La gran banca quiso comprar CatalunyaCaixa a trozos

Los grupos aspirantes desconfiaban del saneamiento del Frob y optaron por adquirir parte del negocio

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Las plicas de ofertas por CatalunyaCaixa que el fondo de rescate Frob recibió hace apenas 10 días contenían una sorpresa: el troceo de la entidad y un precio por parte de los activos. Los grupos postores no se creían el saneamiento de la entidad de Adolf Todó y optaron por aspirar a comprar la caja catalana a trozos.

Tras analizar las cuentas –400 especialistas de cuatro grupos distintos se dedicaron a estos menesteres durante semanas– pusieron precio a lo más rentable y con los riesgos más controlados: el millón de clientes de la entidad en Catalunya. Ni siquiera el resto despertó el interés de Santander, Popular y Sadadell.

Sin riesgos

Se quedaban fuera promotores y empresas. Ambos grupos presentan unas tasas de morosidad récord –de hasta el 60% entre constructores–. Son los principales motivos de que los impagos sitúen la media por encima de Bankia (la más alta del sistema). En CatalunyaCaixa supera el 14%.

El precio por los activos del negocio de banca minorista oscilaba los 100 millones. Los grupos aspirantes no se comprometían a mantener oficinas y probablemente el impacto en puestos de trabajo hubiera sido mayor que el exigido por Bruselas. La Comisión Europea estudia, sin embargo, más estrecheces para la actividad de la caja.

Ayudas fiscales

Francisco González, el presidente del BBVA, estaba dispuesto digerir CatalunyaCaixa (65.000 millones en activos) a cambio de beneficios fiscales, vehiculados a través de varios instrumentos, por valor de 5.000 millones de euros.

Ante semejante panorama, el Frob decidió suspender la privatización y arrinconarla hasta 2016. El ministro de Economía, Luis de Guindos, tomó directamente la decisión tras ser consultado por el gobernador del Banco de España, Luis María Linde, y el presidente del Frob, Fernando Restoy.

Precio negativo

Durante el proceso de privatización, que se ha suspendido dos veces –la primera, antes del verano– las entidades de crédito que se han posicionado para comprar CatalunyaCaixa no han descartado que su valor real sea negativo. Tras analizar el cuaderno de venta, preparado por Citi, se han detectado riesgos no cubiertos de hasta 1.500 millones.

A esta cantidad de posibles pérdidas futuras, los bancos sumaban las necesidades de capital que derivarían de la integración de 65.000 millones de euros en balance de una vez. La suma haría bajar la ratio de solvencia, el popular core capital, por debajo del mínimo legal en todos los casos. Necesariamente había que cursar ampliaciones de capital.

Balance

Comprar sólo la parte que a cada entidad le interesaba permitía integrar el negocio de CatalunyaCaixa sin arriesgar futuras operaciones de búsqueda de capital adicional. El grueso del balance, el auténtico problema de la institución catalana, permanecía, según todas las ofertas, en manos del Frob, el actual propietario al 100% de la última caja de ahorros catalana.

Ismael García Villarejo

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