Shock patronal con la semana laboral flexible de Feijóo

Los empresarios muestran su sorpresa por la Ley de Conciliación que presenta este martes el PP, que quiere negociarla con la CEOE sin ser una "carga"

El presidente de CEOE, Antonio Garamendi (i), y el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo. Carlos Luján / Europa Press

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La propuesta de Alberto Núñez Feijóo de flexibilizar la jornada laboral, abriendo la puerta a una concentración en cuatro días con 9 o 9,5 horas de tiempo de trabajo, ha provocado un gran estupor en el mundo empresarial, que ya considera que este movimiento supone un balón de oxígeno para el Gobierno en un momento en el que las conversaciones para recortar la jornada se encontraban prácticamente estancadas.

Tras meses de perfil bajo mientras la vicepresidenta Yolanda Díaz negociaba con la patronal y los sindicatos una reforma del Estatuto de los Trabajadores para rebajar a 37,5 horas semanales el tiempo de trabajo, el PP entró de lleno en el debate sobre la jornada la semana pasada, mostrándose abierto a ese recorte o a la concentración del tiempo de trabajo en cuatro días, una propuesta que llegaba a ser más generosa aún (36 horas) que la que negocia ahora mismo el Gobierno.

 «¿Podemos trabajar nueve horas cuatro días a la semana? ¿Podemos trabajar nueve horas y media cuatro días a la semana?», se preguntó Feijóo durante una entrevista televisiva.

Mediante la Ley de Conciliación

El PP registra este martes en el Congreso su propuesta de Ley de Conciliación, la norma en la que han incluido esta medida de «jornada laboral flexible» que, según explicó la responsable de Política Social de la Ejecutiva Popular, Ana Alós, «no tiene por qué ser una carga para las empresas».

Pero entra de lleno en el marco del Gobierno, que lleva tiempo defendiendo la medida que se incluyó en el Acuerdo de Coalición entre el PSOE y Sumar, empleando unos argumentos que podría firmar la vicepresidenta Díaz.

«Creemos que la flexibilidad horaria, cuando podemos amoldar nuestro tiempo de trabajo con nuestra vida personal, lógicamente el trabajador va a estar más a gusto trabajando en su puesto, va a desarrollar de manera más intensa y productiva su trabajo«, explicó la dirigente popular en rueda de prensa tras la reunión de la directiva de este lunes.

Fuentes empresariales aseguran estar «alucinados» por la forma en la que ha entrado el PP en el debate, justo en un momento en el que el Gobierno estaba flexibilizando al máximo su propuesta para tratar de atraerse a la patronal al acuerdo. Incluso poniendo sobre la mesa un potencial retraso de la entrada en vigor del recorte de la jornada.

La necesidad de que Junts apoye cualquier reforma del Estatuto de los Trabajadores y la negativa de Foment del Treball, la patronal catalana muy cercana a los posconvergentes de Carles Puigdemont, enfriaban la posibilidad de sacar adelante la joya de la corona del Gobierno que lidera Pedro Sánchez.

Pero la llegada del PP -que ya se abstuvo durante una votación en el Congreso sobre la jornada- debilita la posición negociadora de la patronal, que está citada la semana que viene a una nueva mesa de Diálogo Social para tratar este asunto. Con todo, en el mundo empresarial duden que esto haga reconsiderar la férrea oposición al recorte legal, aunque aún no conocen la letra pequeña de la apuesta de Feijóo.

Oficialmente, el presidente de la patronal, Antonio Garamendi, ha mostrado cautela sobre la propuesta popular: «Escucharemos al PP sobre la semana laboral de cuatro días y si nos parece mal, les diremos que no«. «Feijóo no me presiona y nunca lo ha hecho. Le he escuchado además decir que en cualquier planteamiento de conciliación hay que tener en cuenta el efecto en la productividad y que el cauce es el diálogo social, que es lo que decimos nosotros. En todo caso, nadie le dice a CEOE lo que tiene que hacer», apuntó en una entrevista en televisión.

Mientras, en el Gobierno dan la bienvenida al PP: «Creo que el PP es consciente que es una materia que tiene mucha sensibilidad y que la ciudadanía espera», dijo la vicepresidenta Díaz la semana pasada.

El fuego, en este caso, viene de territorio amigo. La Comunidad de Madrid, liderada por la presidenta Isabel Díaz Ayuso, marcó sus líneas rojas en este debate: «Nuestro país hoy no es una isla y tiene que competir en otros mercados. Una medida como la reducción de la jornada laboral no va en la buena dirección», dijo el portavoz regional, Miguel Ángel García, en la rueda de prensa tras la reunión del Ejecutivo autonómico.

La formación de Ayuso comparte la visión que defiende la patronal: todo lo relativo a la jornada ha de verse en la negociación colectiva. Y no por ley, la presente el Gobierno de PSOE y Sumar… o el PP.

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