El pacto sobre las reglas fiscales está «cerca» y Economía confía en tener el nuevo plan en primavera
El 'número dos' de Calviño apunta que el objetivo es cerrar el acuerdo sobre las reglas en la presidencia española, para diseñar el año que viene el Plan Estructural hasta 2028
El secretario de Estado de Economía y Apoyo a la Empresa, Gonzalo García Andrés, ha asegurado que los miembros de la Unión Europea están «muy cerca» de acordar la reforma del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, conocido como las reglas fiscales, lo que permitiría comenzar a diseñar los nuevos Planes Fiscales Estructurales de cara a la primavera del año próximo.
En una jornada sobre la reforma del marco de gobernanza económica organizada por Funcas, el ‘número dos’ de Calviño ha insistido en que el 70% del trabajo técnico está ya completado, pero faltan los puntos más espinosos de la propuesta, como las «salvaguardas» que reclaman algunos Estados -como Alemania- para asegurar que los Estados Miembros cumplen con lo acordado y siguen sus sendas de reducción de déficit y deuda pública.
«Estamos cerca, muy cerca, pero la dificultad política de este acuerdo es por todos conocida y vamos a apretar hasta el final para alcanzar este objetivo, fundamental en nuestra presidencia», ha dicho el responsable gubernamental.
Los umbrales de déficit y deuda siguen: 3% y 60%
La vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos en funciones, Nadia Calviño, ejerce como presidenta de turno del Consejo de Asuntos Económicos y Fiscales (Ecofin) de la Unión Europea, y uno de los objetivos que se marcó el Ejecutivo era cerrar un nuevo marco de reglas fiscales durante este semestre.
El objetivo es que la reforma entre en vigor de cara al próximo ejercicio, cuando se levantará la suspensión por la pandemia y la guerra en Ucrania, lo que devolverá a los Estados a la tarea de buscar que el déficit no exceda el 3% del PIB y que la ratio de deuda pública sobre el total de la economía no supere el 60%.
La propuesta presentada por la Comisión, y que ahora está en negociaciones por parte de los Estados miembro, mantiene los porcentajes fundamentales que establecen los tratados, pero sustituye los Programas de Estabilidad por Planes Fiscales Estructurales a cuatro años: se trata de programas acordados entre los Gobiernos nacionales y el comunitario para equilibrar las cuentas. Puede extenderse a siete años en el caso de incluir reformas e inversiones que favorezcan el crecimiento del PIB potencial y, además, la reducción ha de ser constante durante toda la vigencia del Plan y no concentrarse únicamente en la última parte.
El objetivo del departamento de Asuntos Económicos es cerrar el acuerdo durante la presidencia europea, aunque los trílogos -negociaciones entre la Comisión, el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo- se produzcan bajo la presidencia belga, en el primer semestre del año. Cerrar ahora el acuerdo es fundamental para permitir que pueda aprobarse antes de que termine la legislatura europea, con las elecciones previstas en junio del año que viene.
«Todavía hay que cerrar un acuerdo en torno a esas propuestas [de las salvaguardas] y estamos trabajando todos los días de manera intensa con un diálogo para poder llegar a ese acuerdo de orientación general que permita iniciar los trílogos antes de que finalice la presidencia española, para que se aprueben los textos antes de que culmine la legislatura», ha subrayado García Andrés.
El programa que diseñará el Ejecutivo abarcará, en principio, cuatro años, con una vigencia entre 2025 y 2028, según ha detallado el secretario de Estado.
La Airef lamenta que más reglas puedan descafeinar el modelo
A la intervención del secretario de Estado le ha seguido un diálogo entre la directora de la División de Análisis Económico de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), Esther Gordo, y el director del Departamento de Economía Internacional y Área del Euro del Banco de España, Javier Pérez.
La responsable de la Airef ha advertido de la posibilidad de que este nuevo marco fiscal, más flexible pero no por ello menos laxo o cumplible, sea descafeinado por unas salvaguardas duras (como la exigencia de rebajar el déficit en un 0,5% del PIB año a año) que lo desvíen del espíritu inicial.
«Más reglas no es el camino», ha insistido, para después reclamar que los Parlamentos nacionales tengan un papel en la negociación de los programas de reformas, de tal manera que posibles cambios de gobierno o la caída del Ejecutivo negociador tenga un efecto en el desempeño del plan.
Por su parte, el representante del Banco de España ha detallado la importancia de incluir «elementos supranacionales» en la propuesta, con un órgano dependiente de la Unión Europea que permita vigilar el cumplimiento a nivel comunitario de los planes fiscales.