Trabajo advierte a la CEOE que no hará concesiones con el SMI a cambio de ceder en la reducción de jornada
El Gobierno da por hecho que las negociaciones para la nueva cuantía del SMI se solaparán con la jornada, pero no harán cesiones
En el Gobierno han puesto la directa a la reducción de jornada y dan por hecho que las negociaciones entran su «fase final». No es tanto una declaración de intenciones como una constatación de los hechos: el Ministerio de Trabajo que dirige la vicepresidenta Yolanda Díaz sigue con la intención de que el recorte legal del tiempo de trabajo entre en vigor en 2025, por lo que los plazos aprietan.
Y el Ejecutivo aprieta también. La ministra de Trabajo puso este jueves el ejemplo de las pasadas negociaciones para revalorizar el salario mínimo interprofesional (SMI) como las consecuencias a las que se enfrenta la patronal si no se aviene a un pacto con los sindicatos y el Gobierno para reformar el Estatuto de los Trabajadores con las 37,5 horas semanales. Se acercaron las posturas para subirlo un 4% (los sindicatos llegaron a pedir el 8%), pero la CEOE no firmó el acuerdo. Por lo que Yolanda Díaz cerró con UGT y CCOO un alza del 5%.
Fuentes gubernamentales reconocen que es muy posible que ambas negociaciones vayan a entrecruzarse pero que en ningún caso estarán relacionadas ambas carpetas. Es decir, que no habrá concesiones con la potencial subida del SMI para tratar de acercar a la patronal al acuerdo…. y tampoco al contrario.
A pocas semanas de negociar el SMI
Ambas decisiones el Gobierno las negocia con los agentes sociales, pero es cierto que el calibre de los pactos es muy distinto. La reducción de jornada exige de una reforma legal que necesariamente tendrá que pasar por el Parlamento, mientras que la determinación del SMI se hace mediante un real decreto que, formalmente, el Ejecutivo solo ha de consultar con patronales y sindicatos. Yolanda Díaz, desde su llegada a la cartera de Trabajo, ha solemnizado esta decisión con una negociación de la revalorización, pero es una decisión que compete en exclusiva al Consejo de Ministros.
Pero los socios del Gobierno vienen apretando con esta cuestión. Por ejemplo, Bildu -que se ha convertido en uno de los apoyos más fiables- ya exige un SMI vasco, por lo que podría presionar a que las subidas fueran mayores de las que contempla el Gobierno en la actualidad.
Aún quedan unas semanas para que formalmente comiencen las negociaciones del SMI, pero las de la jornada están estancadas y no se producirán avances hasta, como pronto, el 29 de octubre, cuando se producirá la próxima reunión entre Trabajo, sindicatos y patronal.
Sin ayudas a pymes si no hay pacto de jornada
En la última, el Gobierno puso encima de la mesa la propuesta de bonificaciones y ayudas a las pymes de menos de diez trabajadores -el plan Pyme 375- con el que ayudar, durante un año, a estas compañías de menor tamaño que serían las más afectadas por la reforma.
Además, el Ejecutivo también ha abierto la puerta a que la distribución irregular de jornada, para acompasarla a los picos de actividad en sectores como el turismo o el campo, puedan hacerse computando la jornada de 2024 y no la de 2025, cuando entrarán en vigor las 37,5 horas, dando mayor margen de maniobra a las empresas.
Todas estas medidas desaparecerán en el caso de que la CEOE se niegue a firmar el acuerdo de jornada, algo que «perjudicará a las empresas», recuerdan fuentes gubernamentales. A eso se suma que los sindicatos han cedido en su postura para tratar de que haya un acercamiento con la patronal. Si los empresarios salieran de la ecuación, el Gobierno tendría que negociar el acuerdo bipartito con las centrales, que elevarían a máximos sus peticiones.
Si la patronal está sentada aún en la mesa del Diálogo Social, dicen estas fuentes, es porque hay margen para el acuerdo. La cuestión, como subrayó Díaz este jueves, es «si la dirigencia de la patronal se va a hacer un salario mínimo perjudicando a las empresas o está dispuesta a negociar».
Conversaciones con el entorno de Junts
El acuerdo con la CEOE fue una de las exigencias del PSOE para llevar la jornada laboral al Congreso, ya que esto permitiría que aliados menos propensos a esta medida, como el PNV o Junts, tuvieran más fácil darle su voto. Sin embargo, la CEOE, cree el Ejecutivo, se estaría equivocando con la estrategia de evitar un pacto para propinar una derrota parlamentaria a la coalición con Sumar. Así, recuerdan que ha habido conversaciones con el entorno de Junts y con las patronales catalanas para abordar esta materia.
La clave será si las patronales más afectadas -Cepyme, con las pequeñas empresas; o ATA, que representa a los autónomos- presionarán a la CEOE para evitar una salida sin acuerdo a la reducción de la jornada. Y si hay Presupuestos, cosa que ni el PP niega ahora mismo, el acuerdo con PNV y Junts en este asunto podría estar expedito. Y eso aprieta.