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Montero gana tiempo para salvar su reforma fiscal con ERC, Bildu y Podemos apretando con el ‘impuestazo’ energético
El aplazamiento del debate sobre la ponencia de la reforma fiscal da tiempo a Hacienda para intentar atar los votos de sus socios a la izquierda: Podemos, ERC y Bildu
Patada hacia delante. El Ministerio de Hacienda ganó este lunes un tiempo precioso para terminar de cerrar con sus socios la reforma fiscal que prometió a Bruselas, posponiendo el debate sobre el dictamen del proyecto de ley que contempla todas las medidas tributarias hasta el jueves, evitando así que la votación del Congreso se produzca esta semana y tendrá lugar, como pronto, en el Pleno de la que viene.
A la vicepresidenta María Jesús Montero le está costando que encajen las piezas para la reforma fiscal. La titular de Hacienda lidera las negociaciones con los partidos para sacar adelante la norma y en el Gobierno priorizaron mirar a la derecha, a Junts y a PNV, para fijar el marco de las modificaciones antes de centrarse en sus socios a la izquierda.
Este lunes, PSOE y Sumar anunciaron el acuerdo para el paquete tributario con varias figuras nuevas: un impuesto a los bienes de lujo como yates o jets privados; un IVA del 21% a las viviendas de uso turístico; o la eliminación del régimen fiscal de las Socimis, entre algunas de las medidas acordadas.
Sin embargo, la eliminación del gravamen energético, una exigencia de los socios a la derecha, puede tumbar toda la reforma fiscal, ya que ERC, EH Bildu y Podemos consideran que se trata de una línea roja.
En el Ministerio de Hacienda reconocen que no es sencillo el encaje de bolillos para estos cambios en el sistema tributario. De hecho, no descartan llegar al Pleno del Congreso solo con los acuerdos firmados con Junts, PNV y Sumar, una mayoría insuficiente para sacar adelante la norma. Todo el paquete fiscal decaería si el Congreso rechaza las enmiendas, lo que supondría dejar caer el nuevo impuesto a la banca, el nuevo tributo a los vapeadores o las subidas al IRPF de las rentas del capital.
Además, las mismas fuentes gubernamentales reconocen que el margen es muy estrecho. Una concesión a Podemos, por ejemplo, que registró enmiendas para gravar el queroseno o fijar un impuesto a los billetes de avión podría alejar al PNV y a Junts del acuerdo final. Es por ello que quizá algunos de los impuestos no salen adelante por la precaria mayoría parlamentaria.
El nudo gordiano es el impuesto energético. «Cualquier medida que pretenda favorecer a la banca y a las eléctricas no va encontrar nuestro apoyo», advirtió la diputada de ERC Pilar Vallugera, tras desconvocarse la reunión de los diputados de Hacienda de este lunes. Los republicanos trasladaron al PSOE su voto negativo a cualquier reforma sin el gravamen energético, lo que motivó el retraso en la cita.
«Con nuestros votos no van a contar. De momento, no tienen votos para devolverles privilegios a las empresas energéticas, e insistimos al PSOE en que en lugar de pactar con la derecha asumiendo que ya tienen los votos de la izquierda, pacten por la izquierda, pacten cosas que son justas», dijo la eurodiputada de Podemos y líder ‘de facto’ del partido morado, Irene Montero, este lunes.
Sin embargo, Junts y PNV fueron tajantes: las potenciales desinversiones en el País Vasco y Cataluña fueron la clave para tumbar una de las medidas estrella del Gobierno de Pedro Sánchez. Aunque, después de la normalización de los precios de la energía, ese impuesto al sector parecía innecesario.
De momento, la reforma fiscal contaría con los 121 votos a favor del PSOE (incluido el exministro José Luis Ábalos, ahora en el Grupo Mixto), los 27 diputados de Sumar, los 5 del PNV y los 7 de Junts. 160 diputados en total, a 16 votos de la mayoría absoluta del Congreso. Por eso los escaños de ERC (7), EH Bildu (6) y Podemos (4) resultan fundamentales.
El Gobierno ha comprometido dos veces con Bruselas esta reforma: una, para recibir 7.000 millones de euros de fondos europeos. Y otra, como parte del Plan Fiscal Estructural a Medio Plazo de las nuevas reglas fiscales. Ahora, todo eso está en el aire.