Cazadores de herederos: así trabajan los detectives de sucesiones perdidas

Cuando una persona muere sin haber hecho testamento hay que buscar a sus herederos. Y por más remotos que sean, los expertos en genealogía sucesoria se encargan de dar con ellos

Muchas personas fallecidas mueren sin dejar testamento. Foto Vecstock

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Aunque la palabra de cazadores de herencias da un aire a detective o arqueólogo moderno, los expertos en genealogía sucesoria huyen de ese término. “No se buscan herencias, se localizan herederos, porque solo pueden reclamar una herencia aquellos que lo sean”, dicen en la firma Coutot-Roehrig.

Esta compañía fundada en 1894 con presencia en 20 países se especializa en rastrear posibles herederos por el mundo para que una sucesión pueda llevarse a cabo.

Un trabajo muy especializado

Es una tarea complicada, y no se trata precisamente “un trabajo de aventuras”, sino que exige un proceso de investigación “meticuloso que exige mucho rigor”, así como una metodología de trabajo “para el que muy pocos profesionales están capacitados”, puntualizan en esta compañía dirigida en España por Marco Lamberti.

“La genealogía sucesoria es una fascinante disciplina que se dedica a investigar y reconstruir la historia de una familia a lo largo de las generaciones, permitiendo rastrear el linaje y determinar quiénes son los herederos legítimos” precisan en el Grupo Hereda.

“A través de meticulosas investigaciones, documentos históricos y testimonios orales, los genealogistas sucesorios se embarcan en un viaje en el tiempo, conectando a personas del pasado con sus descendientes actuales”, añaden.

Los expertos en genealogía sucesoria hacen un viaje en el tiempo conectando a personas del pasado con sus descendientes del presente

La investigación requiere consultar toda clase de archivos y documentos. Foto Vecstock

Las pérdidas económicas de las herencias perdidas

Alrededor de 100 millones de euros se pierden cada año por herencias no reclamadas, un impacto económico que también repercuten en las arcas de las administraciones públicas, que dejan de recibir 20 millones de euros por impuestos no liquidados.

“Esto se convierte en decenas de miles de inmuebles que quedan cerrados y abandonados, fondos y cuentas bancarias inmovilizadas y bienes materiales olvidados en rincones”, indican en esta firma.

Qué tipo de herencias son las protagonistas

Muchas herencias son del tipo de sucesión abintestato, que es cuando una persona fallece sin herederos. Si no hay nadie a quien legarla, es el Estado el que termina quedando con los bienes.

Pero es posible que haya algún pariente remoto en alguna parte del mundo, que seguramente ignore que tiene una herencia en sus manos. Pero ni los bufetes de abogados ni los despachos inmobiliarios tienen tiempo ni recursos para descubrir si existe alguien en algún lugar con derecho a heredar todos esos bienes.

Y para dar con esta persona entran estos expertos en genealogía sucesoria.

Buscando personas sin huellas digitales

La historia de Europa ha impulsado la dispersión de millones de personas, que huyeron por guerras, hambre y crisis. A la lejanía se suma la gran cantidad de archivos oficiales perdidos por incendios, inundaciones o conflictos bélicos.

Los expertos rastrean la genealogía de personas sin presencia en redes sociales ni en Internet. Foto Freepik

Aunque gracias a Internet y las redes sociales el proceso de búsqueda puede parecer más sencillo, la mayoría de las sucesiones sin herederos requieren investigaciones que requieren remontarse a principios del siglo XX o finales del XIX, “por lo que la huella digital no existe”, indican en Coutot-Roehrig.

Estas compañías se enteran de la existencia de una herencia olvidada a través de diferentes fuentes, como pueden ser desde prescriptores y administradores de fincas a inmobiliarias, “hasta conserjes, presidentes de la comunidad, porteros y vecinos”, indican en Grupo Hereda.

Una pieza del puzle histórico y genealógico suele ser “una vivienda abandonada”, indican en esa firma, donde tras obtener un nombre en el Registro de la Propiedad se inicia una investigación sucesoria “para tirar del hilo, construir el árbol genealógico y localizar a sus herederos”.

Para la tarea de dar con ellos se consulta desde padrones actuales a registros en archivos oficiales e iglesias, desde cementerios en pueblos olvidados a golpear las puertas de vecinos, en rastrear esquelas de periódicos antiguos a analizar noticias en microfilm.

No es un trabajo para notarios

A diferencia de lo que muchos piensan, no es el notario quien se encarga de rastrear a los herederos perdidos.

Estos profesionales se encargan de declarar quiénes son los herederos de un fallecido al levantar el acta notarial y tras revisar la prueba documental, pero no tiene el trabajo de comprobar quiénes tienen derecho a la sucesión.

Este trabajo requiere de expertos en búsqueda de personas. Foto Freepik

El contacto con el inesperado heredero

Cuando una compañía de genealogía sucesoria encuentra a un heredero le ofrece un contrato para tramitar la sucesión. Pero en una primera instancia no le informa qué bienes podría tener para evitar que los costes sean superiores al activo de la herencia, y claro, también para garantizar la remuneración del profesional.

Las investigaciones demoran entre seis meses y dos años, y entre un 5% y un 10% de los quedan sin resolver

Cabe aclarar que los honorarios de estos expertos solo se cobran si el inesperado heredero recibe la sucesión. Pero si esta tiene deudas y es deficitaria, la compañía asume la pérdida de los costes avanzados.

Cuánto tarda una investigación

La investigación y contacto con un posible heredero tarda una media de seis meses en realizarse, aunque algunos casos llegan a los dos años. En el caso de Coutot-Roehrig, su tasa de éxito supera el 95% “gracias a la metodología que durante décadas ha ido perfeccionando”, donde es clave el cruce de información en las 47 oficinas que tiene en diferentes lugares del mundo.

Los problemas de una herencia sin reclamar

Las herencias sin resolver habitualmente trascienden el ámbito familiar y privado y generan deudas y graves problemas con las administraciones públicas, las comunidades de propietarios, los vecinos y la sociedad en general. La búsqueda de herederos sería el arma más eficaz para solventar este tipo de situaciones”, indican en Genus Legal.

Lograr dar con el heredero no solo es una victoria para la compañía de genealogía sucesoria o una alegría para el inesperado beneficiario, sino que también es un alivio para el administrador de fincas o los vecinos porque esa vivienda cerrada podrá ser vendida, las cuotas de la comunidad volverán a ser pagadas, y se evitará el peligro que sea okupada o que la degradación arruine a la finca.

Asimismo las administraciones públicas salen beneficiadas porque podrán cobrar los tributos del Impuesto de Sucesiones, y también sirve a las inmobiliarias porque podrán colocar en el mercado una vivienda que estaba abandonada.

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