La reforma fiscal aboca a una votación en el Congreso en plena Navidad
Los plazos de Congreso y Senado abocan a una votación en plenas fiestas para salvar el impuesto a la banca, que decae el 31 de diciembre
El capítulo de la reforma fiscal aún no se ha cerrado y promete extenderse aún durante las próximas semanas. El Gobierno salvó una bola importante hace una semana con la aprobación en el Pleno del Congreso del proyecto de ley que crea un Impuesto mínimo de sociedades para las multinacionales, la norma que ha empleado Hacienda para vehicular los cambios tributarios.
Sin embargo, con el proyecto en el Senado, la tramitación ya no depende de la Cámara baja, donde el Gobierno cuenta con mayoría. El Ejecutivo consiguió que el proyecto de ley se tramitara de urgencia, lo que limita los plazos. Pero aún así, el tiempo apura y el Senado tiene hasta el 18 de diciembre para decidir si enmienda o veta la ley que ha enviado el Congreso.
Los grupos -el Senado cuenta con mayoría del PP- tienen hasta el 4 de diciembre para registrar potenciales cambios en la norma o incluso un veto a la totalidad. Y, después, cuenta con dos semanas para que la ley pase por la Comisión de Hacienda del Senado, se vote en el Pleno y vuelva -previsiblemente- al Congreso.
Y aquí la realidad choca con el calendario de sesiones. El Senado contempla dos semanas con pleno en la cámara: la del 2 de diciembre y la del 16. Esta última permitiría que se votara el devenir de la norma. Y aquí se abren dos escenarios. Si el Senado decide no hacer cambios, la reforma fiscal iría directa al BOE. Y si lo hace o la devuelve al Congreso, eso forzaría a una nueva votación en la Cámara baja.
En circunstancias normales, la comunicación del veto al Congreso no tarda demasiado y se produce una vez se publica esta decisión en el Boletín de las Cortes Generales. Pero los plazos aprietan por dos circunstancias: la cercanía de las fiestas navideñas, por un lado; y la posibilidad real de que el impuesto a la banca decaiga, ya que al actual gravamen expira el 31 de diciembre. Para evitar la inseguridad jurídica los cambios deben estar en el BOE antes de fin de año.
El periodo ordinario de sesiones en el Congreso finaliza el 31 de diciembre, precisamente, y el Gobierno podría forzar la convocatoria de un pleno en esas fechas. Y aquí hay dos fechas clave: el 23 de diciembre, un día antes de Nochebuena; o el 27 de diciembre. El 25, Navidad, es festivo. Y el 26 es feriado en Cataluña. No parece lo más adecuado querer enfadar a los diputados catalanes para salvar la reforma fiscal.
La votación no sería la primera que se produce ‘in extremis’ y en plenas fiestas navideñas. El 28 de diciembre de 2021 el Congreso dio la luz verde definitiva a los Presupuestos Generales del Estado para 2022, que pudieron entrar en vigor el 1 de enero.
La agonía parlamentaria se extenderá hasta las Navidades y dejará poco tiempo para que el Gobierno tome resuello antes de retomar la negociación de cara a los Presupuestos Generales del Estado. Como ya ha informado ECONOMÍA DIGITAL, las negociaciones siguen en marcha pero aún no hay fechas para sacar adelante ni la senda de déficit, paso clave para la elaboración de las Cuentas, ni mucho menos la Ley fundamental para el Ejecutivo.