La sostenibilidad de las pensiones españolas, a la cola de los países desarrollados
Un informe de Mercer constata que el sistema de pensiones español está en la media de los países analizados (puesto 26 de 48) pero en sostenibilidad se encuentra a la cola: es el 45.
La situación de las cuentas públicas del Estado, la longevidad o la baja participación de los trabajadores con planes privados provoca que la sostenibilidad del sistema de pensiones de nuestro país esté a la cola en comparación con el resto de países desarrollados, de acuerdo con un estudio de la consultora Mercer, que coloca a España en el puesto número 45 de los 48 estados referenciados en su Global Pension Index, con 30,7 puntos, solo por delante de Austria (22 puntos), Italia (25,1) y Argentina (29,4).
Aunque en la nota total del sistema arroja un aprobado (63,3 sobre 100) y lo sitúa a mitad de la tabla, en el puesto 26 de los 48 analizados, son las cuentas de la Seguridad Social o la baja fertilidad algunas de las razones que están frenando la nota a nivel global.
¿Por qué es la calificación del sistema español tan baja? Yendo al dato bruto de evaluación, son varias las cuestiones que arrastran a nuestro país: la baja proporción de personas en edad de trabajar que tienen un plan de pensiones o la menor participación de los sistemas privados de retiro en el total del sistema son dos de los factores con un mayor peso a la hora de ‘hundir’ la nota.
Elevada deuda pública
La longevidad en nuestro país, una nota positiva, es negativa a la hora de hablar de la sostenibilidad de las pensiones, en tanto que implica más tiempo cobrando la jubilación, por un lado, así como mayores gastos asociados al envejecimiento. La esperanza de vida actual, la prevista para dentro de 30 años, así como la baja fertilidad son razones fundamentales que pesan a la hora de evaluar el sistema español.
La baja participación en el empleo de aquellas personas entre los 55 y 64 años, así como de las personas de más de 65, a pesar de los aumentos de edad de jubilación, también colocan a nuestro país en una peor situación que otros de nuestro entorno. Sobre 10, nuestra puntuación es de 5,7, frente al 8,9, por ejemplo, que recibe Suecia.
Tampoco ayuda la situación general de las cuentas públicas del país, con un déficit que cerrará este año en el entorno del 3% y una deuda pública superior al 100% del producto interior bruto (PIB), lo que siempre cuestiona la capacidad del Estado para un eventual rescate del sistema de pensiones, que ya se encuentra tensionado y lo estará más en las próximas décadas, conforme se jubile la generación del ‘baby-boom’. Además, aunque las proyecciones de crecimiento económico son buenas para nuestro país, no parecen suficientes para compensar el crecimiento del gasto, lo que también impacta en la nota.
La jubilación parcial, referente
En lo que España obtiene el máximo de cualificación es en la posibilidad de compatibilizar, en parte, salario y pensión, precisamente una de las cuestiones que se han abordado en el último acuerdo social en materia de pensiones, que ahora el Gobierno tiene que concretar mediante desarrollo normativo.
Las propuestas de Mercer para mejorar la situación del sistema son tres: ampliar la cobertura de los trabajadores en los planes empresariales de empleo, mediante la afiliación o inscripción automática, lo que aumentaría las contribuciones y los activos; aumentar la tasa de participación laboral en personas de mayor edad; e incentivar el cobro en forma de renta o pensión en lugar de cobrarlo como capital.
Bruselas y el FMI advierten sobre las pensiones
Si bien este es el informe de una consultora privada, son varias las instituciones internacionales que han advertido sobre la fragilidad del sistema de pensiones en nuestro país. La Comisión Europea, en su informe sobre el país publicado como parte del conocido como Paquete de Primavera del Semestre Europeo, recordó que las presiones demográficas por el envejecimiento de la población van a tensionar las cuentas públicas, fundamentalmente por el gasto en Sanidad y en el pago de pensiones que serán cada vez más numerosas y cuantiosas, con menos aportaciones de las cohortes en edad de trabajar, que cada vez son menos nutridas.
Y, específicamente sobre pensiones, las autoridades europeas señalaron que únicamente a través de la «implementación completa» de la reforma de las pensiones se puede asegurar la «sostenibilidad fiscal» del sistema. Esto es, mediante la implementación de cláusula de salvaguarda que diseñó el ahora gobernador del Banco de España, José Luis Escrivá, como ministro de Seguridad Social.
Esta supone, en el caso de que la Airef considere el año próximo que las cuentas de las pensiones no cuadran, una subida automática del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), si no se adoptaran políticas adicionales. Es decir, más cotizaciones sociales.
También el FMI consideró insuficiente la reforma de las pensiones diseñada por Escrivá. En su informe anual sobre el estado de la economía española, la institución con sede en Washington lanzó un mensaje clave: el sistema de pensiones necesitará de medidas correctoras adicionales para garantizar su sostenibilidad.
En concreto, los técnicos de la institución apuntaron a que los ajustes en el sistema de pensiones deberían producirse no por la vía de los ingresos, sino de los gastos: «Podría considerarse la reducción de las tasas de reemplazo, que son significativamente superiores a las de países comparables, mediante una extensión del periodo de cómputo para el cálculo de la pensión de jubilación, considerando la carrera completa».