Los contratos fijos discontinuos rozan los cinco millones tras dos años de reforma laboral

El número de contratos en dos años es superior al de las dos décadas anteriores (3 millones) y representa más de un tercio de la contratación indefinida

Yolanda Díaz, en el acto de Servimedia sobre autónomos | Foto de Jorge Villa

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La reforma laboral que impulsó el Gobierno de Pedro Sánchez, con la vicepresidenta Yolanda Díaz al frente del Ministerio de Trabajo, ha cumplido con su objetivo principal: la estabilización del empleo y el recorte de la temporalidad, dejando la tasa de temporalidad en el entorno del 13%.

Ahora bien, este hito se ha conseguido a costa de disparar los contratos indefinidos en su modalidad fijo discontinuo, realizando un trasvase de actividades estacionales o de temporada que anteriormente se ejecutaban mediante una relación temporal laboral. En solo dos años desde la completa entrada en vigor de la reforma laboral, en marzo de 2022, se han firmado 4,9 millones de contratos. Por ponerlo en contexto, en las dos décadas anteriores (desde enero del 2000), estas rúbricas fueron de 3,2 millones.

Desde abril de 2022, más de uno de cada tres contratos indefinidos ha sido de esta categoría: el 34,7%, de acuerdo con los datos recogidos por el investigador de Fedea Florentino Felgueroso en su artículo ‘¿Cuántos son los trabajadores fijos discontinuos?’. En el periodo anterior a los cambios en el Estatuto de los Trabajadores, menos de uno de cada diez contratos indefinidos recurrían a esta figura (9,1%).

Ahora bien, estos son términos de contratos. Este acumulado permite saber que se siguen firmando muchos acuerdos de esta modalidad aunque el número de afiliados o de ocupados no incremente en las mismas tasas, lo que arroja la existencia de muchos trabajadores en periodo de actividad. Son esos empleados que se encuentran ‘desactivados’ a la espera de ese llamamiento para reincorporarse a su puesto de trabajo. La hostelería y la educación concentran el grueso de estos empleados.

¿Por qué es tan importante saber cuántos fijos discontinuos hay en el mercado laboral y por qué es tan difícil arrojar esa cifra con estadísticas oficiales? «En una película hay actores principales y secundarios. Los secundarios salen de escena y no aparecen en todos los fotogramas. La afiliación o la Encuesta de Población Activa (EPA) son fotos que nos dan a final de mes o como promedio de tres meses y con eso no sabemos cuántas personas hay en situación de inactividad», detalló Folgueroso.

Para aproximarse al mercado laboral hay tres fuentes principales: el paro registrado, que publica el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE); la afiliación a la Seguridad Social; y la Encuesta de Población Activa que elabora el INE. Cada una tiene sus virtudes y sus fallos, pero a la hora de detectar el número de trabajadores fijos discontinuos, explican en Fedea, todas arrojan un parco resultado.

Volviendo a la metáfora de la película, en el detalle, en los títulos de crédito, es donde encuentran la mejor aproximación a este mercado. Esto parte de la Muestra Continua de Vidas Laborales, cuyos últimos datos corresponden a 2022. De acuerdo con el análisis de estas cifras, los fijos discontinuos comenzaron enero en 530.000 trabajadores, para pasar a 649.000 en marzo (mes de entrada en vigor completa de la reforma) hasta 1,42 millones en diciembre.

De ese stock de trabajadores fijos discontinuos, 731.000 estaban en situación de actividad laboral mientras que 753.000 estaban en situación de inactividad.

El Ministerio de Trabajo se enredó con los datos de aquellos trabajadores fijos discontinuos que, a pesar de tener una relación laboral, se encontraban en periodo de inactividad. Antes del verano del año pasado, se comprometieron a publicarlos una vez los depuraran en el seno del SEPE. Después, se excusaron con que, con los cambios de Gobierno tras las elecciones del 28-M, la cuestión se había ralentizado.

La penúltima versión por parte del departamento fue asegurar que esos datos no se podían depurar. Y la última, desde la tribuna del Senado, concluyó con Yolanda Díaz utilizando datos de la EPA: solo habría 55.300 fijos discontinuos en periodo de inactividad.

La cuestión sobre esta figura contractual, si bien ha funcionado y el mercado laboral tiene un ritmo boyante, ha traspasado fronteras. El Fondo Monetario Internacional (FMI), en su último informe sobre la situación de la economía española, ponía aquí el foco al analizar el escenario económico: «La reforma laboral de 2021 logró bajar la tasa de temporalidad en más de 10 puntos porcentuales, al nivel promedio de la UE, pero se necesitan políticas adicionales para alcanzar una mayor estabilidad del empleo en sentido amplio. (…) Incrementar las cotizaciones para la prestación por desempleo por parte de empleadores con mayor rotación de personal podría desalentar excesivas transiciones entre actividad e inactividad bajo los contratos fijos discontinuos, que a su vez deberían estar sujetos a un monitoreo más preciso utilizando información estadística adicional».

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