Arcasa devuelve el 40% de la financiación que pidió al fondo de rescate del Covid

La compañía de servicios de restauración colectiva, actualmente en liquidación, había recibido una financiación por valor de 8 millones de euros

Catering de Arcasa. Foto: Arcasa.

Servicio de cátering de Arcasa. Foto: Arcasa.

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Arcasa ha devuelto el 40% de los fondos que solicitó al Fondo de Recapitalización de empresas afectadas por la Covid-19 (Fonrec), que gestiona la Compañía Española de Financiación del Desarrollo (Cofides). Concretamente, ha devuelto 3,2 millones de euros.

Así se desprende de la memoria de las cuentas anuales de 2023 del Fonrec, del que la compañía de servicios de restauración colectiva había recibido una financiación por valor de 8 millones de euros.

A través de la operación, que estuvo asesorada en el ámbito financiero por PKF Attest y en el legal por Gómez Acebo & Pombo, la empresa con sede en Esplugues de Llobregat (Barcelona) logró en 2022 un préstamo participativo de 4,8 millones de euros y un préstamo ordinario de 3,2 millones de euros.

«Desde el 31 de diciembre de 2023 y hasta la fecha de formulación de estas cuentas se ha recuperado el 40% de los saldos adeudados por Catering Arcasa», recoge el documento.

El fondo público, dotado con 1.000 millones de euros, estaba dirigido a empresas medianas con ventas de entre 10 y 400 millones de euros viables a largo plazo, pero con una supervivencia amenazada por los efectos de la pandemia.

La financiación que podían recibir estas sociedades partía de los 2,5 millones de euros y podía extenderse hasta los 25 millones de euros con una duración máxima de ocho años.

Arcasa, en liquidación

Arcasa, compañía que cumpliría este año 40 años de historia, dio el pistoletazo de salida a su andadura prestando servicios de alimentación en el sector de la restauración hospitalaria en Cataluña, si bien progresivamente amplió su actividad a centros escolares, residencias de la tercera edad, cafeterías y comedores de empresas y centros de ocio.

Con el objetivo de construir una alianza estratégica, reforzar las capacidades financieras y la conexión internacional, en 2017 entró en el accionariado de la compañía catalana el grupo italiano Camst, con presencia en Alemania y Dinamarca.

Un año más tarde compró Comer Bien (Combi), que dispone de cocinas centrales en Zaragoza y Cantabria, para reforzar su expansión geográfica e incorporar una mayor experiencia en el sector escolar, senior y comedores de empresas.

En los últimos años, sin embargo, el conglomerado de la familia Arqués ha perdido algunos contratos importantes como el del Hospital de Vall d’Hebron, donde servía la comida a la plantilla de sanitarios, después de que se hallaran insectos.

Los efectos de la pandemia también fueron devastadores para la compañía, que vio como su actividad quedaba prácticamente paralizada a causa de la crisis sanitaria desatada por el coronavirus.

Arcasa solicitó el concurso voluntario de acreedores ante el Juzgado Mercantil número 1 de Barcelona en febrero

El apoyo financiero brindado por Cofides no fue suficiente para reflotar la firma, que se vio abocada a solicitar el concurso de acreedores ante el Juzgado Mercantil nº 1 de Barcelona.

Tras el intento frustrado por parte de Serunion para hacerse con la unidad productiva de Arcasa, el juzgado decretó la disolución de la compañía a principios de este año.

Un reguero de problemas

El colapso de Arcasa ha dejado en una complicada situación a las entidades que le habían adjudicado sus servicios. Una clara muestra de ello es lo sucedido con el contrato adjudicado por el Consell Comarcal de la Selva para prestar servicio en varios comedores escolares de la comarca durante el curso pasado.

Tras ganar la adjudicación, la empresa comenzó a encargarse del comedor de la escuela Guilleries, el instituto escuela Sant Josep y la guardería La Baldufa, situados en la localidad de Sant Hilari Sacalm (Gerona), pero también de la escuela Doctor Carulla y la guardería El Jardinet, emplazadas en Arbúcies (Gerona).

La escuela Guilleries es uno de los centros educativos donde Arcasa prestaba servicio. Foto: Arcasa.
La escuela Guilleries es uno de los centros educativos donde Arcasa prestaba servicio. Foto: Arcasa.

Desde el Consell Comarcal de la Selva, explican que escuchaban desde hacía algún tiempo «algunas voces», ya que la firma se encargaba de gestionar otros comedores escolares en la comunidad autónoma, que advertían que otras empresas habían tenido que absorber su gestión. Por ello, comenzaron a prepararse para actuar rápidamente por si la empresa fallaba.

«La última semana, las mismas cocineras nos decían que algunos proveedores no habían cobrado y no sabían cuando les servirían», relatan por lo que contactaron con las empresas que habían gestionado previamente estos comedores, que conocen el número de alumnos y la cantidad de monitores que son necesarios, para consultarles si podían encargarse del servicio si la empresa colapsaba.

De esta manera, consiguieron que los niños no se quedasen «ni un solo día sin comedor». «Nos lo comunicaron un día y al siguiente ya estábamos prestando el servicio», enfatizan. Tras la declaración del concurso de acreedores, asumió la gestión durante ese curso escolar la empresa Set i Tria, que se había encargado en años anteriores de estos comedores.

A pesar de que este año se ha licitado el servicio, el consell concreta que ha quedado desierto en dos ocasiones, por lo que ahora se encuentran «a la espera».

Escisión de contratos

Una situación similar es la de la adjudicación del servicio de restaurante-cafetería y de venta mediante máquinas expendedoras en el Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira.

Si bien inicialmente se adjudicó a Comer Bien, filial de Arcasa, la formalización del contrato no pudo llevarse a cabo en los plazos previstos a raíz de la declaración de concurso voluntario de acreedores por parte de la compañía, lo que empujó a la mesa de contratación a declarar el concurso desierto.

Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira. Foto: Ministerio de Cultura.
Museo Nacional y Centro de Investigación de Altamira. Foto: Ministerio de Cultura.

También se ha visto salpicado por la fallida de Arcasa el Consorci Sanitari de l’Alt Penedès i Garraf, donde la compañía se adjudicó el contrato para suministrar los servicios de restauración y máquinas expendedoras de alimentos y bebidas en los centros hospitalarios del Garraf, así como los servicios de cafetería en el Hospital Sant Antoni Abat.

Tras prestar servicio entre 2022 y 2024, el consorcio decidió rescindir el contrato este año por la declaración del concurso de acreedores y adjudicó en enero el servicio a Aramark.

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