La OCDE pide «ajustes fiscales» para evitar que la escalada del gasto en Defensa dispare la deuda
El organismo multilateral llama a países con crecimientos "robustos", como España, a consolidar cuanto antes el gasto público antes de que la política monetaria vuelva a ser restrictiva
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Diego Radamés / Europa Press
La escalada en el gasto en Defensa en la que están incurriendo los países de la Unión Europea, España entre ellos, preocupa a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Porque, aunque esto pueda impulsar el crecimiento de la actividad a corto plazo (buena noticia), la realidad es que las cuentas públicas de sus Estados asociados podrían verse tensionadas de más por un aumento de las inversiones gubernamentales en programas militares y de seguridad.
Tanto es así que el organismo con sede en París dedica un apartado de su Informe de Proyecciones económicas, publicado este lunes, a hacer de ‘Pepito Grillo’ y recordar algo que muchos países parecen estar pasando por alto (España también): la deuda pública sigue estando ahí y en niveles históricamente elevados.
«Algunas presiones urgentes de aumento de gasto, notablemente la necesidad de aumentar sustancialmente el gasto en Defensa en muchos países europeos, ya están empujando a los países a tomar decisiones drásticas sobre el ritmo y la composición de sus ajustes fiscales y de gasto. Es necesario un diseño cuidadoso de estos ajustes fiscales para asegurar la adecuada ayuda a quienes lo necesiten y conservar los recursos para hacer frente a los desafíos de gasto a largo plazo», recoge el documento.
En plata, que la urgencia del gasto militar y la incertidumbre sobre el papel de Estados Unidos en el nuevo orden mundial no pueden hacer que alejemos la vista sobre las certezas en el horizonte. Por ejemplo, el envejecimiento poblacional que va a tensar cada vez más las finanzas de los países, engordando el gasto en pensiones y en sanidad, al tiempo que desaparece mano de obra por los cambios demográficos.
España parece ser una balsa de aceite en la vorágine internacional y, de acuerdo con las proyecciones de la OCDE, será la economía desarrollada que más crezca en 2025: un 2,6% (2,1% en 2026), después de que el organismo haya reducido el avance previsto para Estados Unidos tanto para este ejercicio como para el próximo, víctima de la errática política arancelaria del presidente Donald Trump.
Ahora bien, el escenario económico no contempla, por ahora, ni las posibles tarifas a la Unión Europea (cuya entrada en vigor está prevista para el mes de abril) ni los cambios en la actividad vinculados al sector de la Defensa que, según la OCDE, podrían impulsar el crecimiento a corto plazo, aunque sea a costa de mayor endeudamiento a largo.
Sí está previsto ya que la inflación sea más «pegajosa» y duradera de lo que inicialmente estaba calculado, singularmente por la acción de Trump desde su llegada a la Casa Blanca. En el caso de España, esta proyección se revisa al 2,5% de media para este año (0,4 puntos porcentuales más), mientras que se eleva al 2,1% (0,1 pp más) para el 2026. En el caso de Estados Unidos, se disparan siete y seis décimas, respectivamente, hasta el 2,8% para 2025 y el 2,6% para 2026.
La persistencia de unos precios altos, dice la OCDE, puede añadir más presiones a los Gobiernos para aplicar medidas que compensen las périddas de poder adquisitivo. «Medidas bien diseñadas y dirigidas para apoyar los ingresos pueden ayudar, de ser necesario, a amortiguar el impacto inicial a corto plazo de estos shocks en compañías y hogares de renta baja, pero, alternativamente, se necesitan soluciones más estructurales allá donde el impacto adverso de estos shocks en la competitividad externa tenga más probabilidades de prolongarse», indica el organismo.
«Sin acciones sostenidas, los niveles de deuda que ya son altos aumentarán significativamente. Los esfuerzos para contener y redirigir el gasto y mejorar los ingresos, dentro de sendas de ajuste a medio plazo creíbles y específicas para cada país, son necesarios para asegurar que esta carga de deuda se estabiliza», alerta la OCDE.
Y aquí llega el mensaje a España, la única economía avanzada a la que revisa su crecimiento al alza (al 2,6% para este año y al 2,1% para el que viene): «Donde el crecimiento sea lo suficientemente robusto para aguantar vientos de cara fiscales, los esfuerzos de consolidación deberían intensificarse en tanto la posición de la política fiscal se vuelva menos restrictiva«.
Las políticas a adoptar varían en función de los países, pero recomienda alargar la vida laboral para aliviar las presiones derivadas del envejecimiento demográfico, así como hacer una revisión en profundidad del gasto público y también de los sistemas fiscales, aumentando la recaudación procedente de impuestos indirectos, medioambientales y de la propiedad, para hacer «un sistema tributario que apoye más el crecimiento económico en muchos países».
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha comprometido a acelerar el objetivo de llegar al 2% del producto interior bruto (PIB) en gasto en Defensa antes de 2029, aunque sin marcar plazos concretos y sin pasar por el Congreso. La intención del Ejecutivo es recurrir a modificaciones de crédito por parte de Hacienda y al Fondo de Contingencia para liberar los recursos, dado el rechazo de las formaciones de izquierda a aprobarlo. Todo ello en un escenario sin Presupuestos y con la deuda pública todavía por encima del 100%.