Nucleares, Naturgy, ‘impuestazo’… los frentes abiertos que deja la marcha de Ribera a Bruselas
La nueva Comisión de la Energía; la prolongación de la vida útil de las nucleares; la crisis en Naturgy... demasiados frentes abiertos en el momento menos oportuno
El binomio Teresa Ribera y Bruselas encaja como un guante para muchos socialistas. Salvo sorpresa de última hora, se espera que el presidente Pedro Sánchez designe a la ministra y vicepresidenta como la persona fuerte para las elecciones europeas del 9 de junio. Su marcha se produciría con media docena de frentes energéticos abiertos.
La última bomba que ha detonado, y que impacta sobre el Ministerio para la Transición Ecológica es la potencial irrupción de la compañía emiratí Taqa en el accionariado de Naturgy. La gasista es una compañía estratégica por su red de distribución de gas. El papel de Ribera debería ser esencial.
La propia ministra fue muy crítica con el ahora marginado ‘Proyecto Géminis’. Se trataba de la escisión de la gasista en dos compañías, una parte comercial y otra regulada, pero nunca tuvo el beneplácito absoluto de Ribera.
Con implicaciones políticas —y personales—, la creación de la nueva versión de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) salpica a la ministra Ribera y su marido, Mariano Bacigalupo, que sigue sonando con fuerza para tener una posición privilegio en el nuevo organismo.
La marcha de Ribera a Bruselas despejaría la situación, aunque estaría por ver cómo sería la nueva relación con el responsable de la cartera de Transición Ecológica. Hasta ahora, la vicepresidenta ha mantenido buena sintonía con la CNMC, o al menos ha sabido lidiar con las eternas peticiones de mayores recursos por parte del regulador.
También en clave política, el denominado ‘impuestazo’ a las energéticas está a la espera de ser revisado, y qué impacto provoca eso en las empresas.
Los frentes energéticos de Ribera
Desde hace semanas el ruido sobre el futuro de las centrales nucleares ha ido en aumento, aunque no hay nada claro. Existe un calendario de cierre pactado entre el Gobierno y las empresas, pero cada vez hay más dudas sobre su necesidad dentro del sistema eléctrico.
La postura de Ribera siempre ha sido clara: se debe respetar el calendario de cierre porque no existe la necesidad de prolongar su vida útil más allá de 2035. Pero surgen dudas dentro del sector.
En materia renovable, la ministra ha encontrado gran conflictividad con algunos sectores para la implantación de la eólica marina. Los pescadores tienen judicializado el proceso, y aunque desde el Ministerio no creen que vaya a prosperar, la contestación social va en aumento.
También ha quedado abierto el anuncio de la nueva subasta de potencia renovable. Una situación que llega con una gran novedad en el sector: los precios cero de la producción. Algo que obliga a replantearse la estrategia, aunque no se puede bajar el ritmo de despliegue.