Anfac reabre la búsqueda de presidente con Revilla (Iveco) de favorito
La patronal del automóvil debe encontrar un nuevo sustituto para José Vicente de los Mozos tras la fallida apuesta por Luca De Meo
La patronal de fabricantes de coches Anfac vive sumida en la interinidad. Mientras espera que el Ministerio de Hacienda dé el visto bueno a la exsecretaria general de Industria y Pyme, Begoña Cristeto, para que asuma el cargo de directora general, busca un presidente a contrarreloj para sustituir a José Vicente de los Mozos. El elegido era el italiano Luca de Meo, pero su salida de Seat rumbo a Renault descabalgó la candidatura. Ahora, el favorito en las quinielas es Jaime Revilla, consejero delegado de Iveco España.
El mandato de De los Mozos caduca a finales de este mes de enero tras dos años de vigencia. Ante el contratiempo de la marcha de De Meo, la comisión de estrategia de Anfac –formada por los asociados— ya baraja las diversas alternativas para adaptar la situación actual a los Estatutos. Según fuentes del sector, la decisión tomada ha sido la de alargar los días del actual presidente hasta el mes de marzo, algo que no confirman desde la patronal.
Se antoja clave la junta de afiliados del próximo mes de febrero. “Allí se propondrá un nombre para que sea el nuevo presidente”, explican desde el sector. En cambio, fuentes de Anfac escurren el bulto: “Hasta que no haya una asamblea –se celebran dos al año— no habrá un nuevo presidente; y no hay ninguna convocada”. El mundo de la automoción augura que el cambio se producirá en marzo, pero desde la patronal vuelven a negar la mayor.
Los afiliados señalan a Revilla como «un hombre de consenso» aunque no descartan otros candidatos
Si bien hay discrepancias sobre las fechas, afiliados y patronal coinciden en que ya se trabaja para encontrar al nuevo presidente. No será un nombre tan mediático como el de Luca De Meo, pero con el poco margen de maniobra existente surge un dirigente por encima del resto: Jaime Revilla, presidente y consejero delegado del fabricante de camiones Iveco en España.
Varios afiliados lo señalan como “un hombre de consenso” entre las diferentes marcas. Podría poner de acuerdo rápidamente a los fabricantes franceses y alemanes. Vocal en la junta directiva actual, Revilla es considerada como una “voz experta” que ha liderado el proceso de selección para encontrar a la nueva directora general de la patronal.
Además, Revilla ya estuvo en la pomada hace dos años, cuando finalmente se optó por nombrar a De los Mozos como representante institucional de los fabricantes de coches. Asepa, la Asociación Española de Profesionales de Automoción, lo distinguió a mediados de diciembre como Personaje Ilustre de la Automoción Española 2019.
Su nombre se pone sobre el tablero ayudado por la falta clara de candidatos. Desde la patronal se trata de apuntalar el carácter industrial de la misma, por lo que parece importante que el presidente esté ligado con la producción de automóviles en España. El abanico no es tan grande. Parece complicado que Renault repita al frente de la asociación mientras que Nissan, miembro de la alianza, no está en disposición de optar a un cargo representativo con los constantes recortes a su fábrica de Barcelona.
A otros afiliados les suena extraño que un dirigente de Iveco lidere la patronal del automóvil en España
Mientras, Ford se encuentra en un plan de reducción de costes en toda Europa que tiene en vilo a la planta de Almussafes (Valencia) a pesar del aterrizaje de nuevos modelos híbridos. Tampoco surge ningún candidato claro dentro de Volkswagen AG tras la salida de De Meo a pesar del buen momento de la fábrica de Volkswagen en Landaben (Pamplona) y de Seat en Martorell (Barcelona). Sí le haría ilusión el cargo a PSA Groupe con Juan Antonio Muñoz Codina, que lidera el conglomerado desde el pasado diciembre, y Antonio Cobo, actual director de Opel en España.
Pero el nombre de Revilla tampoco genera unanimidad. Otro de los afiliados consultados advierte de lo «extraño» que suena tener como presidente al dirigente de una empresa de camiones ante los retos que afronta actualmente la industria del automóvil con las necesidades de infraestructuras para el coche eléctrico y una presumible difícil relación con el Gobierno que encabeza Pedro Sánchez.
Una postura dura con el Gobierno
Siempre crítica con el Gobierno, la patronal ha lamentado en varias ocasiones durante los últimos meses la falta de movimiento del Ejecutivo para apoyar una industria que genera 350.000 empleos entre directos e indirectos. De hecho, advirtió que la Ley de Cambio Climático y Transición Energética impulsada por el PSOE tendrá un efecto negativo en el ecosistema de fábricas. En una conversación con Economía Digital, el todavía presidente de la asociación, José Vicente de los Mozos, criticaba que España “no era amigable” para la industria de la automoción. El principal blanco de las críticas era la intención de prohibir la matriculación y venta de vehículos diésel y de gasolina para el próximo 2040. Ya en noviembre, la asociación ya lamentó que el proyecto del Gobierno iba «contra el principio de neutralidad tecnológica defendido al máximo por la Unión Europea«.
El directivo pidió en varias ocasiones en los últimos meses «un pacto de estado para la industria del automóvil». Puso el foco en la demanda: «Si en España no hay infraestructura –que facilite la compra– será difícil que se fabriquen coches eléctricos aquí», dijo en junio en el Fórum Europa. Y como para casi todo, hace falta dinero. Reino Unido y Francia tienen planes que rondan los 1.000 millones de euros para impulsar los automóviles alternativos. «Aquí sólo se han dedicado 74,5 millones a estos planes en cinco años», compara la patronal.
En cambio, el proyecto de Madrid 360 que impulsa el consistorio de la capital sí logró los elogios de la patronal. Anfac celebró el “plan transversal” ideado por José Luiz Martínez-Almeida, que rebaja las restricciones para acceder a Madrid Central, permitiendo la entrada a automóviles C con dos o más ocupantes. A cambio, la legislación prohibirá, a partir de 2025, circular a los coches más contaminantes –sin etiqueta— por toda la ciudad.
Pero a la restricción progresiva de la circulación para algunos vehículos se suma otra otra de las demandas que los fabricantes persiguen desde hace tiempo: un plan de ayudas de 50 millones de euros anuales para la renovación del parque de coches.