Moody’s congela la mejora de España por la situación de Cataluña
La agencia de calificación asegura que no contempla una aceleración del crecimiento económico en España sin una resolución a la incertidumbre política
La agencia de calificación Moody’s ha reconocido sentirse «cómoda» con la perspectiva «estable» asignada al rating de España. Así, no tiene pensado bajar la calificación del ‘Baa1, pero también aleja la posibilidad de una mejora del rating en el corto plazo.
Esto se debe a que no contempla una aceleración del crecimiento económico o del saneamiento de las cuentas públicas, mientras no aprecie una resolución a la incertidumbre política, particularmente en el caso de las tensiones con Cataluña.
«Nuestra perspectiva para España es estable y estamos muy confortables de momento con ella», defiende la vicepresidenta de la agencia y responsable de análisis para España, Kathrin Muehlbronner.
En su estudio destaca como principales aspectos positivos el crecimiento «bastante sólido» y más alto que Europa de España. «Tiene un carácter más equilibrado y sostenible, incluyendo una ganancia importante de competitividad», comenta. Para asegurar esto se basa en los datos de las exportaciones y el superávit corriente, además de la solidez del sistema bancario.
Moody’s considera la subida del salario mínimo a 900 euros «claramente negativa» para el empleo
Sin embargo, entre los aspectos negativos, la experta ha reconocido que «primero, la situación política es complicada», apuntando que por el momento no hay resolución para el problema con Cataluña. A esto se une el «muy lento progreso en el saneamiento de las finanzas públicas», donde la mejoría reciente no es estructural, sino motivada por la coyuntura del ciclo económico.
La agencia espera una desaceleración del crecimiento de la economía española este año, con un último pronóstico de expansión del 2,2%, mientras que para 2020 el crecimiento será inferior al 2%, aunque España seguirá creciendo por encima de la media de la zona euro.
Además, critica la subida del salario mínimo, que considera «claramente negativa» en términos de creación de empleo. «Vamos a mirar muy de cerca si el aumento del salario mínimo se traslada a un aumento generalizado de los salarios», afirma.
Rebaja el crecimiento de la UE
Moody’s también rebajará el crecimiento de la eurozona en 2019. Prevé que será un año de «mayor dificultad» en el que la desaceleración de las economías impedirá la aprobación de reformas estructurales, lo que llevará previsiblemente a recortar su actual pronóstico de crecimiento del 1,9%.
No obstante, descarta el riesgo de recesión en el conjunto de la región. «No pensamos que haya un entorno muy positivo para sacar adelante reformas en Europa, donde esperamos una desaceleración, aunque no una recesión».
Aún así, Europa es la región donde Moody’s mantiene un mayor optimismo, puesto que actualmente mantiene una perspectiva estable para la mayoría de los ratings soberanos en Europa, con el 75% de las notas globales estables, el 14% negativas y alrededor del 11% positivas.
Aumentan los impagos de deuda
Además, la agencia de calificación prevé que la tasa de impagos de deuda en Europa empiece a aumentar en 2019. En los próximos años el ratio de recuperación por parte de los inversores, asegura, tenderá a caer, lo que podría afectar a la estabilidad financiera de la zona euro.
A la agencia calificadora le «preocupa» el aumento del número de emisores de deuda europeos que están en grado especulativo, es decir, con calificaciones B o inferiores, «que hasta no hace mucho tiempo eran la excepción y ahora empiezan a ser la norma».
En 1998 sólo el 7% de los emisores tenían un rating B, y el 2% Caa o inferiores. Ahora ambos tramos, lo que se considera el grado especulativo, se encuentran el 40%, con una mayor concentración en el tramo más bajo de la escala.
Moody’s asegura que está preocupada porque para esos ratings «históricamente las tasas de impago han sido muy elevadas». Así, cerca del 3% de las compañías con calificación B incurren en impago en un año, el 10% en tres años y el 15% en cinco años.
Según sus cálculos, la tasa de impago actual ronda el 1% en Europa, pero podría incrementarse incluso hasta el 3 % durante este año.