Sánchez se lleva a Indra, Escribano y Talgo a su gira por Vietnam y China para lograr contratos públicos
El Gobierno se lleva también a Renfe y Adif para colocarlas en buena posición de cara a la construcción de infraestructuras ferroviarias y el metro en Vietnam
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente de China, Xi Jinping. ECONOMÍA DIGITAL
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha iniciado su gira asiática de tres días por Vietnam y China acompañado de un nutrido grupo de empresas del sector del transporte, como Talgo, Renfe y Adif; pero también dos de las compañías clave en los planes del Ejecutivo para reforzar las inversiones en seguridad y defensa, como Indra y Escribano M&E, todas ellas en busca de los grandes contratos en infraestructuras ferroviarias que las autoridades vietnamitas van a poner en marcha en los próximos años.
Después de una primera jornada en Vietnam con un importante contenido político, en la que Sánchez se reunió con el primer ministro e hizo una ofrenda floral en el mausoleo del presidente comunista Ho Chi Minh, el presidente del Gobierno inicia la segunda pata del viaje, de marcado carácter económico.
España necesita cerrar la brecha comercial que existe con Vietnam y con China en plena guerra arancelaria desatada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Nuestro país compra mercancías a Vietnam por valor de 5.200 millones de euros, pero solo vende manufacturas por 530 millones. En el caso de China, la situación todavía está más descompensada: las importaciones representan 45.000 millones, mientras que las exportaciones españolas son de apenas 7.400 millones. En total, un déficit comercial de 40.000 millones que el Gobierno ahora quiere atajar.
Pero, más allá de estimular el mercado de bienes, que ahora está en peligro por la guerra comercial, el objetivo del Gobierno es abrir el camino a las empresas españolas para que se consigan los jugosos contratos públicos que va a poner en marcha Vietnam, que encadena años con crecimientos económicos superiores al 5%, lo que resulta una oportunidad de negocio.
Junto al presidente del Gobierno han viajado representantes de Adif, el operador de infraestructuras ferroviarias; así como Renfe, dos operadores clave en el sector del tren que buscan hacerse un hueco en las licitaciones que van a ponerse en marcha en las principales ciudades del país asiático. También está incluida Talgo, la diseñadora española de convoyes, mientras aún se dilucida su estructura accionarial y la entrada en el capital de un consorcio liderado por la vasca Sidenor.
También viajan otras compañías de diseño de componentes e ingeniería, como Escribano Mechanical & Engineering, la empresa propiedad del nuevo presidente de Indra, Ángel Escribano, que también acompaña al presidente del Gobierno en la aventura asiática. Grupo Antolín, especializada en componentes de automóvil; la industrial electrónica PREMO; la hotelera Palladium o la textil Recover también buscan allí oportunidades de negocio.
Según detallaron fuentes de La Moncloa en un encuentro con medios antes de que Sánchez partiera a Asia, en los últimos años han surgido «importantes oportunidades en proyectos de concesiones», sobre todo en el ámbito ferroviario, con la puesta en marcha de licitaciones de trenes y metro, así como aquellas vinculadas con el agua y las energías renovables.
Así, además de cerrar la brecha comercial y colocar más productos en esos países, el objetivo del viaje del presidente -se trata del primer viaje a Vietnam de un mandatario español y el tercero en tres años de Sánchez a China- es ayudar a que las empresas españolas ganen contratos allá.
Y a la inversa: atraer inversiones en campos clave. El viernes, ya en Pekín, Sánchez mantendrá un desayuno con numerosas empresas chinas vinculadas al sector del coche eléctrico y de la construcción de baterías: CATL, Envision, Leapmotor, Chery automobile o Leapmotor son algunas de las compañías que ya han confirmado asistencia al encuentro con el presidente del Gobierno.
El viaje de Sánchez a China en plena guerra arancelaria, que en Moncloa insisten en desligar del conflicto comercial, ha levantado suspicacias al más alto nivel en la Casa Blanca. El secretario del Tesoro de Trump, Scott Bessent, criticó en una cumbre de la Asociación de Banqueros de Estados Unidos las intenciones de España de provocar un giro en la visión europea de China: «No estoy seguro si ha sido el presidente o el ministro de Economía de España quien ha comentado esta mañana que ‘bueno, quizá nos tenemos que alinear más con China’. Eso sería como cortarse el cuello».
A nivel interno, las críticas también se han producido por parte del PP y de su ala más dura, representada por el Gobierno de la Comunidad de Madrid que preside Isabel Díaz Ayuso, que ayer comparó la «foto» del viaje a Pekín con la del viaje de la primera ministra italiana Giorgia Meloni a Washington.
«Zapatero le va marcando el camino a Sánchez en todo. Sánchez es el que ha ido a China, al servicio de Zapatero y de su internacional antioccidente», deploró la líder madrileña desde Ecuador, donde se encuentra en visita oficial.
La polémica puede salirle cara a una de las empresas que ha ido con Sánchez a este viaje. En noviembre pasado, ya con Trump elegido presidente, Indra logró un contrato de 250 millones para controlar las comunicaciones tierra-aire de la ‘Aena’ estadounidense. Por si fuera poco, Indra está llevando una importante operación de acoso y derribo contra Santa Barbara para hacerse con ella, empresa que pertenece a General Dynamics, gigante estadounidense de la defensa. Cualquier movimiento en falso podría hacer un importante agujero a la compañía.