Sube el SMI: España ya es la octava economía europea con el salario mínimo más alto

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La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, arranca esta semana con la firma del pacto con los sindicatos para subir 50 euros al mes el salario mínimo interprofesional (SMI), lo que dejará la cuantía en 1.184 euros por paga, con la duda de si la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, decidirá equiparar el mínimo exento o hará que sus perceptores comiencen a tributar en el IRPF hasta el 43% del incremento para este año.

Las subidas del SMI en los últimos años han colocado a España, cuarta economía de la Unión Europea, en el octavo país con este sueldo base más alto de la región, excluyendo a aquellos países como Italia que no tienen un mínimo regulado.

Según los datos de la agencia europea Eurofound, y en 12 pagas para hacer las cuantías comparables, por delante de España se encuentran de cara a 2025 Luxemburgo (2.638 euros), Irlanda (2.282 euros), Países Bajos (2.193 euros), Alemania (2.122 euros), Bélgica (2.070 euros), Francia (1.802 euros) y Eslovenia (1.384 euros).

El SMI que se firma este lunes pero que se aprobará el martes en el Consejo de Ministros queda fijado en 1.381 euros, prorrateado en 12 pagas, muy por delante de lo que se paga en otros países del sur de Europa como Portugal o Grecia.

Ahora bien, si se ajustan estos cuantías en paridad de poder adquisitivo (es decir, adaptándolo al coste de vida de cada país), España no mejora su posición, sino que incluso es adelantada por Polonia.

Así, y con los últimos datos disponibles que no incluyen la subida pactada, Alemania estaría en primer puesto (1.992 euros), seguida de Luxemburgo (1.969 euros), Países Bajos (1.875 euros), Bélgica (1.764 euros), Irlanda (1.664 euros), Francia (1.606 euros) y Polonia (1.523 euros). España, en cifra ajustada, se queda en 1.453 euros.

La subida de este año llega envuelta en polémica. No tanto por el hecho de que la patronal, de nuevo, se haya descolgado de este incremento salarial (solo lo firmó en 2020). Sino porque el SMI del año pasado quedó derogado a finales de enero, ya que el Gobierno lo incluyó en el Real Decreto-Ley ómnibus que decayó en el Congreso, junto a la subida de las pensiones y las ayudas al transporte, entre otras medidas.

Y todo esto a pesar de que la subida del SMI es una política que el Gobierno aplica mediante Real Decreto, un reglamento -es decir, categoría inferior a la de ley- que el Gobierno no necesita llevar a votación para que entre en vigor.

La aprobación de este martes lleva acarreada otra polémica: el Ministerio de Hacienda aún no ha desvelado su postura oficial sobre si acompasará el mínimo exento en el IRPF con la nueva cuantía del SMI, de tal manera que los beneficiarios de este menor sueldo posible podrían tener que empezar a tributar los 700 euros de incremento.

El diseño del IRPF, además, forzaría en algunos casos (una persona que haga declaración individual, sin hijos a cargo ni desgravaciones) a que la subida aplicada fuera hasta del 43% sobre esos 700 euros de subida. Es decir, casi la mitad iría a las arcas de Hacienda.

En el seno del Ejecutivo hay un debate acerca de si las subidas de los últimos años -un 61% desde que Pedro Sánchez llegó a La Moncloa- no ameritan que el SMI comience a tributar en el IRPF. Además, elevar el mínimo exento no supone únicamente proteger a este colectivo, cada vez más numeroso, sino que se traslada al resto de rentas por encima de esta cuantía, restando potencial recaudatorio al impuesto.

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