Este es el salario de los cardenales en el Vaticano: reciben más sueldo que el Papa
Los altos cargos de la Iglesia católica perciben sueldos mensuales que superan los 5.000 euros, mientras el Papa no cobraba remuneración directa
Llegada de los cardenales al funeral del Papa, en la plaza de San Pedro. Foto: Lorena Sopêna / Europa Press
El fallecimiento del Papa Francisco el pasado 21 de abril ha vuelto a poner el foco en el papel clave que desempeñan los cardenales dentro del Vaticano. Encargados de elegir al nuevo pontífice durante el cónclave, su peso en la jerarquía eclesiástica es incuestionable, y su remuneración está a la altura de esa responsabilidad.
Los cardenales del Vaticano perciben mensualmente entre 4.000 y 5.000 euros, según estimaciones periodísticas ampliamente difundidas. Se trata de uno de los salarios más elevados dentro de la estructura eclesiástica, y se complementa con una serie de beneficios que convierten esta retribución en un paquete aún más atractivo, si bien alejado del voto de pobreza que profesan en otros niveles de la Iglesia.
Un sueldo elevado y con ventajas adicionales
Más allá de la cifra salarial, los cardenales disfrutan de ventajas añadidas como viviendas en el Vaticano a precios subvencionados, acceso a tiendas con productos más baratos, o atención médica gratuita. Todo ello en un entorno cerrado como es el Estado de la Ciudad del Vaticano, donde el nivel de vida está controlado directamente por la Santa Sede.
Estas retribuciones son particularmente significativas si se comparan con las de otros rangos del clero. Los sacerdotes y obispos, por ejemplo, tienen sueldos mensuales más modestos, que oscilan entre los 1.500 y los 2.500 euros, dependiendo de sus funciones, antigüedad y ubicación. Por otro lado, los trabajadores laicos del Vaticano —como administrativos, personal de museos o técnicos— perciben entre 1.300 y 3.000 euros, en un rango similar al de otros empleados públicos europeos.
El Papa, sin salario
En contraste con estas cifras, el Papa no percibía un salario directo por su labor como pontífice. Así lo confirmó el propio Francisco en una entrevista televisiva en 2019, donde aseguró que sus necesidades eran cubiertas por los fondos gestionados por la Santa Sede. Estos incluían alojamiento, alimentación, viajes oficiales y otros gastos derivados de su posición como líder espiritual de más de mil millones de católicos.
Esta diferencia subraya una paradoja dentro del funcionamiento del Vaticano: mientras el Papa predicaba una vida austera y prescindía de salario, los cardenales mantenían sueldos relativamente altos, incluso en épocas de dificultades financieras.
Recortes en tiempos de crisis
El Vaticano, pese a su opacidad financiera, no ha sido ajeno a las dificultades económicas de los últimos años. Durante la pandemia de COVID-19 en 2021, el Papa impulsó un recorte del 10% en los sueldos de cardenales y altos cargos para hacer frente al descenso de ingresos. Esta fue una medida simbólica, pero también necesaria, en un momento en que la Santa Sede sufría por la caída de donaciones y la falta de turismo.
En 2024, se produjo una segunda reducción salarial, motivada por el mismo objetivo de ajustar el gasto del Estado vaticano a una realidad más austera. Aun así, los cardenales han mantenido una posición económica destacada dentro del entramado eclesiástico, con privilegios intactos respecto al resto del personal.
¿Transparencia o tradición?
Aunque se conocen cifras aproximadas, el Vaticano no publica de forma detallada los salarios de sus miembros, ni sugiere reformas en ese sentido. La gestión financiera sigue estando marcada por una cultura de confidencialidad, pese a los intentos recientes de mayor control y transparencia, sobre todo tras varios escándalos de mala gestión en el pasado.
La muerte del Papa Francisco y el proceso de elección de su sucesor abren también la posibilidad de un nuevo enfoque en estos temas. Si el nuevo pontífice sigue la línea austera de su predecesor, podrían revisarse algunos privilegios de la cúpula eclesiástica. En cambio, si prima la continuidad institucional, lo más probable es que las condiciones salariales de los cardenales se mantengan como hasta ahora.