Hernández de Cos hace piña con Calviño contra Podemos
El BdE sigue remando a favor de las tesis económicas más conservadoras en deuda y reformas. En Europa trabaja por herramientas que mitiguen el endeudamiento
Pablo Hernández de Cos está teniendo un mandato al frente del Banco de España que se está caracterizando por todo menos por pasar inadvertido. El gobernador cumplirá este verano su segundo aniversario como gobernador y se ha convertido en un dique para contener los intentos de Unidas-Podemos para tomar el control de la política económica del Gobierno.
Si sus negras perspectivas para la economía española, publicadas el 20 de abril, sirvieron de excusa para que las empresas salieran en tropel a defender que se pusiera en marcha la desescalada y se evitara el cierre hasta 2021 de una parte de los sectores –hostelería o turismo– insinuado por la ministra de Empleo, Yolanda Díaz pocos días antes, este lunes pidió contención en el gasto en el futuro tras los esfuerzos económicos realizados para sostener a las empresas -con los programas de deuda avalada y ERTE-.
El Banco de España está preocupado por el endeudamiento que la crisis puede dejar a la economía española y ya ha puesto sobre la mesa que serán necesarios algunos esfuerzos para que la deuda no se descontrole -para 2021 pronostica un endeudamiento de entre el 109,4 y 120,3% dependiendo de la contracción económica que se produzca este año-.
Hernández de Cos, en declaraciones recogidas por EFE, apuntó este lunes que en el futuro habría que afrontarse la reducción del endeudamiento «una vez que se disipen los efectos de la crisis, a través del diseño y la implementación de un programa de consolidación fiscal de medio plazo y de la aplicación de las reformas estructurales necesarias», instó al Ejecutivo español; algo en lo que al menos el área más conservadora del PSOE parece que coincide.
Con la prima de riesgo presionando los costes de financiación de España, la preocupación del Banco de España por el endeudamiento de nuestro país es un miedo compartido por vicepresidencia económica del Gobierno, que lidera Nadia Calviño, que sabe que todavía le queda gasto por computar y que se juega otro rescate de la economía española si el mercado aumenta su presión; que por ahora está lejos de los niveles de 2012.
Por ejemplo, en la actualización del programa de Estabilidad que Economía envió el jueves por la noche a Bruselas no computó, por ejemplo, el impacto en gasto de la renta mínima vital, que ha colado Pablo Iglesias, en el calendario del Gobierno. José Luis Escrivà, por el momento, ha dado una patada hacia delante a la promesa y se ha comprometido a presentar una propuesta a mediados de este mes. Si se cumplen las estimaciones que manejaba cuando era presidente de la AiRef, esta renta, planteada como una medida estable, elevaría el déficit español en tres décimas.
María Jesús Montero, ministra de Hacienda, justificó la falta de estimaciones sobre deuda y déficit para 2021 en la escasa visibilidad que existe sobre el escenario económico, y emplazó a octubre una hoja de ruta más ajustada, también en materia de ingresos.
Montero ya ha adelantado que habrá que elevar los impuestos el año que viene -no se ha olvidado de los mínimos en Sociedades para grandes empresas- y confía en que la tasa Google y la de transacciones financieras vean la luz este año, una vez que se aprueben el Congreso. Sin embargo, solo cree que la primera podría estar preparada para este año.
El Gobierno, sin embargo, confía en que habrá milagro y su actualización a Bruselas señaló que espera que la deuda se reduzca el próximo año por el efecto de la reactivación económica. «En el año 2021, el crecimiento económico que se espera registrar, junto con la senda descendente del déficit público, permitirán reducir la ratio de deuda pública sobre PIB», afirma en el documento enviado a la Comisión Europea.
El tira y afloja entre las reformas, la deuda y el Eurogrupo
La ministra de Empleo de Podemos, Yolanda Díaz, no ha tenido en abril su primer encontronazo con el Banco de España. El de febrero, antes de la crisis fue más sonado, cuando en una entrevista en Financial Times, el gobernador del Banco de España defendió la reforma laboral del Partido Popular, que la gallega había condenado a muerte durante la toma de posesión de su cartera al frente del ministerio de Empleo en enero.
La posición de Pablo Hernández de Cos sobre la reforma laboral tampoco estaba muy lejos de la que ha defendido Calviño, que siempre había adelantado que cualquier paso atrás en la reforma se haría de forma consensuada y midiendo el impacto. De hecho, ya tuvo que puntualizarlo tras la toma de posesión de Diaz. Las agencias de calificación habían advertido antes de las elecciones del 10-N que dar marcha atrás a esta medida de forma completa podría afectar el rating español.
Desde esa entrevista, el gobernador se ha convertido en un habitual en algunos medios extranjeros defendiendo los intereses de España durante la crisis del coronavirus. En el Handelsblatt, el diario económico más relevante de Alemania, insistía en la necesidad de poner en marcha medidas para mutualizar la deuda, cuando España -y Calviño en el Eurogrupo- pugnaban por dar vida a los coronabonos.
El lunes volvió a recordarlo en el informe de Estabilidad Financiera de la institución. En concreto, sostuvo que, más allá de la batería de medidas ya aprobadas por el Consejo Europeo, «debe darse prioridad a la puesta en marcha de instrumentos que refuercen la capacidad de la Unión Europea para favorecer unas condiciones de financiación adecuadas con las que sufragar los cuantiosos costes de la crisis, y que impulsen la capacidad de crecimiento económico del área», apunta EFE.
Con los coronabonos aparcados, España está luchando por un fondo de reconstrucción financiado a través de deuda perpetua, que impida que se dispare más nuestro endeudamiento. Hernández de Cos parece que también lo apoya y, además, tiene capacidad de defenderlo desde dentro de las instituciones comunitarias, en el sillón que tiene pegado a Christine Lagarde en el Banco Central Europeo.