Las vacantes provocadas por la jubilación del ‘baby boom’ amenazan 25.000 millones al año
Un informe de la Fundación BBVA y el IVIE advierte de que la falta de relevo generacional va a provocar que las vacantes, que ya están en máximos históricos, pesen aún más en los próximos años
La falta de relevos generacionales y la inminente jubilación de una de las cohortes demográficas más numerosas, la de la generación del ‘baby boom’, puede agravar, y mucho, uno de los principales problemas del tejido productivo de nuestro país: el de la falta de mano de obra en determinados sectores.
De acuerdo con un informe de la Fundación BBVA y del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), los puestos de trabajo vacantes han alcanzado su máximo histórico en 2023, siendo un 44% más que antes de la pandemia, y a pesar de que la tasa de paro sigue estancada en el 12,3%, con algo menos de tres millones de personas desempleadas.
Este fenómeno está muy lejos de lo que sucede en Europa precisamente por el elevado paro que registra nuestro país, pero puede ser una amenaza para la economía si no se pone remedio antes de que suceda lo inevitable: que se jubile la generación del ‘baby boom’ y sea imposible encontrar perfiles para cubrir esos puestos.
En 2023, de acuerdo con los cálculos de ambos organismos, la pérdida de producto interior bruto (PIB) asociada a las vacantes fue de 8.150 millones de euros, sin incluir aquellos puestos sin cubrir en ramas clave como la agricultura y pesca, el sector inmobiliario y el energético. Es decir, esos más de 8.000 millones de supuso una pérdida de algo más de cinco décimas de la economía de nuestro país.
Ahora bien, si la tasa de vacantes, que en la actualidad supone un 0,9% (fueron 148.212, de media en 2023), se aproximase a las cifras europeas (alrededor del 2,5%-3%) esto tendría un impacto realmente perjudicial para nuestra economía, ya que supondría la pérdida de 25.000 millones de euros anuales.
Este es un escenario que consideran «probable» los investigadores dado el «acusado proceso de envejecimiento demográfico que sufre España y el progresivo retiro de la generación de baby boomer«. Según las estimaciones, el envejecimiento puede recortar un 19% del capital humano per cápita hasta 2050, a lo que se suma la emigración de gente joven y cualificada que ha experimentado un repunte.
A esto habría que sumar que el fenómeno de las vacantes se produce más en los países con un mercado laboral boyante y que se encuentran cercanos al pleno empleo o que tienen robustos sistemas de políticas activas de empleo. «En la medida en la que el empleo continúe creciendo y la tasa de paro convergiendo a niveles como los normales en otros países, el problema de las vacantes continuará incrementándose en España, algo a lo que el tejido productivo y empresarial nacional no está tan acostumbrado y para lo que estará menos preparado que otros países», advierten.
¿Cuál es la razón detrás de que este problema sea cada vez más acuciante? Fundamentalmente se trata de una casación entre oferta y demanda. De acuerdo con la estadística oficial de vacantes, en la Encuesta Trimestral de Coste Laboral, las vacantes afectan a sectores más cualificados pero también a los tradicionales, como el comercio o la hostelería. Ahora bien, el grueso de los demandantes de empleo inscritos en las oficinas del paro son piden ocupaciones elementales.
«En suma, la mayor parte de los parados responden a perfiles de baja cualificación, por lo que las empresas tienen más dificultades para cubrir los empleos más cualificados. Eso no significa que no haya asimismo con frecuencia complicaciones para cubrir también los puestos de menor formación», dice el documento.
De hecho, de acuerdo con la Encuesta sobre la Actividad Empresarial que elabora el Banco de España, la disponibilidad de mano de obra (o la falta de la misma) es un problema para más del 40% de las compañías encuestadas. Se trata del segundo problema para las empresas, solo por detrás de la incertidumbre por la política económica, tras el abaratamiento de los precios de la energía, que han dejado este asunto -aunque relevante- en un segundo plano. Se trata de la primera vez en la serie histórica que esto pasa.
Por sectores, los más intensivos en manos de obra son precisamente donde hay una mayor falta de trabajadores: la hostelería, la agricultura y la construcción. Aquí más del 50% de las empresas aseguran estar teniendo problemas para encontrar trabajadores para los huecos disponibles. Precisamente esta dificultad está provocando que sean las ramas de la actividad donde más está previsto que aumenten los costes laborales a medio plazo, junto con el transporte.
Este debate está ganando cada vez más presencia en la esfera pública desde hace un año. El Ministerio de Trabajo ha venido defendiendo que este asunto no es un problema real, a la vista del bajo número de puestos por cubrir en un mercado laboral de 24 millones de personas, y han asegurado que se trata de puestos sin cubrir fundamentalmente en el sector público.
Ahora bien, otra rama del Gobierno, la socialista, sí que está preocupada por el tema. Como demuestran unas declaraciones del ministro de Economía, Carlos Cuerpo, durante un curso de la APIE, en las que coincidió en su tesis con el presidente de la patronal: hay un problema de formación y no de condiciones salariales, como decía el departamento que dirige la vicepresidenta Yolanda Díaz.
La Fundación BBVA y el IVIE proponen diferentes vías para atajar este problema: desde el aumento de la tasa de actividad a incentivar la prolongación de la vida laboral. También es necesario, señalan, reforzar las políticas activas de empleo y la atracción del talento foráneo y retención del nacional. «El sector público y el sistema educativo tienen un papel importante en esta tarea, pero también las empresas tendrán que replantearse sus estrategias de reclutamiento y de formación interna y reconfigurar el conjunto de características, salariales y no salariales, de los puestos de trabajo que ofrecen para aumentar su atractivo y atraer más y mejores candidatos», zanjan.