La salida a bolsa de Shein no será tan sencilla: podría verse truncada por los aranceles de Trump
La tensión comercial entre EE. UU. y China amenaza con empañar el debut bursátil de Shein y sacudir su modelo basado en envíos directos desde Asia
La falda tendencia de esta temporada a la venta en Shein
La esperada salida a bolsa de Shein en Londres podría enfrentarse a un obstáculo inesperado: la nueva política arancelaria de Estados Unidos, que golpea de lleno el modelo de negocio del gigante chino de la moda rápida.
La ofensiva arancelaria impulsada por Donald Trump contra productos de origen chino ha encendido todas las alarmas en Shein. El grupo asiático, conocido por su agresiva estrategia de precios bajos y su dominio en el sector de la moda online, se enfrenta a un escenario que podría alterar por completo sus previsiones de negocio. Estados Unidos, su principal mercado, representa más de un 28% de su facturación global, lo que significa que cualquier movimiento en este país tiene un impacto directo en sus cuentas.
Hasta ahora, Shein, al igual que otras plataformas como Temu o AliExpress, se beneficiaba de una exención arancelaria para envíos individuales inferiores a 800 dólares, lo que permitía enviar paquetes directamente desde China sin pagar tasas. Este mecanismo era clave para mantener precios ultra competitivos. Pero a partir de mayo, esa ventaja desaparece: cada envío inferior a 800 dólares pasará a tener un coste fijo de 75 dólares, que subirá a 150 en junio, mientras que los aranceles generales a productos chinos alcanzarán hasta el 145%. Un escenario sin precedentes en el comercio entre China y Estados Unidos.
Un modelo en jaque
El problema de fondo es el modelo logístico de Shein, basado en la exportación directa desde China sin almacenes regionales. Esa estructura, que hasta ahora funcionaba como una ventaja, se convierte ahora en un talón de Aquiles. La empresa no cuenta con centros de distribución propios en Estados Unidos, por lo que cada producto enviado desde sus fábricas queda expuesto a los nuevos aranceles.
Los expertos advierten que la nueva política podría encarecer considerablemente los precios en EE. UU., lo que haría perder a Shein uno de sus principales atractivos frente a competidores como Inditex, H&M o Amazon. En un mercado como el estadounidense, extremadamente competitivo y sensible al precio, el golpe podría ser decisivo.
Una OPV en Londres bajo presión
En este contexto, Shein ha decidido trasladar su salida a bolsa a Londres, después de que las autoridades regulatorias estadounidenses rechazaran su oferta pública de venta (OPV). La compañía ha recibido recientemente el visto bueno de la Autoridad de Conducta Financiera (FCA) británica, pero aún necesita luz verde de las autoridades chinas. La operación está valorada en decenas de miles de millones de euros, y supondría una de las mayores salidas a bolsa del sector en los últimos años.
Sin embargo, el impacto de los aranceles podría modificar el apetito de los inversores. Aunque Shein reportó ingresos por 50.000 millones de dólares en su último ejercicio, un crecimiento del 55% respecto al año anterior, la dependencia del mercado estadounidense genera incertidumbre. Si los nuevos aranceles reducen su competitividad en EE. UU., las proyecciones de ingresos podrían sufrir un ajuste significativo.
Fundada en 2012 por Chris Xu en Guangzhou, Shein opera en más de 150 países, pero curiosamente no vende en China, su país de origen. Su estructura internacional está diseñada para esquivar barreras fiscales, con una sede operativa europea en Irlanda y centros logísticos en Polonia e Italia. Entre sus principales mercados se encuentran Alemania (6,6% del negocio), Reino Unido (6%), Francia (5,4%) y Japón (4,3%). En el caso de España, representa el 3,6% de sus ventas globales, equivalente a 1.580 millones de euros anuales.
¿Puede adaptarse Shein al nuevo tablero geopolítico?
La gran incógnita es si Shein será capaz de reestructurar su modelo logístico para adaptarse a este nuevo entorno arancelario. Algunos analistas apuntan a una posible reubicación parcial de su producción en países como Vietnam o Turquía, aunque esta opción encarecería notablemente los costes. Otros ven viable que Shein comience a establecer centros logísticos regionales que le permitan sortear los aranceles en destino.
Lo que está claro es que el sueño bursátil de Shein ya no luce tan sencillo ni tan rentable. Los inversores estarán muy atentos a cómo la compañía responde a este desafío geopolítico y económico. Su capacidad para adaptarse y redefinir su estrategia marcará el éxito o el fracaso de su salto a los mercados. Mientras tanto, el efecto Trump ya ha comenzado a redibujar el mapa del comercio global… y Shein está justo en el centro del tablero.