Último recado de Hernández de Cos al Gobierno: el empleo pierde fuelle y el paro se estancará al 11%
Tras el arranque de año más flojo de lo previsto, el Banco de España ha revisado sus previsiones a la baja para este año y la desaceleración en el mercado laboral permitirá que la economía gane productividad
El último informe trimestral sobre la economía española con Pablo Hernández de Cos como gobernador del Banco de España, cuyo cese se ha publicado este martes en el Boletín Oficial del Estado, da una de cal y otra de arena. La noticia buena para el Gobierno es la revisión de cuatro décimas, hasta el 2,3% y por encima de la previsión del Ejecutivo, de la previsión de crecimiento para este año.
La noticia mala es que la fuerte creación de empleo experimentada tras la pandemia, que ha dejado el mercado laboral en máximos con más de 21 millones de trabajadores, se va a difuminar sin conseguir que la mayor lacra del tejido productivo, el paro, baje del 10%.
El Banco de España ha revisado a la baja la proyección de creación de empleo para el próximo trienio, debido a un arranque más flujo de lo previsto con anterioridad. Según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) que elabora el INE, 2024 arrancó con la mayor destrucción de puestos de trabajo en la última década: casi 140.000, con una caída generalizada en todos los sectores. El paro repuntó en 117.000 desempleados, llevando la tasa al 12,3%.
Así, si bien la economía española seguirá creando puestos de trabajo, lo hará de manera más lenta que lo estimado con anterioridad. En marzo, el Banco de España apuntaba a que el empleo medido en horas trabajadas avanzaría un 1,8% este año. La nueva proyección es que lo hará a un ritmo del 1,1%. Esta desaceleración se compensará en 2025 y en 2026, con avances del 1,7% (1,1% previsto en marzo) y del 1,2% (0,9%, en marzo), respectivamente.
«En términos generales, en un contexto en el que va a seguir habiendo flujos migratorios importantes en los próximos años, con 700.000 personas más en el periodo 2024-2026, el empleo va a seguir mostrando un considerable dinamismo, pero estamos proyectando un menor dinamismo del empleo que del PIB», explicó el director general de Economía y Estadística de la entidad, Ángel Gavilán, durante la presentación del informe.
Es precisamente este aumento poblacional, derivado de una mayor migración a nuestro país, el que hará compatible el avance del empleo con el estancamiento del desempleo. «La tasa de paro continuará reduciéndose en los próximos años, aunque a un ritmo más lento que en los anteriores, debido tanto a la moderación esperada en el ritmo de creación de empleo como al avance previsto de la población activa», detalla el informe de la institución.
Gavilán reconoció durante la presentación que las proyecciones de paro apenas han cambiado, pero que son coherentes con las publicadas por el resto de analistas. Así, este año la tasa de paro se situará, de media, en el 11,6% (igual que en marzo), bajará al 11,3% el año próximo (11,5% en marzo) y caerá hasta el 11,2% en 2026 (11,3% en marzo).
En concreto, el directivo del Banco de España hizo referencia a las cifras del Fondo Monetario Internacional (FMI) que la institución hizo públicas la pasada semana, que situaban la tasa de desempleo en el 11,8% para este año, el 11,5% para 2025 y el 11,2% para 2026. En cuanto al crecimiento del empleo, si bien no señalan si es en horas o en ocupados, el avance será del 1,3%, del 0,9% y del 0,8%, respectivamente para los tres años de proyección.
El Gobierno, por su parte, se había fijado el pleno empleo como objetivo de legislatura. Si bien este es un concepto acerca del cual los académicos no terminan de encontrar un terreno común, en el caso de la economía española se alcanzaría con un paro en el entorno del 7-8%. A la vista de los datos, es difícil conseguirlo.
Con todo, este descenso del ritmo de creación de empleo tendría su parte positiva. El Banco de España ha mejorado su previsión de crecimiento para la economía, lo que conllevaría ganancias de productividad: si el PIB avanza más que el empleo, esto implica que el tejido productivo está ganando en eficiencia y genera mayor riqueza con menos recursos. No será para echar cohetes, eso sí: «Si bien la productividad aparente del trabajo seguirá mostrando una considerable debilidad durante 2024, se espera que esta experimente una ligera recuperación a lo largo del resto del horizonte de proyección, hasta alcanzar ritmos de crecimiento coherentes con su evolución histórica».
Precisamente la evolución del mercado de trabajo y la productividad son dos de las piezas clave que «será imprescindible monitorizar» en los próximos meses, según concluye el documento. La tercera será la actividad del sector servicios y, sobre todo, su efecto sobre la inflación.