Bruselas quiere un ‘Tesla’ sin Elon Musk: el motor español toma posiciones en la carrera por el coche autónomo

Los fabricantes españoles ven margen para aprovechar estas inversiones europeas pero advierten: son necesarios cambios regulatorios

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La Unión Europea trata de mover ficha y colocarse a la vanguardia en el sector del automóvil. Pese a ser una de las industrias con mayor peso en la economía de los Veintisiete, el motor ha quedado rezagado en los últimos años, adelantado por los avances de otros países como China o Estados Unidos. Ahora, la Comisión Europea ha decidido ponerse las pilas y trata de desarrollar su propio ‘Tesla’, un vehículo autónomo desligado del magnate Elon Musk, cuyos lazos con la Administración estadounidense lo ponen cada vez más en entredicho.

El Ejecutivo comunitario, presidido por la alemana Ursula von der Leyen, quiere promocionar la conducción autónoma desde este mismo año, primero con los asistentes de aparcamiento, y el sector español toma posiciones para ser socios prioritarios en el manejo sin conductor. Consultadas por ECONOMÍA DIGITAL, las principales patronales del sector lo ven con buenos ojos… aunque con ‘peros’.

Desde la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) valoran el «paso importante» dado por el responsable de Transportes comunitario, el comisario griego Apostolos Tzitzikostas, no solo por su relevancia para el sector del motor sino también para las empresas tecnológicas o de transportes.

Un extremo en el que coincide la otra gran representante del sector, la Asociación Española de Proveedores de Automoción (Sernauto), que señala que España cuenta con una posición favorable en extremo para desarrollar las tecnologías conectada y autónoma, entre las que destacan la diversidad territorial y de climas, clave para la investigación en la conducción autónoma.

Y aquí llegan los ‘peros‘. «Es necesario y urgente trabajar en líneas de acción claras y efectivas y que España trabaje en su desarrollo», inciden desde esta última organización.

Anfac apunta que el problema al que se enfrenta España es un retraso en materia regulatoria, lo que puede dificultar no solo ese objetivo comunitario, sino el posicionar al sector español en buena posición de partida.

«La inversión de Bruselas es un paso dado en la dirección correcta. Pero no podemos olvidar que tan necesario es generar un ecosistema de empresas fuertes y referentes para mantenernos en la vanguardia tecnológica como generar un ámbito regulatorio que permita la circulación de vehículos autónomos por encima del nivel 4 en todos los países de la UE», advierten a este periódico.

En España, el nivel máximo de autonomía permitido es hasta SAE 2, que permite una autonomía al coche en la que el asistente aparca prácticamente solo, sin que el conductor toque el volante. Sin embargo, en Alemania ya se han aprobado las primeras funciones SAE 4, donde la figura del conductor ‘desaparece’, en áreas controladas.

Hace unas pocas semanas Renault y la empresa WeRide ofrecieron una pequeña muestra de las opciones que puede traer la conducción autónoma. La compañía francesa ofreció durante dos semanas un servicio experimental de minibús autónomo en Barcelona, en un itinerario circular de más de dos kilómetros. Pero queda muy lejos de las posibilidades que ya ofrecen empresas como Tesla en mercados como el estadounidense.

El Plan de Acción para el sector del automóvil europeo llega en un momento clave en el que Europa quiere reforzar la autonomía estratégica. Y, sobre todo, en un momento en el que el multimillonario Elon Musk ha lanzado a su compañía a una crisis reputacional que ha desplomado su valor en bolsa (una caída de más de un 15%) y también las ventas en todo el mundo. En enero, Tesla vendió poco más de 7.500 vehículos en Europa, la mitad que el año anterior.

El Gobierno europeo calcula que el plan para impulsar el vehículo autónomo suponga una inyección multimillonaria en el sector. Para 2035 los vehículos sin conductor podrían generar un valor añadido de más de 400 millones de euros.

Aquí será clave una vieja conocida de la política española. La presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), Nadia Calviño, tendrá que desplegar el ‘Tech EU Investment Programme‘ y permitir que estas nuevas tecnologías europeas tengan la financiación suficiente, lo que reforzará la capacidad industrial europea y la capacidad de estas empresas para crecer.

«Con este Plan de Acción, estamos tomando medidas decisivas para fortalecer la base industrial de Europa, acelerar la digitalización y promover la movilidad limpia. Nuestro objetivo es claro: asegurar que la próxima generación de vehículos no solo se fabrique en Europa, sino que se innove en Europa, impulsada por tecnología europea y basada en valores europeos«, dijo Tzitzikostas en la presentación de su Plan de Acción.

La oportunidad es crucial para España ya que toda la cadena de valor del sector del automóvil representa más de un 10% del producto interior bruto (PIB) y tiene un peso fundamental en las exportaciones. En términos agregados, la industria automovilística aporta cerca de un billón de euros al PIB europeo, con más de 13 millones de puestos de trabajo asociados, directos e indirectos.

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