¿Qué es el ‘open banking’ y cómo puede beneficiarte en 2025? Las claves
La banca abierta transforma el sector financiero con servicios personalizados y seguros basados en tus datos
El Open Banking o “banca abierta” promete revolucionar la manera en que interactuamos con los servicios financieros, ofreciendo nuevas posibilidades a clientes y empresas por igual. Nacido en el Reino Unido en 2015, el Open Banking surgió como una iniciativa para fomentar la innovación y crear valor para los usuarios en un sector que tradicionalmente ha sido conservador.
A través de interfaces de programación (APIs), el Open Banking permite a los bancos y otras empresas ofrecer productos financieros integrados en plataformas de terceros, mejorando la accesibilidad y personalización de estos servicios. Esta transformación sigue expandiéndose a nivel global, y para 2025 podría beneficiar a millones de usuarios que buscan experiencias bancarias más flexibles y seguras.
APIs: la tecnología que facilita el Open Banking
Las APIs son la base de la integración en el Open Banking. Actúan como puentes que permiten la comunicación entre sistemas de software, posibilitando la conexión entre bancos y empresas de diferentes sectores. A través de estas interfaces, las entidades financieras pueden compartir datos de manera segura y controlada, habilitando lo que se conoce como “finanzas embebidas” en plataformas externas.
Por ejemplo, en un sitio de comercio online, un usuario puede consultar el saldo de su cuenta sin necesidad de cambiar de aplicación o realizar transacciones adicionales. En el sector inmobiliario, se ofrecen seguros de hogar directamente en la plataforma de compraventa, eliminando la necesidad de contactar con una entidad bancaria de forma independiente. Las APIs facilitan estos procesos de manera invisible para el usuario, permitiendo que la experiencia sea fluida y conveniente.
Consentimiento del cliente: el pilar de la seguridad
En el Open Banking, la protección y el control de los datos personales es un principio clave. La información bancaria pertenece al usuario, quien debe autorizar explícitamente a las empresas para acceder a sus datos. Esta autorización puede ser revocada en cualquier momento, lo que asegura que el cliente mantenga el control sobre su información.
En Europa, donde el Open Banking ha logrado una mayor expansión, las regulaciones exigen que este consentimiento sea renovado periódicamente para evitar usos indebidos y proteger la privacidad. Este modelo centrado en el usuario no solo genera confianza, sino que también permite a las personas beneficiarse de servicios más personalizados a través de sus datos, siempre con la opción de decidir cómo y cuándo compartirlos.
Un cambio cultural hacia la innovación y la personalización
El Open Banking no solo representa una evolución tecnológica, sino también un cambio cultural en la forma en que los consumidores conciben los servicios financieros. En regiones como Europa, la adopción de esta modalidad ha sido notable, ya que los usuarios están dispuestos a ceder ciertos datos a cambio de experiencias más completas y personalizadas. Este modelo permite a los clientes gestionar sus finanzas en diversas plataformas, facilitando el acceso a servicios como el análisis de gastos, la planificación de ahorros y el monitoreo de inversiones en tiempo real.
Además, el Open Banking fomenta la incorporación de tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial, el big data y el blockchain. Estas innovaciones hacen posible la creación de servicios bancarios adaptados a las necesidades individuales de cada cliente, mejorando la eficiencia y precisión en el asesoramiento financiero y el análisis de datos.
Beneficios para instituciones, empresas y usuarios
Para las instituciones financieras, el Open Banking abre un mundo de posibilidades para crear alianzas estratégicas y modelos de negocio innovadores. A través de colaboraciones con empresas de diferentes sectores, los bancos pueden ofrecer una gama más amplia de servicios integrados que mejoran la experiencia del cliente y aumentan la inclusión financiera.
Los socios comerciales también se ven beneficiados, ya que pueden diversificar su oferta de productos al añadir servicios financieros a sus plataformas sin la necesidad de obtener una licencia bancaria. Esto permite un entorno donde los usuarios pueden acceder a servicios bancarios desde una variedad de canales, integrando la banca en su vida cotidiana de manera más natural.
La regulación como base
El crecimiento del Open Banking no sería posible sin un marco regulador que garantice la transparencia y la seguridad. La Directiva PSD2 en Europa y la Ley Fintech en México han establecido una base sólida para implementar sistemas financieros tecnológicos en donde los datos abiertos y la competencia son protagonistas. Estas normativas buscan asegurar que las empresas cumplan con altos estándares de privacidad y seguridad, ofreciendo a los usuarios una protección integral en el manejo de sus datos.
En última instancia, el Open Banking plantea un nuevo paradigma en el que los clientes tienen el control sobre su información, mientras que las instituciones financieras y empresas de otros sectores pueden colaborar para generar productos más competitivos y adaptados a las necesidades del consumidor moderno.