Esto es lo que dice BBVA sobre cambiar la hipoteca de variable a fija

La entidad financiera lanza un mensaje a las personas que se plantean cambiar de hipoteca

BBVA se dirige a los clientes con una hipoteca. Foto: Europa Press.

BBVA se dirige a los clientes con una hipoteca. Foto: Europa Press.

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La evolución de los tipos de interés tiene un impacto directo sobre la cuota mensual que desembolsan las personas que tienen contratada una hipoteca a tipo variable con una entidad financiera. Mientras que en la hipoteca fija, los clientes siempre abonan el mismo importe al concluir el mes, en el caso de la variable la cuantía está sujeta a los vaivenes de un indicador, habitualmente, el euríbor.

Después de reiteradas subidas, el Banco Central Europeo (BCE) ha optado por rebajar los tipos de intereses en septiembre y en octubre. Tras el último recorte, de 25 puntos básicos, la tasa de depósito ha quedado en el 3,25%, la tasa de referencia para las operaciones de refinanciación en el 3,40% y la facilidad de préstamo en el 3,65%.

A pesar de que los tipos de interés ahora son más favorables, no son pocos los clientes que aún continúan sopesando la idea de cambiar su hipoteca variable a una fija. Para las personas que se encuentran en esta situación, la entidad financiera BBVA ha desgranado las condiciones indispensables para ello.

Cuáles son las ventajas y desventajas

El banco ha señalado que la principal consecuencia del cambio de una hipoteca variable a una fija son los tipos de interés, lo que conlleva una subida o una bajada en la cuota mensual a desembolsar. Al dejar de depender del euríbor y comenzar a ser fija, la cuantía a pagar periódicamente será la misma hasta que concluya la devolución del préstamo.

Cuando se cambia de una hipoteca variable a una fija, la cuota mensual es la misma hasta el fin del préstamo. Foto: Freepik.
Cuando se cambia de una hipoteca variable a una fija, la cuota mensual es la misma hasta el fin del préstamo. Foto: Freepik.

Una de las principales ventajas de la hipoteca fija es que siempre se conoce el precio de la cuota a desembolsar, puesto que será la misma a lo largo del plazo de amortización. No obstante, no se debe perder de vista que el importe a desembolsar puede variar en el caso de que se tenga una bonificación o si se dejan reunir las condiciones necesarias para acceder a este beneficio.

Dado que la cuota mensual no se debe revisar cada seis o doce meses, como sí ocurre con las hipotecas variables, las personas que tienen intención de contratar un préstamo con un tipo de interés fijo encuentran unas mayores facilidades a la hora de negociar con la entidad financiera.

Entre las desventajas que deben afrontar quienes están devolviendo un crédito hipotecario fijo, se encuentra que cuando desciende el euríbor y se mantiene bajo, se desembolsa un importe mayor a la larga que si se tiene un interés variable.

Cómo cambiar de hipoteca variable a fija

De forma general, existen distintas formas de cambiar de una hipoteca con un tipo de interés fijo a una variable, tal y como se desprende a continuación:

  • Novación: el banco y el propietario alcanzan un acuerdo para modificar el tipo de interés del préstamo hipotecario que, en este caso, supondría el cambio de una hipoteca variable a una fija, sin necesidad de cambiar de entidad financiera.
  • Subrogación: consiste en el cambio de préstamo hipotecario a otro banco, lo que conlleva la modificación de las condiciones, como la amortización o los tipos de interés.
  • Cancelación y contratación de una nueva hipoteca: se basa en la búsqueda de una nueva entidad financiera en la que contratar una hipoteca, a la vez que se cancela la antigua.

Cuánto cuesta el cambio de hipoteca

Los gastos que habrá de desembolsar la persona que quiera cambiar de hipoteca varían en función de la manera que se escoja para formalizar el proceso.

Mientras que los clientes que opten por la novación únicamente habrán de pagar la tasación de la vivienda y la comisión por novación, quienes lo hagan por subrogación habrán de pagar los gastos por la tasación de la vivienda y la comisión correspondiente.

La opción más cara es la cancelación y contratación de una nueva, puesto que conlleva el desembolso de los gastos de liquidación, la tramitación de la cancelación registral y el abono de los costes de la nueva hipoteca, es decir, la tasación y copia de la escritura.

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