Quién es Ángel Escribano, el relevo de Marc Murtra en Indra
Ángel Escribano es el segundo accionista de Indra con el 14,3% de su capital social
Los recientes movimientos en las cúpulas de Telefónica e Indra, ambas participadas por la Sepi, han sacudido el panorama empresarial, especialmente por la rapidez con la que se llevaron a cabo.
Sin embargo, en el caso de Indra, este cambio no resulta ajeno considerando que este año deberá renovar una parte significativa de su consejo de administración.
El grupo industrial y de defensa tendrá que decidir el futuro de casi el 70% del consejo, entre un ejecutivo, consejeros independientes, representantes de la Sepi y de accionistas importantes como SAPA y Escribano. Esto es debido a que sus mandatos concluirán en los próximos meses.
Esta renovación representa un factor decisivo para definir el rumbo de la compañía en un momento marcado por operaciones estratégicas, como la venta de Minsait (negocio de tecnología civil) o la adquisición de Hispasat, con el propósito de posicionarse como un referente del sector.
En este contexto, el madrileño Ángel Escribano toma las riendas de Indra a la vez que continúa siendo el segundo mayor accionista de la tecnológica española, con el 14,3% de su capital social.
Inicios del nuevo presidente de Indra
Ángel Escribano es cofundador y dueño junto con su hermano Javier Escribano (actual consejero de Indra) de Escribano Mechanical & Engineering, una empresa fundada en el municipio de Coslada (Madrid) a finales de los noventa bajo el nombre ‘Mecanizados Escribano’.
La historia del negocio comenzó en los ochenta, cuando su padre perdió su empleo y decidió dedicarse a reparar maquinaria de obra pública. Tiempo después, Ángel se unió al negocio tras finalizar su servicio militar.
Según cuenta El Debate, al poco tiempo, Ángel protagonizó un episodio decisivo: fue directamente a la sede de Construcciones Aeronáuticas (hoy Airbus) y fingió tener una cita con el director comercial.
Una vez habló con él, le convenció para que les encargara reparar algunas piezas. Esta iniciativa le abrió las puertas de la industria aeronáutica para la empresa.
Despegue
El gran estímulo para la compañía de los Escribano llegó en 2011, cuando Ángel conoció en Barcelona a un profesional del sector que trabajaba en Omán.
Tras un gesto de cortesía por parte de Ángel, este contacto le presentó al fondo soberano de Omán, el cual terminó invirtiendo 18 millones de euros en Escribano, haciéndose con el 32 % de la compañía.
En 2020, los hermanos recompraron esas acciones, quedando como únicos propietarios al 50 % cada uno.
Con esta trayectoria, la empresa alcanzó en 2018 una facturación de 51 millones, con un beneficio neto de 11 millones, y empleando a 300 trabajadores.
En 2024, sus cifras han crecido significativamente, con una facturación prevista de 225 millones, un beneficio neto de 13 millones, cero deuda y más de 1.000 empleados.
Actualmente, Escribano centra su actividad en la fabricación de estaciones de armas y torres para metralletas, utilizadas en vehículos blindados y buques de guerra, lo que representa el 60% de su negocio. El resto de sus ingresos proviene de sistemas de guiado de municiones y equipamientos de seguridad y frontera.