ‘impuestazo’
El banco que lidera Goirigolzarri será el más afectado por el nuevo diseño del gravamen al sector bancario
La gran banca cae con fuerza este viernes tras la reforma fiscal que ha conseguido aprobar el Gobierno. CaixaBank, Santander, BBVA, Sabadell, Bankiter y Unicaja se dejan unos 5.000 millones de euros de capitalización después de confirmarse que tendrán que seguir pagando un impuesto extraordinario durante los próximos tres años.
CaixaBank ha sido la entidad que más ha caído, con un descenso del 4,32%, seguida de Banco Santander (-3,52%), Bankinter (-2,56%), Sabadell (1,9%), BBVA (-0,91%) y Unicaja (-0,16%).
Según los precios de cierre de mercado, la pérdida de valor total entre las seis cotizadas supera los 5.000 millones de euros en la sesión de este viernes, destacando especialmente el banco que dirige Patricia Botín, con más de 2.400 millones de euros perdidos y CaixaBank, dejándose más de 1.700 millones de capitalización.
Una situación bursátil provocada a raíz de que el Gobierno consiguiera aprobar su reforma fiscal en el Congreso de los Diputados el jueves, tras lograr el apoyo de diferentes fuerzas políticas de todo el espectro.
La medida cuenta con un nuevo diseño del impuesto extraordinario a la banca, que afectará especialmente a CaixaBank. Los analistas esperan que los ingresos por este tributo, que ha sido reforzado y que ahora tendrá un tipo máximo del 7% a partir de 5.000 millones de euros en los ingresos de cada entidad por el margen de intereses y comisiones, sean superiores.
Una recaudación de hasta 2.130 millones, con CaixaBank como el más afectado
En concreto, un informe de reciente publicación de la consultora DBRS Morningstar apunta a que la recaudación podría ascender hasta los 2.130 millones de euros, siendo Caixabank la entidad que tendría que hacer frente a un desembolso mayor, ya que es la que tiene un mayor negocio en nuestro país.
Este nuevo tributo tendrá una duración inicial de tres años y un tipo progresivo sobre los márgenes de intereses y comisiones de cada entidad.
Será del 1% hasta los 750 millones, del 3,5% hasta los 1.500 millones, del 4,8% hasta los 3.000 millones, del 6% hasta los 5.000 millones y del 7% desde 5.000 millones en adelante.
No obstante, se incluye también una deducción «extraordinaria» para cuando las entidades reduzcan su rentabilidad por activos por debajo del 0,7%.
Los directivos del CaixaBank, que tiene participación estatal, no han dudado en tachar este impuesto de «tasa Caixabank». En el Gobierno defienden que el gravamen temporal no ha provocado «efectos adversos significativos ni ha mermado las cuentas» de las entidades financieras.