Que no te engañen con las hipotecas: estas son sus principales diferencias
Conoce las particularidades de las hipotecas y elige la mejor opción para tus necesidades financieras
Aunque las hipotecas son ampliamente conocidas y utilizadas, es sorprendente cuántas personas pasan por alto aspectos cruciales que pueden tener un impacto significativo en su experiencia hipotecaria. En muchos casos, esto se debe a la falta de comprensión de términos y conceptos específicos.
Este artículo se enfocará en arrojar luz sobre las diferencias esenciales entre hipotecas y proporcionar información valiosa para ayudarte a tomar decisiones financieras más informadas.
Uno de los conceptos menos comprendidos en el mundo de las hipotecas es la distinción entre primer y segundo grado. Estos términos se refieren a la prioridad de cobro en caso de impago y generalmente se establecen en el contrato hipotecario. Vamos a aclarar estos términos para que puedas tomar decisiones financieras más informadas.
Hipoteca de primer grado
Cuando hablamos de una hipoteca de primer grado, nos referimos a aquellas que tienen prioridad de cobro en caso de impago. Esto significa que si existen múltiples deudas relacionadas con un mismo activo, como una propiedad hipotecada, la deuda de primer grado se cobra antes que las demás. Imagina que un propietario de una vivienda no puede seguir pagando su préstamo hipotecario; en este escenario, la casa se embarga y los ingresos obtenidos de la subasta se destinan primero a cubrir las deudas de primer grado, debido a su prioridad en el cobro.
La categorización en primer grado suele estar establecida en el contrato hipotecario, siendo la opción más común.
Hipoteca de segundo grado
Las hipotecas de segundo grado, en cambio, no tienen la prioridad de cobro en caso de impago. Para que exista una hipoteca de segundo grado, debe haber una de primer grado previamente establecida, ya que esta última tendrá prioridad en caso de impago y embargo del activo hipotecado.
Hipoteca de primer grado sin límite de cuantía
Además de las hipotecas de primer grado regulares, también existen hipotecas de primer grado sin límite de cuantía. Esto significa que, en lugar de limitarse a una parte de la deuda, la prioridad en el cobro se aplica a la totalidad de la misma. Esto puede ser relevante en situaciones donde se deben pagar múltiples deudas.
En cuanto a la elección entre un préstamo hipotecario abierto o cerrado, la decisión depende de tus circunstancias personales y financieras. A continuación, te explicamos las diferencias entre ambos tipos de préstamos hipotecarios:
Préstamo hipotecario cerrado
Este tipo de hipoteca generalmente ofrece tasas de interés más bajas en comparación con las hipotecas abiertas. Además, suele tener plazos más largos, que pueden extenderse hasta 25-30 años. Sin embargo, es importante destacar que, si realizas un pago mayor al acordado, es probable que enfrentes penalizaciones. Este tipo de préstamo es adecuado para aquellos con presupuestos fijos que no anticipan cambios significativos en sus ingresos.
Préstamo hipotecario abierto
Las hipotecas abiertas suelen tener tasas de interés más altas que las hipotecas cerradas y plazos más cortos. La principal ventaja de un préstamo hipotecario abierto es que te permite realizar pagos adicionales o pagar el préstamo en su totalidad sin penalizaciones. Esto lo convierte en una opción flexible para quienes planean vender su propiedad o tienen acceso a sumas de dinero adicionales.
Toma en cuenta que la elección entre un préstamo abierto o cerrado debe basarse en tus expectativas de ingresos y la capacidad de realizar pagos adicionales. Evalúa cuidadosamente las tasas de interés, los posibles costos adicionales y tu situación financiera antes de tomar una decisión.
En el mercado hipotecario, las hipotecas más comunes incluyen las hipotecas de tasa fija, variable y mixta.
Hipoteca Fija
Con una hipoteca de tasa fija, pagas la misma cuota mensual durante todo el plazo del préstamo. Esto significa que si el banco establece una cuota de 300 euros al mes y tienes una hipoteca a 20 años, pagarás 300 euros cada mes durante ese período. Sin embargo, los costos para tramitar este tipo de hipotecas suelen ser más altos, como la comisión de apertura, que puede llegar al 1%.
Hipoteca Variable
En una hipoteca de tasa variable, la cuota mensual puede cambiar a lo largo del tiempo, generalmente después de revisiones periódicas (cada seis o doce meses). Estos cambios se basan en un índice de referencia, como el euríbor. Los costos asociados con las hipotecas de tasa variable tienden a ser menores que los de las hipotecas de tasa fija, y la comisión de apertura puede ser incluso inexistente.
Hipoteca Mixta
Si te resulta difícil decidir entre una hipoteca fija o variable, puedes optar por una hipoteca mixta. Durante un período inicial (generalmente de 3 a 10 años), pagarás una cuota mensual fija, y una vez finalizado ese período, tu hipoteca funcionará como una hipoteca variable, con ajustes basados en el índice de referencia acordado.