Los 40.000 millones en centros de datos en Zaragoza: Amazon pide más agua, Microsoft perfila y Azora apuesta fuerte
Zaragoza, el destino estratégico que seduce a las grandes tecnológicas para construir sus centros de datos
De I a D: Fernando Gumuzio, socio fundador de Azora; Jeff Bezos, fundador de Amazon; y Bill Gates, fundador de Microsoft.
Zaragoza se ha convertido en una ubicación clave para la inversión en centros de datos, con una cifra que ronda los 40.000 millones de euros, de empresas líderes en el sector como Amazon, Microsoft y Azora, aunque aún hay pocas grúas y edificios que materialicen estos anuncios millonarios del sector.
Amazon ha sido una de las empresas más comprometidas con su apuesta en la zona, destinando 15.700 millones de euros a la construcción de tres centros de datos. Sin embargo, la compañía ha reclamado un aumento del 48% en el consumo de agua para su refrigeración para aumentar la eficiencia de los mismos, lo que ha generado preocupación en una región propensa a la sequía.
«Si deja de llover, ¿se dará prioridad al abastecimiento de los centros de datos o a la población?», cuestionan fuentes del sector en conversaciones con este medio.
A pesar de estos desafíos, Amazon sigue siendo la única empresa que ha materializado sus proyectos en Aragón. Microsoft, que anunció la construcción de un Campus de Centros de Datos en la región con una inversión de 10.000 millones de euros, aún no ha comenzado la fase de edificación en el proyecto.
Estos dos gigantes tecnológicos no son los únicos en mostrar su interés en la capital de Aragón. Blackstone ha anunciado inversiones por valor de 7.500 millones de euros; Repsol, 4.000 millones; Box2bit, 3.400 millones; y Azora, 2.000 millones.
Pero fuentes del sector advierten que muchas de estas inversiones pueden formar parte de una burbuja especulativa, similar a la que se vivió con la energía fotovoltaica.
«Anunciar proyectos suele provocar un aumento del 3% o 4% en las acciones de las empresas en bolsa, lo que hace que la noticia se pague por sí sola», explican estas voces. Para medir la inversión real, sugieren fijarse en la presencia de grúas y obras en marcha.
Amazon encontró facilidades políticas
La capital aragonesa no solo destaca por su ubicación geográfica, sino también por su papel clave en la conexión de fibra óptica entre Estados Unidos y Europa. Esta ventaja, sumada a las facilidades ofrecidas por el Gobierno de Aragón, ha sido determinante para que Amazon instalara sus centros de datos en la región.
«Cuando la compañía buscaba el lugar idóneo para sus infraestructuras, el respaldo político del Gobierno aragonés fue un factor clave», aseguran las fuentes consultadas. La decisión ha convertido a Zaragoza en un polo tecnológico, atrayendo inversiones y otras empresas interesadas en aprovechar sus ventajas competitivas.
La presencia de un gigante como Amazon ha generado un efecto colateral: la especulación inmobiliaria. «Muchas empresas han adquirido terrenos en los alrededores con la intención de revenderlos posteriormente a precios mucho más altos».
El fenómeno, aunque natural en grandes desarrollos industriales, plantea desafíos para la planificación urbana y el acceso a suelo asequible para futuros proyectos.
Uno de los factores determinantes para el crecimiento de estos centros de datos es la infraestructura energética. «El tamaño de los centros en Europa lo define la disponibilidad de energía confirmada, no solo proyectada», señala Santiago Olivares, jefe de infraestructuras en Azora, en conversación con ECONOMÍA DIGITAL. Es vital, insiste, destinar inversión a la red de transporte y distribución eléctrica para garantizar la viabilidad de estos proyectos.
Azora, un proyecto de 2.000 millones
El fondo de inversión Azora ha anunciado un desembolso de 2.000 millones de euros en la construcción de un nuevo centro de datos en la región. De esta cantidad, 1.100 millones están destinados a los primeros 150 megavatios ya aprobados, mientras que aún espera la adjudicación de los otros 150 megavatios adicionales. La empresa prevé, también, invertir 5.000 millones en la implementación de sistemas informáticos.
«La construcción comenzará en 2026, si logramos obtener todas las licencias necesarias en los próximos 16 meses», afirma Olivares. Si todo marcha según lo previsto, los primeros movimientos de tierras se realizarán este mismo 2025.
Entre las ventajas de Zaragoza, Olivares destaca la disponibilidad de suelo industrial, algo que escasea en ciudades como Madrid y Barcelona. También subraya la agilización de los trámites administrativos, gracias a medidas del Gobierno de Aragón que han reducido los tiempos de concesión de licencias de tres años a tres meses.
Otro punto a favor es la posibilidad de generar energía renovable en los mismos terrenos de los centros de datos, lo que les permite reducir costos y garantizar su sostenibilidad.
A medida que las empresas continúan sus planes, el futuro de Zaragoza como un hub tecnológico dependerá de cómo se equilibren estos factores y de la capacidad de la región para adaptarse a las exigencias del sector.