Ribera muestra su apoyo a Enagás con el hidrógeno sin tener listo el informe del grupo de expertos
En España conviven dos ideas opuestas sobre el futuro inminente del hidrógeno; una de ellas tendrá esta semana su momento álgido cuando faltan muchos aspectos por conocer
Enagás celebra esta semana el ‘II Día del Hidrógeno’. Presenta los resultados del proceso de ‘Call For Interest’ que lanzó en septiembre de 2023 y una actualización de su propuesta para desarrollar la Red Troncal Española de Hidrógeno asociada al corredor H2Med. Contará con el apoyo de la vicepresidenta Teresa Ribera; pero este evento se produce sin tener las conclusiones del Grupo Asesor de H2 Renovable.
En mayo de 2023 el Gobierno creó este grupo para generar un espacio de debate sobre el futuro del hidrógeno renovable. La intención era priorizar las actuaciones regulatorias con el objetivo de impulsar su despliegue.
Al auspicio del Ministerio para la Transición Ecológica, y con la presencia de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), este grupo asesor culminaría su trabajo con la creación de un documento. Según ha podido conocer ECONOMÍA DIGITAL en fuentes del sector, este informe está en una fase final, pero todavía quedarían unos meses para que vea la luz la versión definitiva.
Pese a no tener una conclusión clara, la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, no duda en ponerse al frente del ‘II Día del Hidrógeno’ para apoyar la creación de una red troncal, así como un hidroducto que una Portugal, España y Francia.
Esta situación institucional de respaldo al desarrollo de una megainfraestructura de hidrógeno choca con las voces del sector que manifiestan que esta tecnología no es competitiva ahora mismo, y que todavía falta bastante para que lo sea.
Dichas voces sostienen que ahora mismo no debería ser prioritario crear una red de transporte relacionada con el hidrógeno, sobre todo, cuando a nivel de costes no es eficiente.
Carece de sentido, asumen, que la idea inicial no sea atraer consumidores de hidrógeno a los polos de generación y producción —y que se desarrollen en España los negocios e industrias—, y luego en un segundo estadio de consolidación dedicar los esfuerzos al transporte por Europa. Existe el miedo de que al empezar al revés no se destinen los recursos de forma óptima.
Voces muy discrepantes
En cuanto a las diferentes formas de interpretar el futuro inmediato del hidrógeno, uno de los más tajantes ha sido la del CEO de Endesa, José Bogas.
Hace apenas un puñado de meses, en un evento público, el máximo responsable de la eléctrica aseguraba que si bien el hidrógeno tiene «un futuro prometedor», el futuro acerca de esta materia prima es «incierto».
Su hoja de ruta es clara. «Muchas empresas se han lanzado a esta tecnología, y no lo criticamos, pero nosotros [Endesa] vamos paso a paso. Preferimos hacer pequeños proyectos y probar con las diferentes alternativas que se dan en el hidrógeno verde», remarcaba Bogas. Otro problema que señalaba era de precios: «Con los precios de coste, en la actualidad, es inviable».
Una burbuja de precios con el hidrógeno
Uno de los grandes miedo del sector tiene que ver con la potencial burbuja que se está creando en torno a las fuentes de financiación e inversión. Uno de los axiomas que se debe comprender a la hora de hablar de esta tecnología es que el hidrógeno para ser verde tiene que producirse con energía limpia renovable. Esa cuestión no es negociable. Eso significa que la ‘electricidad verde’ es un ‘input’ productivo del hidrógeno limpio.
Fuentes del sector explican a ECONOMÍA DIGITAL que «por pura cuestión productiva, el hidrógeno verde tiene que costar más que la electricidad limpia. Porque además del coste variable de la electricidad limpia, hay que añadir los costes variables del hidrógeno, y los fijos que también tiene; la inversión en las hidrolizadoras… por eso, necesariamente debe ser más caros».
Esto, además, lleva a pensar por qué está teniendo tanto éxito el hidrógeno. Todo se debe al dinero que mueve ahora mismo y que, precisamente, atrae a muchos actores importantes del sector. Y todo porque es una tecnología con altos costes de producción que necesitará de ayudas públicas. Ahora falta saber hasta cuándo.