La herencia de Sánchez: deja un agujero presupuestario de 16.000M
Pedro Sánchez aumenta el desvío presupuestario en 16.000 millones de euros por encima de lo previsto por el aumento de gasto social
El nuevo gobierno que se conforme tras las elecciones generales del 28 de abril deberá hacer frente a un desfase presupuestario de 16.000 millones de euros. Las subidas de impuestos que no se han aprobado tras el rechazo de los presupuestos de Pedro Sánchez y la adopción de nuevas medidas de gasto social, elevarán el desfase en esta cantidad por encima de lo previsto.
Este desvío presupuestario es el desfase más elevado respecto a los objetivos desde 2011, según los cálculos de Expansión. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, advertía hace unos días de que el rechazo a los presupuestos dispararía el déficit al 2,4% del PIB, 1,1 puntos más –13.800 millones más- que lo pactado con Bruselas.
Esto se debe a que las cuentas incluían un plan de medidas fiscales por valor de 5.600 millones de euros, que ya no se introducirán, mientras que algunas partidas de gasto (como la subida de las pensiones o de los salarios públicos) habían entrado ya en vigor.
Y a esto habría que sumar algunas trampas contables que la propia ministra Montero reconocía de forma implícita, sumado posiblemente a los menores ingresos derivados de un crecimiento inferior a lo previsto.
Aumenta el gasto público
El Ejecutivo no ha dejado de anunciar nuevas medidas de gasto hasta los comicios del 28 de abril y supondrán un sobrecoste adicional de otros 2.300 millones.
Entre estos gastos están la igualación de los permisos de maternidad y paternidad, la cotización por parte del Estado de para las cuidadoras no profesionales de personas en situación de dependencia, la recuperación del subsidio de desempleo para mayores de 52 años o la mejora de las prestaciones familiares.
Además, el Ejecutivo está ultimando la contratación de 30.000 funcionarios más. Por su parte, Hacienda ha anunciado que repartirá otros 6.000 millones de euros más a las comunidades.
Todo ello provocará que el futuro Gobierno tenga que acometer un ajuste de hasta 16.000 millones para cumplir con los compromisos europeos, aunque es posible que Bruselas relaje sus exigencias ante la dificultad de hacerlo tan rápido y permita que buena parte de la carga se traslade al próximo ejercicio, con el fin de evitar un fuerte impacto sobre la economía.
Los economistas temen que la necesidad de ajustar los ingresos y gastos rápidamente lleve a actuaciones allí donde se puede obtener dinero más fácilmente, aun a costa de lastrar el crecimiento en lugar de las áreas menos lesivas para la economía, pero que exigen más detenimiento.