Estas son las inversiones más seguras para tiempos de incertidumbre económica: protege tu patrimonio hoy mismo

Cuando la economía entra en crisis, es habitual que el pánico y la incertidumbre se extienda entre los inversores. Ante una caída global de la actividad económica y un desplome de los precios, las inversiones pueden cambiar radicalmente de un día para otro. Lo que hoy parecía una apuesta segura, de repente puede convertirse en una mala decisión.

Por ello, en los malos tiempos, es importante dirigir las inversiones a los productos más seguros para evitar poner en riesgo el patrimonio y los ahorros.

Según el banco MyInvestor, los fondos de inversión son una de las inversiones más seguras en los entornos de incertidumbre económica y social.

La clave, explican, es que los inversores son los propietarios de cada participación –es decir, el patrimonio del fondo está dividido entre el número de inversores– y pueden venderlas en cualquier momento, por lo que disponen de liquidez diaria.

Estas participaciones se venden al precio del valor liquidativo correspondiente de cada día. Este valor es un termómetro que permite medir la rentabilidad del fondo. Cuanto más sube, mejor es para los ahorros invertidos.

Otra de las ventajas es que los valores que se han depositado en estos fondos no forman parte del balance de los bancos, sino que están custodiados por entidades depositarias, que asumen funciones de control en beneficio de los inversores.

Por lo tanto, en el caso de que quebrase cualquiera de las entidades, el fondo no se disuelve, sino que se sustituye a la sociedad gestora o a la depositaria, y sus participantes mantienen las mismas inversiones.

Cómo funciona un fondo de inversión

En un fondo de inversión intervienen distintos actores. Por un lado, están los inversores, que aportan su dinero al patrimonio del fondo.

Por otro lado, está la sociedad gestora –Sociedad Gestora de Instituciones de Inversión Colectiva (SGIIC)–, que es la que invierte este patrimonio en diferentes tipos de activos, como acciones, bonos, divisas…, dependiendo de la política de inversión del producto.

Todas las características del fondo, sean comisiones, el riesgo que tiene, su horizonte temporal, etc., están detalladas en un documento llamado folleto informativo y en el resumen DFI (Datos Fundamentales para el Inversor), del que es responsable la gestora.

La entidad gestora está controlada por la entidad depositaria. Ambas tienen que actuar en beneficio de los participantes de los fondos de inversión, exigiéndose mutuamente responsabilidades.

A su vez, ambas entidades, así como los propios fondos, están supervisados por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), tanto a distancia –a través de la información recibida– como in situ –realizando inspecciones mediante visitas a las entidades supervisadas. La entidad depositaria tiene la obligación de comunicar a la CNMV cualquier incidencia detectada.

Qué normas ha de cumplir un fondo de inversión

La regulación de este tipo de fondos es muy estricta. Las normas establecen en qué activos se puede invertir –los llamados activos aptos– y los porcentajes máximos de inversión de su patrimonio, dependiendo de las características del activo y del emisor.

De manera general, la inversión en activos emitidos o avalados por un mismo emisor no puede ser superar al 5% del patrimonio del fondo.

Por esa razón, estos productos invierten en múltiples valores de diferentes empresas. Esta diversificación permite que si un valor evoluciona desfavorablemente, puede verse compensado por la evolución positiva de los otros.

Asimismo, si se produce la quiebra de un emisor, solo se vería afectado el reducido porcentaje que este represente respecto al patrimonio total del fondo, que siempre tiene que estar por debajo de los límites que marca la norma.

Los fondos también están sometidos a otros límites para atender adecuadamente a los reembolsos y para mantener su solvencia.