¿Qué diferencia hay entre alquiler turístico y alquiler vacacional?

A pesar de que puedan parecer lo mismo, existe una gran diferencia entre el alquiler turístico y el alquiler vacacional. Conocer en que se distinguen puede resultar útil tanto para las personas que disponen de una vivienda y están sopesando alquilarla, como para quienes están eligiendo alojamiento para su próximo viaje.

Además de la normativa a la que están sujetos los dos tipos de alquiler, también difieren en otros aspectos como la regulación, el contrato o la duración. A continuación, te desgranamos cuáles son las principales características de cada uno de ellos y como puedes distinguirlos.

Qué es el alquiler vacacional

El término vivienda vacacional hace referencia a la propiedad que una persona particular decide alquilar a turistas durante breves periodos de tiempo. Este tipo de alojamiento abunda en plataformas de reservas a través de internet como Airbnb o Booking, según desgrana el portal inmobiliario Fotocasa.

Teniendo en cuenta que se trata de una vivienda, se trata de una opción idónea para aquellos viajeros que desean pasar sus vacaciones en una zona residencial y tener una experiencia más auténtica, ya que de esta manera pueden vivir durante unos días como cualquier habitante de la destinación que desean conocer.

Eso sí, conviene no perder de vista que este tipo de viviendas han de cumplir con la normativa vigente. Pues, para poder alquilar el inmueble a turistas el propietario contar con la licencia que gestiona el Ayuntamiento y la región a la que pertenezca el municipio en el que se encuentre emplazada la propiedad.

Qué es el alquiler turístico

El alquiler turístico, también conocido como alquiler temporal, está pensado para las personas que necesitan habitar la vivienda de manera provisional, lo que conlleva la firma de un contrato. Algunos de los casos más habituales es el alquiler por trabajo, para estudiantes o para quienes están reformando su vivienda.

Cuáles son las diferencias

Una de las principales diferencias tiene que ver con la duración del alquiler. Mientras que la estancia en el alquiler vacacional no puede exceder los 31 días, en el caso del alquiler turístico puede estar comprendida entre los 32 días y los 11 meses.

La estancia en un alquiler vacacional no puede exceder los 31 días

También se distinguen por la firma del contrato. Los inquilinos de una vivienda que se alquila de forma temporal deberán haber rubricado un documento en el que se desgrane las condiciones de la estancia, a diferencia de los que opten por el alquiler vacacional, que únicamente habrán de hacerlo en las comunidades autónomas que así lo estipulen.

En relación con el precio, el alquiler vacacional lo fija teniendo en cuenta el número de noches que el huésped pernoctará en la vivienda, pero también la época del año. Por ese motivo, el precio puede variar considerablemente si es temporada alta, por ejemplo. Sin embargo, en el alquiler turístico el precio se establece por periodos de tiempo.

Si bien las viviendas que se alquilan de forma temporal acostumbran a ofrecer la equipación necesaria al inquilino, pero no servicios complementarios, en el caso del alquiler vacacional el propietario suele ofrecer un amplio abanico de servicios como la limpieza, toallas o ropa de cama, entre otros.

La legislación es otro de los factores diferenciadores entre ambos alquileres. En el alquiler vacacional, el inmueble está sujeto al cumplimiento de la normativa reguladora de la actividad turística. Por esa razón, en función del territorio en el que se encuentre ubicado el inmueble se deberán reunir unos requisitos u otros.

Por ejemplo, los alquileres vacacionales emplazados en municipios de Cataluña están obligados a inscribirse en el Registro de Turismo, puesto que han de disponer de una licencia turística. Sin embargo, los alquileres turísticos deben cumplir con los requisitos recogidos en la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU).