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Planas rechaza reunirse con Unión de Uniones pero se abre a reformar la representación del campo
El ministro de Agricultura ha asegurado que la relación con los convocantes de las protestas está al "nivel administrativo apropiado"
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha rechazado reunirse con la Unión de Uniones, una de las organizaciones convocantes de las protestas de las pasadas semanas y, en concreto, de la que tractorada de ayer en el centro de Madrid, aunque se ha abierto a que la representatividad del campo se reforme en un futuro.
Durante un desayuno organizado por el Fórum Europa, Planas ha explicado que el Ministerio está en contacto con esta organización «al nivel administrativo apropiado», pero que él, como ministro, se reúne con ASAJA, COAG y UPA, las asociaciones «que representan a la mayoría» del sector en el Comité Asesor Agrario con el que dialoga el departamento.
En cuanto a una potencial reforma de la ley de representatividad del campo, la cual abriría la posibilidad de que Unión de Uniones, que ha ganado mucho apoyo en los últimos años pero no está representada en este organismo, Planas ha asegurado que si es necesario la abordarán sin problema, pero, dice, no le gustaría «que esto se convirtiera en una batalla entre organizaciones porque no tiene ningún sentido».
Planas ha afirmado que respeta la convocatoria de manifestaciones, sobre todo aquellas que transcurren de forma pacífica, ya que los agricultores quieren ser escuchados. El Gobierno está «escuchando, trabajando e intentando dar respuesta a todos estos temas que se plantean», mientras que «hay quien evidentemente en esta circunstancia también aprovecha la oportunidad». Sobre todo, aquellos que utilizan soflamas contra la Agenda 2030 y proclamas que no tienen que ver con las reclamaciones de agricultores y ganaderos.
El ministro se ha comprometido a apoyar en el Consejo de Ministros de Agricultura de la Unión Europea del lunes a cambios para simplificar los trámites administrativos vinculados a la Política Agraria Común (PAC), que ha reconocido que están siendo más complejos que con cambios anteriores de este programa, aunque sin que esto suponga un perjuicio para el buen uso de los fondos europeos.
Además, ha defendido que reforzará la lucha contra prácticas desleales en el sector, poniendo como ejemplo la reforma de la ley de cadena alimentaria para evitar la venta a pérdidas, y también que seguirá impulsando la imposición de cláusulas espejo con terceros países. En este último punto, ha reconocido la dificultad, dado que ciertos países de la Unión son «compradores netos» y no quieren adoptar medidas que supondrían un incremento de costes en sus importaciones.
Con todo, ha calificado de «mito» el hecho de que entren alimentos sin control en la UE, algo que no sucede. «Aquí no entra nada sin control», ha insistido, subrayando que las aduanas europeas «son las más seguras después de las de los Estados Unidos».