La renuncia a los Presupuestos de 2024 amenaza el plan del Gobierno para entrar en Telefónica
Una de las vías que el Gobierno valoraba para entrar en el capital de la teleco era usar las Cuentas para realizar una transferencia a la SEPI que permitiera la compra
La renuncia a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2024 por el adelanto electoral en Cataluña puede tener una derivada en una de las operaciones más delicadas del Gobierno: la entrada de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) en el capital de Telefónica.
La operación, de la cual no se han dado muchos detalles, se está realizando con gran hermetismo por parte del Ejecutivo. Los ministerios involucrados (el de Transformación Digital, el de Economía y el de Hacienda, del que depende la Sepi) no dan pistas sobre cuál será el vehículo para canalizar la compra del 10% de acciones de la teleco.
Una de las opciones que se estaba valorando era la de utilizar los PGE para aprobar una transferencia extraordinaria a la Sepi que permitiera que la sociedad cuente con el capital suficiente para la operación. Adquirir un 10% de Telefónica supondría más de 2.000 millones de euros.
La compra de Telefónica, el regalo envenado de la Sepi
Otra opción sería que la propia Sepi optara por endeudarse, aunque parece la menos viable, ya que en la actualidad ya cuenta con un pasivo de más de 3.000 millones de euros. La compra de Telefónica supondría elevarlo a 5.000 millones.
Además, la Sepi tiene limitada su capacidad para engordar el pasivo por ley. Precisamente, los PGE que ahora se van a prorrogar durante todo 2024, los de 2023, establecieron un máximo de 320 millones de euros.
Fuentes de la Sepi consultadas por este diario decidieron no hacer declaraciones.
El Gobierno adoptó la decisión a finales de diciembre y tres meses después de que la empresa de telecomunicaciones saudí STC alumbrara una adquisición del 4,9% del accionariado de Telefónica, con la posibilidad de ampliar la citada participación hasta el 9%. Sin embargo, tres meses después no se han dado señales de que se esté produciendo la operación.
Una nueva ‘Sepi’ digital
Mientras tanto, el nuevo ministro para la Transformación Digital, José Luis Escrivá, el interlocutor de las teleco, anunció durante el MWC de Barcelona la creación de una Sociedad Estatal para la Transformación Tecnológica (SETT), una suerte de ‘Sepi’ digital donde «tendría sentido» encuadrar la participación estatal en Telefónica. El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, apresuró a matizar que la orden se había dado a la Sepi y que sería ese el instrumento para canalizarlo.
El descarrilamiento de las cuentas catalanas, con el voto negativo de En Comú (la referencia de Sumar, el partido de Yolanda Díaz, en Cataluña) ha provocado a su vez que decaigan las nacionales, que iba a contar con un techo de gasto de 199.120 millones de euros, un 0,5% superior al de 2023 y contando con los fondos Next Generation EU que vienen de Bruselas.
Este fue aprobado en primera vuelta por el Gobierno de Sánchez el 12 de diciembre, pero la aprobación por parte de ambas cámaras de los objetivos de déficit se ha ido retrasando, con el PP utilizando su mayoría absoluta en el Senado para retrasar la tramitación de unas cuentas que ya no saldrán adelante.
Los Presupuestos, a 2025
El Gobierno confiaba en que el escenario catalán estuviera lo suficientemente tranquilo hasta principios del año próximo y que a la amnistía le diera el suficiente recorrido para calmar las aguas, por un lado, y para encarrilar las Cuentas de este año, que ya llevan un importante retraso. Ni lo uno ni lo otro.
Fuentes de La Moncloa insistían en las últimas horas en el mensaje de que hay Gobierno «para rato», tras acordar los últimos flecos de la Amnistía, y trataban de desvincular las cuentas catalanas de las nacionales, subrayando el papel que Illa ha desempeñado al tender la mano al gobierno de Pere Aragonés.
En el Ejecutivo cunde la sensación de que, al igual que hay una mayoría para sacar adelante la amnistía, hay una suma de fuerzas para que se aprueben las Cuentas, al tiempo que se estaban llevando a cabo las conversaciones con los grupos parlamentarios para sondear los apoyos al proyecto. Sin embargo, habría sido el propio Sánchez, según El País, quien habría dado la orden de paralizar los Presupuestos de 2024.