El ‘plan de energía’ de Ribera hace aguas con el coche eléctrico: se venden 650.000 vehículos menos de lo previsto

La electrificación de la economía deposita grandes esperanzas en la movilidad eléctrica, aunque por el momento solo llegan malas noticias

Teresa Ribera

La ministra Teresa Ribera

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Las ventas y matriculaciones de vehículos eléctricos en España van en aumento. Las cifras, algo tramposas por el umbral de inicio, crecen a doble dígito. Pero nada vale para alcanzar los ambiciosos planes que tenía el Gobierno en materia de movilidad eléctrica.

El último borrador de Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) presentado en Bruselas, y que deberá tener una versión definitiva en junio de 2024, estimaba un parque de vehículos eléctricos en España que alcanzase las 5,5 millones de unidades.

Se trata de algo esencial para el proceso de electrificación que quiere acometer España, y por el que las grandes eléctricas están apostando. El coche eléctrico será fundamental, precisamente, para dar salida a toda la generación eléctrica de base renovable.

El PNIEC estimaba —hasta 2030— una media de crecimiento anual cercana a las 700.000 matriculaciones. La serie tendría una dinámica exponencial en los últimos años. Pero los números no empiezan a cuadrar.

Según las últimas estimaciones, en España hay alrededor de 230.000 vehículos puramente eléctricos. Esto obliga a esa cifra de crecimiento media superior a 700.000 coches al año. Sin embargo, 2023 cerró con apenas 51.000 matriculaciones de vehículos totalmente eléctricos.

Lo peor para el sector es que, según las grandes asociaciones empresariales, se espera que para 2024 se vendan, entre vehículos eléctricos e híbridos, no más de 300.000 unidades. Por tanto, se añadiría otro año que no se alcanza esa cifra media.

Buenas palabras para el PNIEC

Hace unos días, tal y como publicó ECONOMÍA DIGITAL, desde Bruselas felicitaban a España por el desarrollo de su PNIEC. En materia de movilidad eléctrica, por ejemplo, se congratulaban desde Bruselas por tener cifras concretas.

Hacían referencia a ese horizonte de 5,5 millones de vehículos eléctricos. Sin embargo, con las cifras en la mano son entendibles las críticas de las grandes empresas energéticas que estiman que el PNIEC presentado por el equipo de la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, es demasiado ambiciosa, pero sin precisar la realidad de una demanda eléctrica que todavía no existe.

Los problemas del sector

Estos datos demuestran que, por ahora, el coche eléctrico no cala entre la población española, en gran parte por su precio. Este tipo de tecnología sigue siendo, de media, más cara que la de los vehículos térmicos, en un momento en el que los precios de los vehículos están por las nubes.

El ‘Plan Moves III’ es el único sistema actualmente vigente impulsado por parte del Gobierno para incentivar la compra de los modelos limpios, con una ayuda directa de hasta 7.000 euros, que puede llegar a los 10.000 con la deducción del 15% en el IRPF.

Tener un eléctrico puede tener ciertos beneficios en algunas ciudades, como la gratuidad de aparcar en zona azul, pero las principales patronales del automóvil han instado numerosas veces al Gobierno a aprobar incentivos fiscales para bajar el precio de los vehículos y acelerar la transformación del mercado.

La otra pata, que todavía cojea más, es el desarrollo de la infraestructura de recarga. Si los registros de ventas de coches no cumplen con los objetivos de la UE, el despliegue de los puntos de carga todavía va peor. Para cumplir con el ‘Fit for 55’ en 2023 y alcanzar los 300.000 puntos necesarios en 2030, se deberían de instalar 45.000 puntos este año. Hasta septiembre, apenas se superaron los 7.000, según los últimos datos proporcionados por Anfac.

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Raúl Masa

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