Los ministros económicos pinchan con los fondos UE: Calviño, Escrivá y Yolanda Díaz no ejecutan ni el 10%
Los datos de la Intervención arrojan que el Gobierno no ha gastado ni uno de cada tres millones (28%) de fondos europeos consignados en 2023
El Gobierno central apenas ha ejecutado el 28% de los fondos europeos Next Generation EU que tiene presupuestados para este año, con un gran retraso en algunos de los departamentos que cuentan con mayores partidas procedentes de este ‘maná’ europeo, como son el de Asuntos Económicos o el de Industria.
El Gobierno tiene ya encomendados, de acuerdo con los datos de la Intervención General del Estado correspondientes al mes de agosto, más de 10.071 millones de euros, por casi 36.000 millones de euros que tiene comprometidos para este año procedentes del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) puesto en marcha por la UE.
Por cuantías, la vicepresidenta Teresa Ribera es la que más ha avanzado en la entrega de estos fondos, con el desembolso de 3.100 millones de euros, lo que equivale al 62% del presupuesto para 2023 correspondiente a Transición Ecológica. Le siguen el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, dirigido por Héctor Gómez, con 2.489 millones de euros (el 27,8%) y el departamento de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana de Raquel Sánchez (1.656 millones, el 27,1%).
Los fondos se atascan excepto en tres Ministerios
Sin embargo, pasados ocho meses del año, salvo en el supuesto de Hacienda, Transición Ecológica e Igualdad, los tres departamentos por encima del 60%, la gestión de este plan millonario va demasiado lenta, al tiempo que la Adenda -actualización- del Plan de Recuperación recientemente aprobada contempla una inversión adicional de 90.000 millones más, hasta los 163.000 millones hasta 2026.
En concreto, ministerios clave para la estructura económica del país, como el de Asuntos Económicos, el de Trabajo o el de Inclusión y Seguridad Social están muy rezagados en cuanto a la canalización de las inversiones.
La cartera de la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, ha reconocido obligaciones por un valor de 606 millones de euros, lo que apenas representa el 9,8% del total que tendría que desplegar durante todo el año. Del departamento de Calviño, principal negociadora con Bruselas del plan, dependen inversiones clave como todas las relacionadas con el ámbito digital o el PERTE de la Nueva Economía de la Lengua.
La vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, se encuentra también en la parte baja de la tabla: ha gestionado el 9,5% de los fondos asignados al Ministerio de Trabajo. En el caso del departamento de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, el porcentaje se sitúa en el 9,4%.
Solo el 28% ejecutado
En cualquier caso, los farolillos rojos de los 21 Ministerios -el de Presidencia de Félix Bolaños no tiene asignadas partidas correspondientes al MRR- son el de Asuntos Exteriores, con apenas el 3%, y el de Política Territorial, con poco más del 1% ejecutado.
De acuerdo con los datos aportados por el Ejecutivo, de los 163.000 millones a los que España tendrá acceso del ‘maná’ europeo, ya se han ejecutado 30.000 millones, el 80% del dinero recibido. Con todo, comparado con la suma total de transferencias y préstamos, apenas resulta el 18% cuando ya estamos en el ecuador del programa. España, además, va retrasada con respecto a la solicitud del cuarto pago de estos fondos, por un valor de 10.000 millones, aunque ha negociado con Bruselas unos retoques en el calendario de pagos para poder acelerar la petición del desembolso.
El Ejecutivo, a sugerencia de Bruselas, habría encontrado una manera de extender la aplicación del plan de inversiones más allá de 2026: asignar y transferir los fondos a agencias y entidades públicas empresariales, como el Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético (IDAE) o la Empresa Nacional de Innovación (Enisa), para que puedan ejecutar parte de esa financiación más allá del límite planteado. Con todo, organismos como el Banco de España ya habría alertado de la posible pérdida del poder transformador de este programa si se produce un retraso en el gasto.