¿Qué es el REPO y en qué contextos se utiliza?

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Dentro de todas las operaciones que juegan un papel fundamental en el ámbito económico, el REPO es una de las grandes desconocidas a nivel global. Se trata de una operación de recompra que se realiza a modo global sobre los valores de Deuda Pública, en la que ambas partes se comprometen a deshacer la operación en una fecha futura.

Dicho de otro modo, se trata de una transacción en la que el vendedor cede un activo financiero a un inversor a un precio fijado previamente, con el único compromiso de que éste tendrá la obligación de recomprarlo en un plazo de tiempo también predeterminado. Y todo lo relativo a esta operación, además, se formaliza en un contrato que ambas partes deben firmar.

Toda la información fundamental a conocer sobre el REPO

A pesar de parecer un concepto considerablemente sencillo, son muchas las cosas que hay que comprender, comenzando por los dos tipos de REPO con los que podemos toparnos. Por un lado, el REPO de entrega hace referencia a aquel en el que el activo financiero se entrega físicamente al inicio del REPO y se recompra al final del periodo del mismo.

Por otro lado, el REPO de reposos no se produce una entrega física del activo financiero como tal. En lugar de esto, el comprador y el vendedor llegan a un acuerdo en el que determinan que ambos mantendrán el activo en cuentas de custodia separadas. No obstante, a la hora de la verdad, ¿cuál es el objetivo a la hora de llevar a cabo un REPO?

Una de las principales razones por las que se puede llevar a cabo una operación de este tipo es la obtención de liquidez a corto plazo, puesto que, al vender un activo financiero en un REPO, esa entidad obtiene un dinero en efectivo que podrá utilizar para financiar otras operaciones. La otra razón principal por la que se llevan a cabo estas operaciones tienen que ver con la gestión de las carteras de inversión, pues que, con esta operación, el inversor puede obtener beneficios sin desembolsar el precio total del activo.

Por ello, se trata de una operación muy útil de la cual se pueden sacar tres grandes ventajas: es una forma ideal para que una entidad obtenga liquidez, además de ser una operación muy eficiente, puesto que son una forma sencilla de gestionar el riesgo de una inversión y, además, es una transacción muy versátil, puesto que puede utilizarse esta operación para una amplia lista de propósitos.

Pero no todo es positivo respecto a estas operaciones. Entre sus desventajas, destaca principalmente el riesgo de contraparte, que aparece cuando el vendedor no cuenta con los recursos suficiente para recomprar el activo al final del plazo establecido. Además, el costo extra de ciertas comisiones o gastos de custodia, puede ser también un aspecto que lleve a pensárselo dos veces antes de proceder a realizar esta operación.

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Diego Sánchez Aguado

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