Escrivá arranca las críticas al SMI de Sánchez: más despidos, menos márgenes y más inflación
La Encuesta a las empresas del Banco de España incluye un módulo sobre el SMI: al menos una de cada cuatro ha tenido que hacer ajustes por la subida
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta Yolanda Díaz. ECONOMÍA DIGITAL
La subida del 61% del salario mínimo interprofesional (SMI), pasando de 736 euros en 2018 a 1.184 euros en 2025, se ha traducido en menores márgenes, despidos, subidas de precios y caída de las contrataciones en aquellas empresas con mayor proporción de empleados a los que ha afectado la subida de esta menor retribución posible.
La Encuesta sobre la Actividad Empresarial que elabora el Banco de España (EBAE) ha incorporado por primera vez un módulo específico sobre el SMI, preguntando a las compañías que participan sobre la afección de las subidas en los últimos seis años y constata que este sueldo reglado cada vez tiene un mayor impacto sobre el tejido productivo.
De las casi 7.000 compañías que han participado en la muestra, alrededor del 76% señalan que esta cuantía (16.576 euros al año, dividido entre catorce pagas) no tienen un efecto importante, ya que menos del 10% de sus empleados estarían afectos. Sin embargo, unas 1.600 de las empresas que respondieron el cuestionario de la entidad que dirige José Luis Escrivá sí informaron de que las subidas del SMI han tenido un impacto notable sobre su actividad.
En concreto, para un 13% de las compañías supone una incidencia media, en tanto que entre el 10% y el 50% de sus empleados estarían cubiertos por el SMI; mientras que un 11% informa de un impacto elevado, al haber afectado a más del 50% de la plantilla.
La vía del recorte de los márgenes empresariales ha sido la recurrida por el 32% de las empresas consultadas, que han tenido que ceder parte de ese beneficio para hacer frente a los incrementos retributivos. La historia es bien distinta entre las empresas con mayor y menor afección del SMI. Para aquellas con una incidencia baja, el 24,8%, una de cada cinco, han tenido que ajustar sus ganancias. Pero las que tienen mayor proporción de trabajadores cubiertos por este sueldo mínimo, prácticamente una de cada dos han tenido que recortar sus beneficios corporativos.
La siguiente vía de compensar estos incrementos ha sido el aumento de los precios de venta, a lo que han recurrido el 26% de las empresas consultadas, por lo que estas subidas del SMI también habrían repercutido en la crisis inflacionaria de los últimos años. De nuevo, aquellas empresas que tienen un menor porcentaje de empleados cobrando este sueldo mínimo han recurrido menos (20,3%) a este ajuste que aquellas con más de la mitad de la plantilla con esta retribución (41,7%).
"En todos los casos, la relevancia de los diferentes canales es mayor cuanto mayor es la incidencia de trabajadores afectados por el SMI en la empresa. Así, a modo de ejemplo, entre las empresas con una incidencia baja del SMI, un 15% indican haber reducido sus contrataciones como resultado de las subidas del SMI desde 2019, porcentaje que se eleva al 34% entre aquellas con una incidencia media y al 43% entre aquellas con incidencia alta", apunta el Banco de España en su artículo.
Los despidos son la vía más drástica de afrontar la subida, por lo que apenas una de cada 10 empresas ha recurrido a ella. Sin embargo, de nuevo, el porcentaje se eleva hasta rozar el 20% conforme aumenta el número de trabajadores afectos por el SMI. La reducción de horas o de costes son otras de las vías de ajuste recurridas por las sociedades.
Según los últimos datos del Índice de Coste Laboral Armonizado (ICLA), que elabora el INE y que se publicaron este lunes, los costes laborales han aumentado más de un 20% desde que comenzaron las subidas del SMI con Pedro Sánchez en La Moncloa. En concreto, un 21,2% desde el último trimestre de 2018, antes de que entrara en vigor la primera gran subida del mandato, de 736 a 900 euros al mes. Si nos centramos únicamente en los costes salariales, estos se han incrementado en un 19,7% en el mismo periodo.
Volviendo a la encuesta del Banco de España, las empresas anticipan que las presiones inflacionistas sigan a corto plazo, espoleados por las subidas en los precios de la energía y también por la incertidumbre comercial. Es por esto que las compañías también prevén que estos incrementos se trasladen también a los costes laborales, con un 76,6% apuntando a estos avances.
Pero ya no resulta tan importante para las compañías la inflación pasada como la que se prevé, destacan en el Banco de España: "En paralelo al proceso de desinflación en la economía española, se observa un aumento progresivo del porcentaje de empresas cuya referencia para la determinación de los salarios es la inflación prevista en lugar de la pasada". En total, un 41,4% de las empresas apuntan en esta dirección, 20 puntos más que en 2023, en plena crisis inflacionaria.
Los últimos datos de las estadísticas de convenios colectivos que publica el Ministerio de Trabajo apuntan a que los salarios siguen recuperando (o al menos, no perdiendo) poder adquisitivo. A cierre de febrero, la remuneración pactada por convenio aumentó un 3,03%, ligeramente por encima del dato de la inflación de febrero (3%).