Sam Altman, creador de ChatGPT, financia un informe que desmonta la renta básica que quiere Yolanda Díaz
La renta básica, una iniciativa que ha defendido Yolanda Díaz y Sumar, queda seriamente cuestionada tras el mayor experimento social que se ha hecho de este tipo, y con una duración de tres años
Sam Altman, creador de ChatGPT, emprendió un proyecto en 2019, cuya misión era proporcionar un ingreso básico universal a personas viviendo en la pobreza en Estados Unidos. Este estudio, financiado por su organización sin ánimo de lucro OpenResearch, se convirtió en el mayor experimento de ingreso básico en el país. Las conclusiones de este experimento, que se ha dado a conocer recientemente, son un jarro de agua fría para quienes alrededor del mundo han propuesto una medida similar. Entre ellos, la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, y su partido, Sumar.
Yolanda Díaz presentó la herencia universal para jóvenes como una de las medidas más ambiciosas de Sumar para las elecciones generales del 23-J. Esta medida consiste en otorgar una ayuda a todos los jóvenes al cumplir la mayoría de edad, con la posibilidad de recibirla a los 23 años, sin importar su nivel de renta. Busca ofrecer un respaldo económico, que se llegó a cifrar en 20.000 euros, prometiendo una ayuda que podría transformar sus oportunidades y fortalecer su independencia financiera.
En España, la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, rechazó la idea, calificándola de irresponsable por no considerar el nivel de renta de los potenciales beneficiarios. En una entrevista para RTVE, Calviño cuestionó la viabilidad de dar ayudas sin restricciones ni objetivos concretos.
Ahora, el experimento financiado por Sam Altman sostiene que, además de reducir ligeramente la participación de los beneficiarios de la renta básica en el mercado laboral, las mejoras en los estados de salud y bienestar adquiridos, aunque mejoran al principio, se disipan en el largo plazo. Es decir, un ingente presupuesto público que tiene efectos en el corto plazo, pero que son inanes en el largo plazo.
Las pruebas de la renta básica
La incógnita para el estudio es si la distribución equitativa de la riqueza, a través de una renta básica universal, puede cambiar las vidas de las personas. El estudio se realizó en el centro de las ciudades de Texas e Illinois, 3.000 personas tuvieron la oportunidad de ser parte del proyecto. Cada mes, un tercio de estos participantes recibía 1.000 dólares sin ninguna condición. La transferencia fue realizada a personas de entre 21 a 40 años, ya que se esperaba que los jóvenes pudieran cambiar en mayor grado sus trayectorias en respuesta al ingreso, al contar con más años por delante y una menor probabilidad de contar con ahorros.
Por lo tanto, el propósito de este experimento era sencillo: analizar el impacto de un ingreso básico universal en sus vidas. Los resultados no fueron lo esperado.
Los resultados fueron decepcionantes
Martí Jiménez, del instituto Olstrom y colaborador de ECONOMÍA DIGITAL, analiza en un articulo de opinión hoy los resultados de este experimento elaborado por Sam Altman, que desmonta una de las medidas estrellas de Sumar.
Uno de los hallazgos más destacados del estudio es que los beneficiarios del ingreso trabajaron entre 1.3 y 1.4 horas menos por semana en comparación con el grupo control. Esta reducción en la jornada laboral se tradujo en un aumento del tiempo dedicado al ocio.
Además, la participación en el mercado laboral disminuyó en 2 puntos porcentuales para los participantes, y las horas trabajadas por sus parejas también se redujeron de manera similar. Es importante destacar que esta disminución en horas trabajadas no se compensó con otras actividades productivas, como inversiones en capital humano, es decir, en formación.
El estudio también reveló que el ingreso total de los hogares, excluyendo las transferencias, disminuyó en más de 20 centavos por cada dólar recibido. Este es un efecto considerable que sugiere que la RBU puede desincentivar parcialmente el trabajo, aunque no de manera drástica.
Por otro lado, la RBU tuvo un impacto notable en el gasto en los servicios sanitarios. Los beneficiarios aumentaron su gasto en atención médica, incluyendo hospitalizaciones, visitas a urgencias y cuidado dental, en aproximadamente 20 dólares mensuales.
Sin embargo, los efectos positivos en la salud mental y la reducción del estrés fueron de corta duración. Aunque se observaron mejoras significativas en el primer año, para el segundo año los resultados en los grupos de tratamiento y control eran similares. Tampoco se encontraron diferencias significativas en la salud física, la actividad física o el sueño.
Otros de los resultados interesantes del estudio es que, a pesar de los efectos positivos en la inseguridad alimentaria y el acceso a alimentos en el primer año, estos efectos también fueron temporales y se disiparon en el segundo año.
El estudio sobre la renta básica proporciona una visión matizada de sus efectos. Por un lado, los beneficios inmediatos en términos de reducción del estrés y más tiempo libre son evidentes. Sin embargo, la persistencia de estos efectos es limitada, y el impacto en la salud física, la inversión en capital humano y la calidad del empleo son mínimos. Además, la medida redujo el empleo de forma moderada pero significativa.
El debate sobre esta política está lejos de resolverse, pero este estudio proporciona una base sólida para futuras investigaciones y políticas. La clave será encontrar un equilibrio entre proporcionar apoyo financiero y fomentar la participación activa en el mercado laboral y otras actividades productivas que beneficien tanto a los individuos como a la sociedad en su conjunto.