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Esto es lo que debes tener en cuenta para elegir tu plan de pensiones
Evaluar el perfil de riesgo, el horizonte temporal, las comisiones y la rentabilidad histórica, junto con el asesoramiento profesional, son pasos fundamentales para tomar una decisión informada sobre tu pensión
Los planes de pensiones son un producto de ahorro a largo plazo cuyo propósito es complementar la pensión pública, ofreciendo una renta adicional durante tu jubilación.
Estos planes permiten a los ciudadanos ahorrar de manera regular durante su vida laboral, acumulando un capital que, una vez alcanzada la jubilación, se convierte en una renta o un capital de una sola vez.
Para escoger el correcto, debes tener en cuenta que hay distintos factores como el tipo de renta, la duración, entre otras cuestiones, por lo que a continuación te explicaremos brevemente las claves.
¿Quién es el promotor?
El promotor de un plan de pensiones no hace referencia al titular o partícipe de este, sino a quien promueve su creación, que puede ser una empresa, sindicato o colectivo, según explica BBVA.
Hay tres tipos de planes: pensiones individuales, pensiones de empleo o pensiones asociados. En el primer caso, el promotor es una entidad financiera y su titular una persona física, cuyo plan es contratado a título personal por personas que deseen invertir en su futuro. Estos planes normalmente son los ofertados por los bancos.
En cuanto a los planes de pensiones de empleo, son promovidos por las empresas y son de titularidad del propio empleado. Aquí la aportación al plan la hace la empresa promotora o el propio trabajador a título personal.
El tercer caso corresponde a los planes de pensiones asociados, cuyos promotores son los sindicatos, asociaciones o gremios, y sus titulares son sus propios miembros o filiados. Solo los titulares pueden aportar a este tipo de plan.
¿Cómo se invierte?
Los tipos de activos y su composición también caracterizan a los planes de pensiones. Según estos, se establecen los siguientes:
- Renta fija a corto y largo plazo: El capital se invierte en activos financieros de renta fija, que puede ser público (gobierno) o privado. Si bien este tiene un riesgo teórico más bajo que otros planes, la rentabilidad también es menor. En el caso del corto plazo, la duración media no puede ser más de dos años; mientras que el de largo plazo sí puede superar el mencionado periodo.
- Renta fija mixta: La inversión es en renta fija y variable, pero para invertir en la segunda hay un límite de capital (30% del total del plan).
- Renta variable: Se invierte en activos de renta variable, como acciones cotizadas, por lo que ofrecen una rentabilidad mucho mayor que la renta fija. Sin embargo, estás expuesto a más pérdidas.
- Garantizados: En este caso, el titular tiene la certeza de que recuperará la totalidad del capital inicial invertido a su vencimiento, con la condición de que conserve su dinero hasta el vencimiento.
¿Cuánto se invierte?
En cuanto a las aportaciones de los titulares promotores, se pueden encontrar tres tipos de planes: aportación definida, prestación definida y planes mixtos.
El primero de ellos, la aportación definida, se establece un monto fijo que el titular irá aportando de forma periódica. En este caso, cuando el titular haga el rescate, podrá esperar la recuperación del capital que ha invertido, así como una rentabilidad positiva o negativa que dependerá de las inversiones que se ha hecho. (Disponible para planes de promotor individual, de empleo o de asociados)
Sobre el plan de prestación definida, se tiene la seguridad de que, al momento del rescate, el titular obtendrá el monto aportado y una prestación o rentabilidad. (Disponible para planes de empleo y asociados).
El último corresponde a planes mixtos, que combinan los dos anteriores. Mientras que por un lado se establece una aportación periódica, se fija también una rentabilidad o prestación mínima a la que el titular del plan accede al momento del rescate. (Disponible para planes de empleo y asociados).