Yolanda Díaz propone reformar el BCE al estilo de la Fed en EEUU
El mandato del Banco Central Europeo pasa por mantener la inflación en el entorno del 2%, mientras que su homólogo americano tiene una doble tarea: controlar los precios sin perjudicar el empleo
Iniciado el ciclo de bajada de los tipos de interés, con un primer recorte de 25 puntos básicos aplicado esta semana, se reabre el debate sobre la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) y, sobre todo, de cómo debería aplicarse en el futuro. Sumar, el partido de la vicepresidenta Yolanda Díaz, plantea una enmienda a la totalidad de la gestión de las últimas décadas, que pasaría por reformar el mandato del BCE y asimilarlo al que tiene la Reserva Federal (Fed) estadounidense.
El objetivo fundamental del supervisor con sede en Fráncfort (Alemania), además de ser garante de la estabilidad del sistema financiero, es diseñar una política monetaria que mantenga la inflación en el entorno del 2%, el umbral que se considero ‘sano’ en una economía y que es compatible con el crecimiento económico.
La pandemia y la crisis energética por la invasión rusa de Ucrania obligaron al BCE a hacer la subida de tipos más rápida de la historia, situando el tipo de interés principal en el 4,5%. La mejora notable de la economía ha permitido un primer recorte de 0,25 puntos esta misma semana, dando un estímulo adicional a una actividad que ya no está ‘sobrecalentada’ y con unos precios que deberían ir acercándose a esa tasa mágica del 2%.
Un triple mandato para el BCE: inflación, empleo y ecología
Ahora bien, el objetivo del partido de Yolanda Díaz, a quien el consenso de las encuestas da en torno a 4 eurodiputados en las elecciones de este domingo, es una reforma en profundidad de la política monetaria que incluya mandatos específicos adicionales a la del control de los precios. Por ejemplo, la Fed tiene el doble mandato de controlar los precios pero evitando los efectos dañinos sobre el empleo.
Ambas son cuestiones difíciles de conjugar, pero Sumar, liderado por Estrella Galán en su plancha europea, pretende que el eurobanco tenga en cuenta ambos factores a la hora de tomar decisiones en política monetaria, además de un tercer elemento: el medioambiental. «El banco central del siglo XXI debe asumir como objetivos centrales la sostenibilidad de la actividad económica y el equilibrio necesario entre la lucha contra la inflación y el pleno empleo. Por ello proponemos un triple mandato por la estabilidad de precios, ecológica y por el pleno empleo, que se implementará en coordinación con el resto de instituciones europeas», indica el programa.
La reforma del Banco también pasa por impulsar su «democratización», dándole al Parlamento Europeo un papel más activo en la rendición de cuentas de la institución, ahora mismo presidida por la francesa Christine Lagarde. La Eurocámara, dice Sumar, debería tener también una voz más fuerte a la hora de seleccionar, ratificar o revocar a los cargos del BCE, aunque sea a costa de una reforma de los Tratados de la Unión Europea.
Tipos de interés ‘duales’ para inversiones verdes
La revisión en profundidad del supervisor supondrá también la enmienda de los instrumentos al servicio del BCE. «Las recientes explosiones
inflacionarias y las intervenciones del BCE al respecto han demostrado lo limitado de sus perspectivas y herramientas. Los riesgos de nuevas y cada vez más agresivas crisis causadas por las catástrofes climáticas serán con el tiempo un factor central de desestabilización económica y financiera, haciendo inservibles las viejas recetas», señala el partido de la vicepresidenta segunda, que reclaman «flexibilidad y rapidez» a la hora de la toma de decisiones.
En último lugar, Sumar también propone la creación de «tipos de interés» duales para combatir la crisis ecológica, de tal manera que las subidas del precio del dinero no pongan en dinero la transición verde. «Proponemos un modelo de tipos de interés duales en el que los proyectos considerados estratégicos para los objetivos medioambientales de la Unión Europea estén sujetos a unos tipos inferiores a los tipos de interés estándar. Esto facilitará su financiación y viabilidad, haciéndolos más resistentes a los vaivenes de la política monetaria, y también será parte de una política de estabilidad económica y de precios más sofisticada», apuntan.
Las propuestas del partido de Yolanda Díaz, que se reivindica como laborista por poner el empleo en el centro de la vida económica y política, también quieren valorar la tasa de paro a la hora de aplicar las reglas fiscales. El marco de gobernanza económica, que los Veintisiete consiguieron cerrar a finales del año pasado bajo la presidencia europea de Nadia Calviño, tiene que ser remozado, a juicio de Sumar.
Y en esta reforma, dice el partido, ha de incluirse la reducción de la tasa de paro como uno de los criterios a la hora de estimar la sostenibilidad de la deuda pública. Un factor importante para nuestro país, al ser el Estado con mayor desempleo de la UE. «Buscaremos priorizar, como criterio para garantizar la sostenibilidad de la deuda, la reducción en la tasa de desempleo en vez de la del déficit estructural. Esta metodología
serviría para reconciliar la estabilidad macroeconómica con mercados laborales más dinámicos, garantizar que economías como la nuestra rindan a su pleno potencial y evitar que las medidas para reducir el déficit produzcan una recesión y generen un círculo vicioso, como sucedió en la década de 2010″, apunta el partido. Ahora queda por ver si la vicepresidenta cuenta con la fuerza suficiente en Bruselas para logarlo.