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El Gobierno salva ‘in extremis’ su reforma fiscal tras prometer a ERC y Bildu prorrogar el ‘impuestazo’ energético
Hacienda cerró un acuerdo pasadas las diez de la noche en el que se compromete a aprobar por Real Decreto-Ley una prórroga del gravamen
La sesión de la Comisión de Hacienda que comenzó en el Congreso de los Diputados a las 17 horas de este jueves ya empezaba con mal pie. Después de haber sido postergada en dos ocasiones ante la falta de apoyos para la reforma fiscal que pretendía aprobar el Gobierno, el Ejecutivo, sin excusas para nuevas patadas hacia delante, afrontó la posibilidad real de que sus grandes promesas fiscales se quedaran en el camino.
Por unas horas, lo estuvieron. Y, de hecho, todavía lo están, formalmente. ERC, EH Bildu y el BNG, representante del Grupo Mixto en la Comisión, se abstuvieron de las enmiendas acordadas por el PSOE, Sumar y Junts que reformaban el impuesto a la banca, por ejemplo, y durante una tensa noche dejaron en el aire sus votos a favor del Dictamen sobre la ley para un Impuesto mínimo complementario para las multinacionales, una norma que traspone una directiva europea y que el Ejecutivo había utilizado para vehicular su reforma fiscal.
A las ocho de la tarde y cuando la votación parecía condenada al fracaso tras una sesión tensa y bronca, el presidente de la Comisión, el socialista Alejandro Soler, determinó un receso de unos minutos que acabó prolongándose más de cuatro horas, durante las cuales el Ejecutivo cerró el acuerdo con los tres grupos para aprobar esa nueva prórroga al gravamen.
El impuesto a la banca se votará el jueves
«ERC, EH Bildu y BNG acuerdan con el Gobierno español la presentación de un Real Decreto-Ley para prorrogar durante todo el año 2025 el impuesto a las energéticas«, reza el acuerdo firmado por las tres formaciones, que concluye con el compromiso por parte de ambas para «asegurar la convalidación de este decreto en la mayor brevedad posible» y el llamamiento al Gobierno a «trabajar los apoyos necesarios».
Gracias a este pacto, las tres fuerzas votaron a favor del Dictamen y permitirán que el Pleno debata las «enmiendas vivas» al Proyecto de ley, donde el Ejecutivo podrá recuperar el impuesto a la banca y otras medidas de su paquete fiscal que decayeron, por lo que podría recoger la eliminación de las socimis o el impuesto a los bienes de lujo que Hacienda acordó con Sumar.
El Gobierno puso todo en el asador y el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Rafael Simancas, uno de los fontaneros clave de Pedro Sánchez, entró y salió constantemente de la sala Cánovas del Congreso, donde se encontraba reunida la Comisión. Los diputados de PSOE, Sumar, PNV y Junts intercambiaban constantemente documentación y hacían apartes para cuchichear durante el debate de enmiendas.
«Nunca he vivido esto»
El Gobierno había dado una importancia extrema a la aprobación de este paquete fiscal: por un lado, supone cumplir con Bruselas para recibir 7.000 millones de euros de los fondos europeos. Por otro, cuadrar el círculo de los socios de la investidura, con posiciones muy marcadas a izquierda y derecha, sería un muy buen paso de cara a la futura tramitación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE), que el propio presidente Pedro Sánchez ha insistido en que quiere presentar.
La votación se retrasó para exasperación de los diputados, que desconocían saber por qué el presidente de la Comisión no reanudaba la jornada ni aparecía, si quiera, por la sala. El PP acusó a los socialistas de «secuestrar» la sesión, después de casi cuatro horas sin noticias y más de una hora de retraso con respecto a la hora acordada para retomar la sesión.
«Nunca he vivido esto», aseguró una veterana diputada durante el eterno receso.
Junts vota a favor pese al acuerdo que los puentea
Todas las miradas estaban puestas en el diputado de Junts, Josep Maria Cruset, que había defendido con firmeza el acuerdo alcanzado con los socialistas y que incluía, eso sí, eliminar el impuesto a las energéticas. El representante votó a favor del Dictamen cuando quedaban pocos minutos para la una de la madrugada.
Fuentes del partido explicaron que su acuerdo con los socialistas incluía la eliminación del impuesto a las energéticas y que eso no cambiaba con el acuerdo alcanzado. El Real Decreto-Ley, en su momento, tendrá que ser convalidado en el Congreso y tiene el rechazo garantizado de Junts.
Con todo, y a pesar de que el devenir de la reforma fiscal parecía claro, el Ministerio de Hacienda lanzó un breve comunicado de tres líneas a cinco minutos de la una de la madrugada: «El Gobierno quiere aclarar que mantiene su acuerdo con Junts para no gravar a las empresas energéticas que mantengan su compromiso efectivo de inversión para la descarbonización».
Podemos amenaza con tumbar la ley
Salvada la bola, en el Pleno todos podrán retratarse y ver qué posición defienden con las enmiendas que se recuperen. El enlace débil ahora mismo es Podemos, que carece de representación en la Comisión pero sí en el plenario. Y sus cuatro votos son cruciales. «Está muy bien que el gobierno se comprometa a prorrogar el gravamen a las energéticas con ERC y Bildu, pero sin garantías de que Junts también lo apoyará es poco más que papel mojado. Podemos sólo apoyará esta reforma fiscal si el impuesto realmente se mantiene», escribió Belarra en su cuenta de X (antes, Twitter).
El dictamen aprobado por la Comisión de Hacienda incluye algunas propuestas del paquete fiscal cuyo apoyo está prácticamente garantizado, algunas de las cuales contaron con los votos a favor del PP. Sí han salido adelante el nuevo impuesto a los vapeadores, la equiparación de la fiscalidad del tabaco, medidas para luchar contra el fraude en el IVA o en los hidrocarburos, así como impulsar gravar con IVA los alojamientos turísticos.
También recibió luz verde un paquete con exenciones a las pequeñas empresas en el Impuesto de Sociedades, la subida de la tributación de las rentas del capital en el IRPF, así como unas iniciativas de Sumar sobre fiscalidad para clubes deportivos y artistas.
A las 00:47 y tras recibir el visto bueno de la Comisión, el dictamen fue aprobado y se levantó la sesión de la Comisión. El jueves el Pleno del Congreso votará si esta reforma negociada con sangre, sudor y lágrimas sale adelante.