Sánchez aprovecha los aranceles de Trump para financiar su plan de Defensa con las ayudas al automóvil
El Ejecutivo quiere incentivar la reconversión de algunas cadenas de valor para impulsar las nuevas prioridades de autonomía estratégica de la Unión Europea, tanto en defensa como en medio ambiente

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Eduardo Parra / Europa Press
La Moncloa hace de la necesidad virtud. Ese es el mantra de la maquinaria principal de la Presidencia del Gobierno y ese es el espíritu detrás del Plan de Respuesta y Relanzamiento Comercial diseñado por el Ejecutivo. Si Estados Unidos impone aranceles, el presidente Pedro Sánchez opta por matar dos pájaros de un tiro y dirigir la inversión a reconvertir las industrias afectadas (como la del automóvil) a otras fundamentales en este nuevo escenario geopolítico: la defensa, por ejemplo.
El Gobierno presentó este jueves su respuesta a la guerra comercial iniciada por la Administración estadounidense de Donald Trump, una «red de seguridad» para empresas y trabajadores valorada en 14.100 millones de euros, de los que solo 7.400 millones proceden de nueva financiación.
La Moncloa, que lleva semanas diseñando este programa que va a estar coordinado por el ministro de Economía y Comercio, Carlos Cuerpo, ha estructurado su primera reacción nacional en dos pilares: por un lado, la protección del tejido; y, por otro, la «reconversión de la capacidad productiva» de las empresas españolas.
El objetivo del Gobierno, que va a redirigir más de 5.000 millones de los fondos europeos del Plan de Recuperación, es la «reorientación de parte de la capacidad productiva excedente como consecuencia del shock arancelario o de procesos estructurales de transformación» con «transferencia de conocimiento entre sectores productivos», como indica el Plan difundido por el Ejecutivo.
Fuentes gubernamentales detallaron tras la presentación que el Gobierno prevé que parte de las cadenas de valor asociadas a los sectores más afectados, singularmente el del automóvil, puedan reconvertirse hacia otras prioridades de la nueva autonomía estratégica de la Unión Europea. Es decir, que toda la industria auxiliar de la automoción, especializada en la fabricación de piezas para maquinaria, pueda hacer las inversiones correctas para que estas partes no solo sirvan para vehículos… sino que puedan nutrir a la industria de la seguridad y la defensa. De coches, a drones.
O, por ejemplo, que los procesos de electrificación de algunas de las factorías automovilísticas del país permitan que esa industria auxiliar pueda fabricar piezas clave para la transición energética.
En el Gobierno ven esta guerra comercial como una «oportunidad» para continuar con la reindustrialización y la reconstrucción del tejido productivo. De los 5.000 millones de euros procedentes de estos fondos europeos, el Ejecutivo va a activar los préstamos de las facilidades ICO Empresas y emprendedores, del Fondo de Coinversión y del Fondo de Resiliencia Autonómica, que gestiona el Banco Europeo de Inversiones.
La Moncloa también pondrá en marcha un Fondo de Apoyo a la Inversión Industrial Productiva dotado con 200 millones de euros en préstamos en condiciones favorables o participación en capital para instalación o modernización de plantas o procesos productivos. Asimismo, el ICO lanzará dos líneas de avales por 6.000 millones de euros para facilitar el acceso a la financiación y que las compañías de los sectores afectados puedan mantener el empleo y la producción.
El grueso del plan, salvo los 400 millones de euros del Plan Moves y el Mecanismo RED que aprobará el Consejo de Ministros, se ha articulado a través de préstamos ya que el Ejecutivo se ha topado de bruces con la normativa europea de Ayudas de Estado, que limita las transferencias a las empresas privadas y que ha impedido que se hayan puesto en marcha también ayudas directas.
Así, Sánchez reclamará al Ejecutivo comunitario un marco especial que permita la entrega de estas ayudas directas a los sectores afectados, una cuestión que se va a debatir en Bruselas y que La Moncloa confía en que pueda salir adelante. Además de las transferencias nacionales, el Gobierno ha reclamado que la recaudación que se obtenga de los aranceles a la producción estadounidense se destine a un Fondo de Ayuda a las ramas más golpeadas por la guerra comercial.
El diseño del programa presentado este jueves va a permitir que el Ejecutivo esquive al Congreso y al Senado. El ministro Carlos Cuerpo inició este jueves una ronda de consultas con los grupos parlamentarios (la arrancó con el vicesecretario de Economía del PP, Juan Bravo) y comparecerá en sede parlamentaria, pero la mayoría de las medidas que forman parte serán acuerdos del Consejo de Ministros que no tendrán que recibir el aval de las Cortes. Solo el Plan Moves, las ayudas a la compra de coches eléctricos aprobadas este martes, tendrán que ser votadas, al tratarse de un Real Decreto-Ley.
En general, las líneas básicas presentadas por Sánchez han convencido a los distintos sectores consultados por ECONOMÍA DIGITAL. Está por ver si el detalle del plan español, y la respuesta europea que tendrá que dar la presidenta Ursula von der Leyen, evitan un coste adicional de más de 3.000 millones a las ventas españolas… y un gripazo irremediable a la economía.