Abengoa estira las negociaciones con los acreedores
Abengoa consigue convencer a los acreedores para que no se levanten de la negociación mientras la CNMV espera los resultados que debía presentar este martes
Abengoa estira las negociaciones con los acreedores en el día en que se acaba el plazo puesto por la propia dirección de la compañía para llegar a un acuerdo con la banca acreedora y lograr un crédito ICO para salvar de la quiebra a la compañía. No hay acuerdo y no hay crédito, pero las negociaciones siguen abiertas.
En paralelo, la compañía se verá obligada a pedir un aplazamiento de presentación de resultados a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) puesto que este martes terminaba el plazo para entregar las cuentas al regulador.
Fuentes el mercado informan que Abengoa mantiene a la banca acreedora en la mesa de negociación y que, pese a haberse fijado el 30 de junio como fecha límite para evitar la disolución de la compañía, no es una fecha oficial e inamovible y, por tanto, se puede seguir negociando.
La última comunicación oficial que se conoce de la empresa es el viernes 26 cuando comunicó a sus trabajadores que no podrá pagar las nóminas de junio en su totalidad por la situación que atraviesa.
Entrega de activos
Según informa El Economista, Abengoa entregará a los acreedores el 90% de Abenewco el vehículo donde se aglutinan la mayoría de sus activos y que tiene un patrimonio positivo. Es por esta propuesta por lo que las negociaciones seguirían abiertas.
Como contrapartida, la banca acreedora tendría que inyectar nueva liquidez y los tenedores de bonos convertibles que emitió en 2019 hasta un importe máximo de 3.000 millones de euros. Según informa este medio, los porcentajes se están negociando, pero todo apunta a la proporción 90%-10%.
Ya el pasado curso la empresa sevillana entregó el 22,5% de esta división a siete fondos y entidades enfrascadas en el accionariado y reestructuración de la compañía: Banco Santander, Bankia, KKR, Blue Mountain, Crédit Agricole, Signature y Alden.
Santander tiene las riendas
El ICO no llega, y no parece que vaya a llegar; la banca no ofrecerá una ayuda fácil, de ahí la nueva propuesta de Abengoa, y la Junta de Andalucía no logra un crédito para dar oxígeno, puesto que la banca no está dispuesta a ofrecerlo. Con este escenario, Abengoa tiene que mirar a sus máximos accionistas.
La intención de Abengoa es convencer a banca y Estado de un plan a largo plazo, hasta 2028, donde ya avisa que tanto ventas, caja y ebitda podrían reducirse en un 25%.
Otros de los motivos que esgrime la compañía para acudir a sus principales accionistas es que la pandemia les cierra cualquier otra vía de financiación y la única opción que queda es la disolución.
Así, el Santander y KKR son los que llevan la voz cantante en las negociaciones al poseer la gran parte de deuda de la compañía y ser los principales accionistas.
En un principio, a cambio de asumir más riesgo financiero y dejar la deuda por debajo de los 1.000 millones, Abengoa ofreció a ambos quedarse con una participación del 19% y del 16% respectivamente, pero parece que la oferta no convenció.
Y es que todas las opciones llegaron a estar sobre la mesa ya que también se planteo la opción de ofrecer a los acreedores el cobro de los arbitrajes que tiene abiertos la compañía. Una opción compleja, que no convenció, porque no se sabe si la compañía los ganará.
La empresa sevillana tiene un arbitraje abierto con España desde 2012 por la retribución al sector y otro con la Cámara de Comercio de Estocolmo por diversas participadas. Solo a España le reclama 1.182 millones de euros por el incumplimiento de la Carta de la Energía