La rebaja del IVA de los alimentos le cuesta al Gobierno un 74% más que hace un año
La medida ha supuesto para el erario público recaudar 442 millones menos de lo que debería, según Hacienda, mientras que hace solo un año el impacto fue de 254 millones
La rebaja del IVA a los alimentos básicos, al 0% en el caso de algunos productos esenciales como pan, leche, queso, frutas y verduras; y del 10% al 5% en el caso de aceites y pastas se ha encarecido en un 74% en solo un año, añadiendo presión sobre una potencial retirada de esta medida cuando expire, a finales del próximo mes de junio.
De acuerdo con los informes de recaudación tributaria que publica Hacienda todos los meses, hasta abril de este año el Estado dejó de ingresar 442 millones de euros. Esta es la cuantía que habría entrado en las arcas públicas en caso de haberse mantenido los tipos habituales para este tipo de productos, en lugar de su rebaja.
Sin embargo, hace solo un año el coste fue de 254 millones. Es decir, hasta abril de 2023 entraron 254 millones de euros menos en las cuentas del Estado debido a que se recortaron los tipos de IVA en la alimentación.
¿A qué se debe esa evolución en el coste de la medida? Aunque Hacienda no da detalles en ese informe de este incremento en el coste, hay dos razones que estarían detrás. Por un lado, la subida de los precios. Los alimentos cerraron abril, el mes de referencia, con una inflación del 4,8%. No es lo suficiente para explicar por sí misma toda la subida, pero algunos alimentos ‘protegidos’, como el aceite de oliva, han experimentado notables incrementos en su coste en comparación con hace solo un año. De acuerdo con los datos del INE, solo el aceite de oliva era un 68% más caro en abril de este año frente al cuarto mes de 2023.
Otros productos, como las frutas, son un 13,6% más caras, mientras que las legumbres y hortalizas incrementaron su coste a un ritmo del 0,5% interanual.
Por ende, tiene que haber otro factor más allá que explique este mayor coste: un aumento del consumo, más allá del incremento de los precios. Esto puede estar vinculado con la fortaleza del mercado laboral y las ganancias de poder adquisitivo, lo que ha aumentado también el gasto de los hogares en esos bienes principales, por lo que también ha aumentado las cuantías en concepto de IVA que se han dejado de ingresar.
Ahora bien, el gasto en bienes básicos se habría producido en detrimento de otros más genéricos. En términos generales de IVA, el informe de la Agencia Tributaria sí apunta a una «ralentización» del crecimiento del gasto final sujeto a IVA, que fue del 3,1% en marzo de 2024, mientras que un año antes era cuatro puntos superior.
«El gasto final sujeto a IVA creció un 3,1% en los tres primeros meses de 2024, lo que supone una ralentización de algo más de cuatro puntos respecto a la tasa alcanzada el año anterior. La tendencia de desaceleración del gasto se observa mejor no teniendo en cuenta el dato del cuarto trimestre, con un crecimiento excepcional. El gasto de las familias (que es el grupo de gasto con mayor peso en el total) es el componente que sufre una mayor ralentización, siendo ésta más moderada tanto en el gasto en compra en vivienda como en el gasto de las Administraciones Públicas», apunta el documento.
En total, a cierre de diciembre de 2023 la rebaja de IVA de los alimentos tuvo un coste total para el Gobierno de 1.703 millones de euros.
El Ejecutivo tiene ahora encima de la mesa la decisión de prorrogar o no esta ayuda, ya que el decreto que aprobó a finales del año pasado caduca el 30 de junio. La estabilización de la inflación, que cerró mayo en el 3,6% tras más de medio año manteniéndose en torno a ese umbral, y las recomendaciones de organismos nacionales (Banco de España) e internacionales (FMI y Comisión Europea) presionan para que se deje decaer esta medida. No hay que olvidar que las reglas fiscales vuelven a estar en vigor y el Ejecutivo se ha comprometido a alcanzar un 3% de déficit este mismo ejercicio.
Con todo, esta menor recaudación se compensa parcialmente con la reactivación de los tipos habituales del IVA del gas y la electricidad, y también la del Impuesto Especial sobre la Electricidad, cuyo retorno ha supuesto 327 millones adicionales para la recaudación. Ambas fueron medidas que se contemplaron en el último decreto anticrisis.
En términos generales, la recaudación tributaria avanza a buen ritmo. En los cuatro primeros meses del año ya alcanza los 97.339 millones de euros, un 7,4% más en términos homogéneos que hace un año. Este avance se explica fundamentalmente por la pujanza del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF), que crece un 9,4% y ya supera los 45.000 millones de euros, casi la mitad de la recaudación total.
Por su parte, el Impuesto de Sociedades avanzó en términos homogéneos un 10,1%, hasta los 3.837 millones de euros; en tanto que el IVA, que el año pasado avanzó un pírrico 0,5% debido a las rebajas impositivas, sube hasta abril un 5,7%.