Yolanda Díaz repite la ‘fórmula Calviño’ en su guerra con Cuerpo por la jornada y el SMI

La vicepresidenta, que confrontó con la ahora presidenta del BEI durante su mandato como ministra, retoma los choques con Economía para marcar perfil propio

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz (i), junto a la entonces vicepresidenta primera y ministra de Economía, Comercio y Empresa, Nadia Calviño (d) durante los actos del Día de la Constitución de 2023. Eduardo Parra / Europa Press

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El enfrentamiento entre la vicepresidenta Yolanda Díaz y el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, se ha convertido en guerra abierta entre ambos socios de coalición con los primeros compases de este año, tras una época navideña en la que las tensiones entre departamentos habían quedado en ‘stand-by’.

La también ministra de Trabajo protagonizó una entrevista muy dura en RNE, en la que llegó a decir del ministro Cuerpo que es «casi de ser malísima persona» negarse a reducir el tiempo de trabajo en media hora al día, precisamente a lo que aspira el Ejecutivo con el proyecto de reducción de la jornada legal semanal de 40 horas a 37,5.

La vicepresidenta segunda y líder del socio menor de la coalición ha desempolvado el manual que empleó durante el tiempo en el que Nadia Calviño era la vicepresidenta primera y la representante de la ortodoxia económica. Entre ellas, los pulsos eran constantes y las declaraciones cruzadas a cuenta de las distintas reformas que el Gobierno abordó en la legislatura pasada, parte del día a día de la escena política.

Sin embargo, la salida de Calviño a la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI), la designación de Montero como vicepresidenta económica y de Carlos Cuerpo como solo ‘ministro’ de Economía han provocado un año de ausencia de estas ‘hostilidades’ entre departamentos.

La vicepresidenta Díaz confrontó públicamente con Calviño en temas en los que se sabía ganadora, como las subidas del salario mínimo interprofesional (SMI), medidas populares que le permitían marcar perfil propio y acumular rédito político. En la mayor parte de ocasiones en las que estas disputas se hacían públicas, la balanza se decantaba del lado de la líder de Sumar.

Ya en las últimas semanas, coincidiendo con los últimos flecos en las negociaciones con los sindicatos para sacar adelante la reducción de la jornada laboral, en los pasillos del Ministerio de Trabajo había un tremendo enfado por lo que consideraban «interferencias» de Economía en la tramitación. En el Ministerio de Cuerpo se habría abierto la puerta a flexibilizar la aplicación de la medida, pensando principalmente en las pymes, las más afectadas por el recorte horario.

Desde Sumar se llegó a acusar a Cuerpo de ser «la voz de la patronal» en el Consejo de Ministros y hoy Díaz ha elevado el tono hasta niveles insospechados, con un ministro que se ha caracterizado en su año de mandato por mantenerse alejado de las polémicas.

«No hay tirantez (entre ministerios), hay desacuerdos manifiestos con el salario mínimo y con la jornada laboral. Yo no puedo comprender que un ministro socialista se oponga a la reducción de la jornada laboral. No lo puedo comprender y no puedo comprender que se oponga a un acuerdo con los sindicatos. Me parece muy grave. A un acuerdo de diálogo social. No ha pasado jamás. Quiere cambiar el acuerdo con los sindicatos y esto es muy grave y no va a pasar, se lo digo yo», denunció Díaz en RNE, que añadió que ni la exministra Nadia Calviño «se atrevió a tanto».

«Estamos hablando de reducir la jornada laboral media hora al día. Es casi de ser mala persona decirle hoy a la gente trabajadora en nuestro país que se niega a reducir la jornada media hora al día. Y digo lo que va a pasar. La jornada se va a reducir y la parte socialista del Gobierno va a presumir como presumió después del salario mínimo, igual que pasó con la reforma laboral, con los ERTE y con los riders», defendió Díaz.

El Ministerio de Economía se apresuró a reaccionar, lanzando un comunicado en el que manifestaban que la reducción de jornada era una «prioridad», pero matizaban que estas reformas debían ser «equilibradas».

En el entorno del ministro Cuerpo, que recientemente cumplió un año al frente de la cartera de Economía, se felicitaban por haberse mantenido ajeno al «barro» de la política. Más allá del propio talante del economista, explicaban, el hecho de que los datos macroeconómicos sean buenos y que, a diferencia de Calviño, su Ministerio no tenga el rango de Vicepresidencia le han alejado del día al día del conflicto político.

En el equipo de Díaz se felicitan de haber endurecido el discurso después de un año que no ha sido fructífero para la vicepresidenta en la gestión del Gobierno. Solo una ley ha recibido la luz verde del Parlamento, la reforma del subsidio por desempleo, después de que Podemos lo tumbara en primera instancia. Además, a ello habría que sumarle los problemas en su espacio político y la dificultad para llevar a cabo políticas progresistas.

La reducción de la jornada, la joya de la corona, tendrá que pasar ahora por el Consejo de Ministros y ser remitida al Congreso de los Diputados. Como pronto, podría estar en vigor antes del verano. Y solo si atan los votos de Junts.

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Álvaro Celorio

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