La salida de Teresa Ribera a Bruselas congela la creación de la Comisión de Energía
Los movimientos políticos de la vicepresidenta a nivel europeo han afectado de lleno al desarrollo sectorial en España, y un ejemplo es la creación de la Comisión de Energía (CNE)
Teresa Ribera tiene una sombra muy alargada. La creación de la Comisión Nacional de la Energía (CNE), impulsada en esta última legislatura por la necesidad de disponer de un regulador especializado más allá de la CNMC, se ha frenado en seco. La campaña de la vicepresidenta para acabar en Bruselas ha afectado de lleno.
La creación de este organismo, que ya fue independiente hasta su integración en la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en 2013, llegó tras el pacto entre Sumar y PSOE en su alianza de Gobierno.
El motivo era que «el proceso de transición ecológica exige disponer de un regulador y supervisor especializado, que añada a los objetivos y funciones tradicionales la descarbonización del sistema energético español».
El 20 de febrero de este año, el Consejo de Ministros dio ‘luz verde’ al inicio de la tramitación legislativa. En primer lugar, se abría un proceso de audiencia pública donde, además, la CNMC tendría que emitir un informe sobre la situación.
El organismo presidido por Cani Fernández ya ha hecho sus deberes, y a finales de marzo tuvo listo del documento. Una de las claves, como publicó ECONOMÍA DIGITAL, era dotar de medios económicos suficientes a la nueva CNE si de verdad se querían conseguir los objetivos.
El tiempo ha pasado, y el proyecto ha perdido velocidad. La ministra Teresa Ribera explicó a primeros de mayo que se preveía activar cuanto antes toda la tramitación. Según ha podido conocer este medio en fuentes del sector, por el momento no ha llegado al Consejo de Estado, uno de los pasos previos.
Otras fuentes consultadas indican que ahora mismo toda la tramitación de encuentra en ‘stand by’. Aseguran, además, que la situación de Teresa Ribera con respecto a su candidatura para ser comisaria de Energía afecta de lleno a este proceso.
Desde el ámbito político también señalan que la creación de la Comisión de Energía no tendría los apoyos esperados. Una situación que ya se puso de manifiesto, aunque de forma más soterrada, con respecto al lugar de la sede, que finalmente estará en Madrid.
Algunas voces poco optimistas con la velocidad en la creación de la CNE advierten de que puede pasar todo el verano sin que se haya avanzado en los trámites legislativos. Según los plazos previstos en el Anteproyecto, la nueva entidad debe haberse constituido y estar plenamente operativa en un plazo de cuatro meses desde la aprobación de la Ley de creación —algo que ni siquiera ha pasado todavía—.
Esta parálisis ha dado pie a que se generen rumores con respecto a la posibilidad de que el marido de Teresa Ribera, Mariano Bacigalupo —actualmente en la CNMV—, pudiera llegar a ser el presidente del nuevo organismo. Aunque por el momento se trata de simple rumorología sin que nadie de manera oficial se haya pronunciado.
Los tapones de Teresa Ribera
La creación de la Comisión de Energía no es la única situación que se ve afectada por la marcha de Teresa Ribera a Bruselas.
Según ha podido conocer ECONOMÍA DIGITAL, Taqa y CriteriaCaixa no estarían metiendo una marcha adicional a la operación sabiendo de la importancia de la misma para el Ministerio de la Transición Ecológica, según confirman diversas fuentes.
La ‘ausencia’ de Teresa Ribera en estos momentos, y la que podría producirse más adelante, y hasta que tenga sustituto en la cartera energética, estaría provocando que los tiempos se dilaten más de lo previsto.
Se trata de una situación excepcional que, además, debe aclararse en los próximos días. Algunos medios especulan con la posibilidad de que Teresa Ribera siga en el Gobierno hasta finales de año. Puede rechazar el acta de eurodiputada, pero como el objetivo real es comisaria, luego acceder al puesto sin problema.