Air Europa no es una excepción: España registra 183 millones de ataques a cuentas bancarias online

El ataque cibernético que Air Europa sufrió en la madrugada del pasado martes ha despertado o, como poco, ha elevado la atención de los hackeos que afectan directamente a las cuentas bancarias de los clientes. Tal y como describió la aerolínea española, el ataque fue direccionado a los «datos asociados a las tarjetas en sí y no a los clientes«. Esta falla cibernética puso al descubierto los datos bancarios de varios clientes, y los agresores tuvieron acceso a los números de tarjeta de estos, al igual que a las fechas de caducidad de las mismas y a los códigos de seguridad CVV. 

Atendiendo a la gravedad del asunto, Air Europa no tardó en informar a todos los clientes de dicho ataque y, pese a que aseguraba tener la situación bajo control, también recomendó anular las tarjetas bancarias de aquellos usuarios que la tuvieran asociada a la aerolínea. 

El ataque a Air Europa no es una novedad  

Pese a ello, y contado con que es una problemática mayor tanto para los clientes, como para la propia empresa, se trata de una situación que ya se ha visto en España con anterioridad. Y es que, como apuntan los datos de la firma de ciberseguridad Surfshark, el país ibérico recuenta hasta 183 millones de ataques cibernéticos a cuentas online desde 2004. Con esta estadística, España ocupa la sexta posición en el ranking europeo y la undécima a escala global, según los datos proporcionados por la compañía de ciberseguridad.  

Solo en el segundo trimestre, España registra 3,7 millones de cuentas afectadas por ataques  

Aunque el control tanto de los bancos, como del resto de compañías, para evitar este tipo de situaciones ha crecido exponencialmente, la realidad es que son sucesos que se siguen viendo. Según Surfshark, en las últimas dos décadas, en España se han expuesto hasta 551 millones de datos de clientes. La firma agrega que «de media, cada dirección de correo electrónico se filtra con tres puntos de datos direccionales». 

La mayor apuesta por lo digital supone reforzar la seguridad  

Además de ello, la compañía con sede en Países Bajos remarca que en el país ibérico se han filtrado hasta 128 millones de contraseñas de cuentas. Este dato, que de por sí es preocupante, fija en un 70% la cantidad de usuarios afectados que están «en peligro de apropiación de su cuenta», lo que podría desembocar en «robo de identidad, extorsión y otros delitos informáticos», explica la compañía de ciberseguridad.  

Pese a que las compañías tanto nacionales, como internacionales, han elevado la seguridad de todos los procesos online, los ataques cibernéticos se siguen sucediendo. Cabe destacar que las firmas siguen apostando por digitalizar todos los trámites, lo que, a la postre, aligera los procesos y, a la larga, puede suponer un menos coste de gestión para cualquier empresa. Atendiendo a esa mayor apuesta por lo digital, en el que, por ejemplo, el sector bancario es uno de los que está más involucrado, estas firmas también deben elevar la seguridad.  

El Banco de España registró un 110% más de reclamaciones por fraude  

Los últimos datos reportados por el Banco de España sobre las reclamaciones de los clientes bancarios vislumbraron una problemática que atañe a las tarjetas. Y es que, según la última Memoria de Reclamaciones, de las más de 34.000 quejas que hicieron los usuarios en 2022, 10.361 son por operaciones presuntamente fraudulentas. 

Es decir, la mayoría de las quejas que los clientes notificaron al Banco de España devinieron estafas o fraudes con sus tarjetas. De hecho, los últimos datos publicados por el supervisor español revelan que las operaciones fraudulentas han crecido un 110% con respecto al anterior año, por lo que es un problema incipiente que, según el BdE, responde a que el volumen de operaciones con tarjetas bancarias ha crecido exponencialmente. 

Los directivos de la institución nacional alertaron de que los clientes deben tener cuidado con las nuevas estrategias de fraude los ciberdelincuentes, como el phising, una de las más comunes en el entorno financiero.