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Caixabank riega con 1.000 millones al Estado por el ‘impuestazo’ y la posición del FROB
La entidad catalana estima que pagará alrededor de 500 millones de euros por el gravamen extraordinario a cuenta de los resultados de 2023
Caixabank llenará las arcas del Estado en 2024 con alrededor de 1.000 millones de euros. La entidad bancaria, que ayer presentó sus resultados anuales y anunció un beneficio de 4.816 millones de euros, tendrá que abonar alrededor de 1.000 millones de euros entre el tributo extraordinario a determinadas entidades del sector y por la posición del FROB en su accionariado.
El banco presidido por José Ignacio Goirigolzarri es el más ‘afectado’ por el tributo gubernamental debido a que concentra casi la totalidad de su negocio en España. Esta condición, unida a que Caixabank es el banco que registra mayor actividad en el territorio nacional, han bastado para que la firma liderada por Gonzalo Gortázar tenga que asumir un pago de 500 millones de euros por el gravamen extraordinario, según apuntó el presidente de la compañía.
Preguntado por ECONOMÍA DIGITAL, el CEO de la firma explicó que, de no haber ningún impuesto extraordinario, el capital impactaría positivamente en la cuenta de resultados del banco y, como han apuntado distintos banqueros en los últimos días, podría destinarse a elevar la remuneración al accionariado o a la inversión propia.
Los márgenes de intereses de Caixabank ascienden hasta 9.180 millones descontado BPI
Tras los 371 millones de euros que la entidad ya desembolsó a cargo de los resultados de 2022, Caixabank afronta un pago de 500 millones que devienen de la elevada facturación que ha tenido en España. Según indica el reporte de la compañía, el banco ingresó por comisiones alrededor de 9.180 millones de euros.
Teniendo en cuenta que el impuesto extraordinario grava el 4,8% de los ingresos, Caixabank, por ser la firma más activa en el territorio nacional, será también la que afronte el mayor pago de entre sus comparables.
El banco justifica estos resultados por la buena evolución de la actividad crediticia y, sobre todo, por el entorno de tipos de interés elevados en el que se mueve el entorno financiero. Gonzalo Gortázar describió el cuarto trimestre como «muy positivo» pese a que en el mercado se comienza a sentir el efecto de los tipos al alza.
«Esperamos poder trasladar a 2024 este mayor nivel de actividad«, agregó el CEO de la entidad, quien considera que los niveles de demanda y el ritmo de concesión «puede mantenerse» aún el ‘golpe’ de los tipos oficiales.
La entidad catalana cierra el ejercicio con unos márgenes de interés disparados, que reflejan un crecimiento superior al 54% con respecto al anterior curso, y que, además, explican en gran medida los abultados beneficios que Caixabank ha cosechado.
El Estado se frota las manos con la mejora del dividendo
El dividendo es la otra parcela dónde los beneficios crecientes se han plasmado. La compañía presidida por Goirigolzarri anunció un reparto del dividendo de 0,39 euros por título. Así, Caixabank se mantiene en la línea marcada en los últimos cursos de compartir prácticamente la mitad de los beneficios con los accionistas.
Tal y como destacan desde el banco, Caixabank repartirá 2.890 millones de euros entre los inversores en 2024.
Entre los principales accionistas aparece el FROB. El Estado, que, a través de este organismo, posee el 17,3% del accionariado del banco catalán, es el segundo máximo accionista de la entidad. Solo lo supera la Fundación la Caixa, que posee el 30,12%, según datos de la CNMV.
El Estado acumula alrededor de 1.297 millones de acciones. Con esta tenencia, y con el dividendo mejorado de Caixabank, el FROB se embolsará más de 508 millones de euros gracias a la remuneración al accionariado.
Con el dividendo y el pago que la firma bancaria debe de hacer por el tributo extraordinario, el Estado se embolsará más de 1.000 millones solo con Caixabank.
Los directivos de la compañía indicaron que están «extraordinariamente cómodos» con la presencia del FROB en el accionariado.
Preguntado por los medios acerca de la salida del Estado del capital, José Ignacio Goirigolzarri desplazó esa decisión al propio organismo, que tiene cómo fecha límite para salir de Caixabank el próximo diciembre de 2025. Aun así, la salida podría postergarse como lo ha hecho en los últimos años.
La banca pagará más de 1.400 millones de euros por el ‘impuestazo’
Más allá de Caixabank, y faltando Unicaja por presentar sus cuentas anuales, el Estado recaudará más de 1.400 millones de euros gracias al tributo extraordinario. A la entidad catalana le sigue Banco Santander, que tendrá que abonar más de 338 millones de euros por las cuentas de 2023; le sucede BBVA, con un pago de 285 millones de euros.
Fuera del podio aparece Sabadell, que afrontará un pago estimado de 190 millones de euros; y Bankinter, cuyos directivos apuntaron a un desembolso de entre 90 millones y 100 millones de euros por el tributo las firmas del sector bancario.