Ribera pone rumbo a Bruselas sin sellar la paz con las energéticas españolas
La ministra española ha hecho un último guiño al sector, pero eso no tapa la sensación agridulce de continuos encontronazos con algunas empresas
La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, busca hueco en la Comisión Europea. Si todo sale bien, acabará como comisaria de Energía. Antes del empujón final de su candidatura, la también vicepresidenta ha puesto en marcha la revisión del negocio de redes de distribución, que tanto preocupa a las eléctricas. Aunque este gesto no suaviza la relación que ha tenido con las grandes compañías.
El Ministerio para la Transición Ecológica pilotado por Teresa Ribera ha lanzado una consulta pública para testar la opinión del sector sobre la posibilidad de elevar el tope de inversión que pueden hacer las compañías eléctricas en las redes de distribución.
Se trata de una fase inicial, puesto que no existe una decisión tomada sobre lo que se hará finalmente. Pero es una cuestión capital para Iberdrola, Endesa y Naturgy. Llevan meses reclamando elevar este tope, y se había convertido en un punto de fricción con el ministerio de Ribera.
También se ha conocido la publicación de un nuevo marco para abordar el futuro de la industria calorintensiva en España. Una cuestión que afecta a gran parte del sector industrial, y que algunas energéticas —caso de Iberdrola— también tenían importantes negocios.
Esta situación se ve como un pequeño guiño hacia el sector eléctrico. Sin embargo, Ribera está en la rampa de salida a Bruselas con diversas polémicas abiertas, algunas de ellas que han sido bastante sonadas.
El negacionismo de Imaz
Los problemas de Repsol y Ribera, y viceversa, llegaron casi al comienzo de la legislatura cuando el Gobierno tenía previsto crear un Fondo de Sostenibilidad que perjudicaba —principalmente— a las empresas petroleras y gasistas.
Repsol se vio afectada en primera persona y amenazó con la vía judicial. Desde entonces la relación ha sido tensa. Demasiado. Después llegó el ‘impuestazo’, y la traca final ha sido este 2024.
Ribera se dirigió personalmente al CEO de Repsol, Josu Jon Imaz, al que calificó de «retardista». El fuego cruzado ha sido la tónica habitual desde entonces. El consejero delegado de la petrolera también se ha resuelto, y la vicepresidenta siempre ha respondido.
Tira y afloja con Naturgy
La relación con Naturgy ha sido extraña. Desde la compañía, por su condición de empresa (muy) regulada en el sector del gas, siempre ha intentado tener la máxima coordialidad con Teresa Ribera.
El presidente de Naturgy, Francisco Reynés, ha sido siempre muy prudente a la hora de dirigirse a la ministra. En público y en privado. El camino inverso ha sido distinto. Ribera no ha tenido ningún problema en adentrarse en cuestiones de negocio que han afectado a la compañía.
Lo más llamativo fueron diversas declaraciones que hizo en medios de comunicación sobre el ‘Proyecto Géminis’. El plan de escisión de Naturgy fue mal visto por Ribera, con los condicionantes y dudas que eso genera en el mercado. Sobre todo, por un Gobierno que se ha mostrado proactivo a la hora de interceder en los asuntos energéticos.
Los ‘impuestazos’
Con Iberdrola y Endesa, la relación ha sido fluida, tensa y condicionada a objetivos similares. Ribera ha encontrado a estas compañías como aliadas en los procesos de descarbonización, pero el ‘impuestazo’ no ayudó en la relación.
Además, el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, con su habitual temperamento, ha tenido también algunos enganchones con la ministra, sobre todo, por las cuestiones fiscales.
Una situación que se ha abierto en canal con la energía nuclear. Las dos grandes eléctricas, a través de Foro Nuclear, han llevado las medidas adoptadas en materia fiscal al Tribunal Supremo. Una muesca más en el revolver que se lleva Ribera a Bruselas.
Los caminos que se bifurcan se pueden volver a unir. Por eso, Iberdrola, Naturgy, Endesa y Repsol tampoco han querido abrir demasiados frentes, porque tener una comisaria de Energía a favor siempre será mejor opción que lo contrario.